Ciudades como Medellín, Envigado y Cali, en Colombia, y otras como Nueva York y Miami, en Estados Unidos, han obtenido buenos resultados en distintos frentes con esta medida. En el caso de Medellín, se inició en el año 1999.
Por: Redacción 360 Radio
Las ciudades tienen que acoplarse a las dinámicas económicas, sociales y laborales de la población. De una u otra forma, esto influye en la manera de desplazarse de las personas como de acudir a distintos lugares, sobre todo cuando se trata de los más concurridos por ser zonas gastronómicas, comerciales o de moda y en estas tenderá siempre a presentarse altas congestiones tanto al ingreso como para encontrar alguna posibilidad de estacionamiento.
Los vehículos serán siempre para muchos un bien aspiracional, para otros un bien que les permite tener mayor productividad y competitividad e incluso seguridad. Lo cierto es que estamos aún muy lejos de una sociedad en la que personas dejen de comprar vehículos para movilizarse netamente en transporte público, en patinetas eléctricas o a pie.
Desde luego, la presencia de actores ilegales en el caso colombiano ha sido perjudicial para la organización del tráfico y de las zonas de más afluencia, pues estos se han llegado de apoderarse de estacionamientos de los que se han apropiado en la calle, la cual es de la ciudadanía, es de todos. Fijan tarifas y manejan sus talonarios, y en muchos casos organizaciones delincuenciales han retirado a personas informales que llegaban a estos puntos a prestar una supuesta labor de vigilancia para poner sus fichas y controlar todas las zonas. Buscan la recaudación de dinero de cualquier manera.
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En Medellín, en el año 1999, se inició la política de las zonas de estacionamiento regulado (ZER). Comenzaron con pruebas piloto en las zonas más concurridas de la ciudad, con un número de celdas considerablemente pequeño y con tarifas para la época muy accesibles. La política ha dado tan buenos resultados para la ciudad que permite recoger más de un millón de dólares por semestre en el pago de estas zonas de estacionamiento.
Hoy en día, la hora más costosa que se paga en Colombia es en la ciudad de Medellín: $4.400 y es en la comuna 14 en el barrio El Poblado; la fracción se cobra a $2.600. En la zona de Sevilla, la tarifa más baja, se cobra $3.100 por hora. Medellín tiene 3.121 celdas (1017 para motos y 2.104 para Carros); en el caso de Cali, al final de la administración de Maurice Armitage, se implementaron más de 290 celdas en la famosa zona del Peñón, pagando un valor de entre $2.600 y $2.900; fue tan bueno el resultado para la zona en términos de seguridad, de movilidad y de organización de tráfico que se inició con el estudio de instalarlas en doce zonas más.
El municipio de Envigado en Antioquia, el segundo más importante del departamento, instaló a finales del año 2013 sus primeras zonas de estacionamiento regulado, en el sector conocido como la buena mesa. Ha obtenido importantes resultados en términos de recaudo, de presencia estatal y de organización del tráfico.
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Estas zonas no solamente garantizan que no se le pague dinero a ilegales por el uso del espacio público sino que logra un recaudo importantísimo para las administraciones que fácilmente puede destinar ese dinero al mantenimiento de la malla vial, de algunas obras de infraestructura para peatones o para bicicletas.
En la administración de Enrique Peñalosa, en Bogotá, se consideró implementar estas zonas pero el exalcalde desde hace varios años le expresó a este medio en su precandidatura presidencial que no entendía por qué los carros tenían que estacionar en las calles, pues no son para esto y él prometió en campaña a la Alcaldía de Bogotá ser un impulsor para que se construyeran parqueaderos inteligentes para así evitar que se parqueara en la calle a toda costa.
Si hoy se camina por las zonas más comunes de Bogotá se evidencia cómo los esquemas de seguridad de innumerables políticos, periodistas, jueces, empresarios, entre otros, están encima de los andenes, en zonas de prohibido parquear y para ellos simplemente no existe ninguna regulación. También ha sucedido que el deterioro de las calles es más notorio por culpa de estos estacionamientos no regulados.
Vale la pena señalar que ha habido expresiones en Bogotá por el piloto de parquímetros, por lo menos de parte del concejal del PDA Carlos Carrillo, tal y como se puede observar en este trino:
Por otra parte, un estudio de la Universidad Nacional de la facultad de Ingeniería Civil del año 2017 había señalado que Medellín necesitaba 18.000 celdas para cubrir toda la demanda de estacionamientos. Fue en la Alcaldía de Federico Gutiérrez que se incrementó considerablemente el número de celdas en la capital antioqueña.
En Bogotá se ha puesto el debate de nuevo en la mesa por parte de concejales como Lucía Bastidas, quien ha preguntado en numerosas ocasiones por qué no se le cobra estacionamiento a los vehículos en las calles de la capital, en zonas como Usaquén, en la zona T, en la zona G, en Salitre e incluso en algunos lugares del centro de la ciudad.
En esta oportunidad podría significar una fuente importante de ingresos para la administración distrital y robarle terreno a los ilegales. Serviría para que conductores no estacionen en lugares prohibidos y sobre todo garantizar el orden de un tráfico en varias zonas importantes de la capital.