Atención: Petro dice que desconfía de la transparencia en elecciones de 2026

En un nuevo pronunciamiento que ya genera polémica, el presidente Gustavo Petro afirmó este martes a través de su cuenta en X: «Desconfío de la transparencia de las elecciones del 2026», una declaración que no solo reaviva tensiones sobre la legitimidad del sistema electoral colombiano, sino que también plantea interrogantes sobre sus intenciones políticas en el tramo final de su mandato.

La frase no fue lanzada al azar ni en el vacío. Llega en medio de la crisis institucional por la licitación de pasaportes, que enfrenta al Gobierno con la empresa Thomas Greg & Sons, cuestionada por el presidente desde hace meses, no solo por su papel en ese contrato sino también por su rol en procesos electorales anteriores.

Petro ha sugerido en distintas ocasiones que esta compañía concentra demasiado poder en temas estratégicos del Estado, como la impresión de documentos oficiales y la logística electoral.

Desde antes de llegar al poder, Petro ha mantenido una posición crítica frente al sistema electoral colombiano. Tras su derrota en segunda vuelta en 2018, denunció irregularidades en los formularios E-14. En 2022, incluso tras ser elegido, no cesó sus señalamientos a la Registraduría por la confusión en el preconteo de votos legislativos.

“No podemos permitir que el sistema electoral esté en manos de quienes tienen intereses políticos”, dijo en ese entonces.

¿Qué dicen los colombianos sobre cómo Petro está llevando la conducción del Gobierno?
Foto: Redes sociales

Ahora, con la disputa por los pasaportes como telón de fondo, el presidente vuelve a conectar sus críticas institucionales con la narrativa de desconfianza electoral, insinuando que la misma empresa que disputa el contrato de pasaportes también ha tenido influencia en el conteo de votos.

¿Petro busca ser reelegido?

Distintos analistas y expertos han advertido que este tipo de declaraciones socavan la confianza ciudadana en las instituciones y podrían ser el preámbulo para deslegitimar los resultados si estos no favorecen al proyecto político del actual gobierno.

Daniel Briceño, concejal de Bogotá, fue uno de los primeros en reaccionar y dijo que: «Cuando Petro y Benedetti pusieron en duda el resultado del hundimiento legítimo de la consulta popular en el Senado lo que estaban haciendo era abonar el terreno para poner en duda los resultados de las elecciones del 2026. Todos alerta, debemos defender la democracia».

Desde una lectura política, Petro parece estar marcando la cancha desde ya. Al denunciar públicamente su desconfianza en el sistema electoral —mientras arremete contra actores privados como Thomas Greg—, está construyendo una narrativa que victimiza a su gobierno y lo muestra como un actor en lucha contra los poderes tradicionale

Esta estrategia no es nueva. En América Latina y otras partes del mundo, líderes populistas han cuestionado anticipadamente los procesos electorales para condicionar la opinión pública y, llegado el momento, justificar derrotas o presionar a las instituciones.

En Colombia, este tipo de discurso puede tener efectos peligrosos, especialmente cuando proviene de quien ocupa la jefatura del Estado.

El presidente tiene todo el derecho —y el deber— de denunciar irregularidades si existen. Pero hacerlo desde redes sociales, sin mecanismos formales ni pruebas concretas, puede debilitar aún más la ya deteriorada confianza en el sistema político.

La crisis por el contrato de pasaportes, las tensiones con la Procuraduría y la desconfianza hacia organismos como la Registraduría y el CNE son síntomas de un Estado que necesita ajustes institucionales. Pero para hacer esos cambios, se requiere más liderazgo institucional y menos ruido en redes.

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