Facción del CD le pide a Uribe listas cerradas al Congreso

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Una importante facción dentro del Centro Democrático le viene solicitando al expresidente Álvaro Uribe que considere presentar listas cerradas al Congreso de la República, dejando de lado las listas abiertas como están hoy concebidas.


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En los dos últimos ejercicios que el Centro Democrático ha hecho se ha contemplado listas abiertas, tanto para Congreso en el año electoral del 2018, como para elecciones regionales en el 2019, cambiando drásticamente esa primera fórmula, ya que la aparición de ese partido en primera instancia fue a través de una lista cerrada que encabezó el exsenador Uribe y ha traído para él – constatado por este medio de comunicación – y lo ha escrito en varios momentos de los últimos tres años, una serie de malestares, decepción e inconformidad con las personas que han escogido para las listas abiertas.

Se han presentado divisiones que generan insostenibilidad dentro de la colectividad, sobre todo fuertes discrepancias a la hora de hacer votaciones o impulsar políticas. Esto, no pretendiendo que el Centro Democrático sea una iglesia con homogeneidad de pensamiento, sino que en los pilares que el mismo expresidente ha mencionado, son fundamentales la cohesión social, confianza inversionista y austeridad, por lo que es necesario que existan esas coincidencias y desde ahí se defiendan los postulados, pero lo que el partido de Gobierno ha sufrido es una caída en la trampa de los partidos tradicionales como el Liberal, Cambio Radical y Conservador, donde se han parcelado dichas colectividades y se encasillan en diferentes grupos políticos a la militancia.

Unas facciones del Centro Democrático que han conocido de estas sensaciones de Uribe y la cúpula del partido han iniciado campañas, no solo desde la virtualidad, sino también por medio del contacto cercano con él, para que considere las listas cerradas en los próximos comicios al Congreso.

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¿Qué tan difícil es esto?

Es complejo en el sentido de que hoy existen unos compromisos adquiridos con algunos precandidatos para que esta lista sea abierta, sin embargo, si el expresidente Uribe decide en algún momento que las planchas que se van a presentar van a ser abiertas, nadie se opondría y la competencia se centraría en quiénes van a ocupar los primeros puestos, además del poder del bolígrafo, que es esa arma de doble filo que Uribe le ha mencionado a su entorno más cercano, ya que no quiere ser un “dictador” o “tirano” del bolígrafo que dice quién va, dónde y bajo qué méritos.

Muchos creen y hoy están diciendo que es más válido tener las listas cerradas por los bajos números que rondan al Centro Democrático, un partido que tiene un desgaste natural de la política y que tiene una rebelión de las bases, donde hay una muy buena parte inclinada hacia las candidaturas que dicen son fuertes posiciones y no tibias.

Esto le traería al Centro Democrático una importante posibilidad porque pueden recoger apoyos que están inconformes si presentan una buena parrilla de candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes, donde hagan una “limpia” o especie de catarsis, desechen muchos nombres y se presenten opciones que tal vez no son tan fuertes para hacer campaña en la calle, pero que son nombres que representan ciertos sentimientos populares y aglutinan una campaña entre las que tiene facilidades de carácter contable, se trata de una sola campaña, sin cacería de votos, y que el partido uribista, aunque tiene claro que va a perder presencia en el Congreso, haga un control de daños previos y no sufra un golpe tan fuerte en las elecciones, por el contrario, ajustar un paliativo más pronto que tarde.

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