Por: Alberto Bernal
1. Soy de los que en 2016 se dedicaba a trinar #NeverTrump en Twitter. Mi candidato era Marco Rubio, un joven de una inteligencia extraordinaria y con una visión sobre la economía y la globalización que comparto plenamente. Me aterraba el carácter de Trump, y especialmente su nacionalismo, que yo consideraba no podía coexistir con mi globalismo.
Pero tengo que aceptar que cuatro años después Trump me hizo comerme mis palabras. Es obvio que Trump es un muy mal ser humano, pero el tipo es un gran gestor, un trabajador incansable, un patriota, y si la elección hubiese ocurrido en febrero de este año, no estaríamos hablando de la victoria de Joe Biden, porque los números económicos y sociales que existían en EE.UU. en febrero de este año eran los mejores que se habían visto en la historia de EE.UU. El que diga lo contrario es un mentiroso.
2. Considero que hubo tres grandes perdedores en esta contienda electoral. Los medios, el progresismo, y las encuestadoras. Lo de las encuestadoras es dramático. Hubo encuestadoras que le daban una ventaja de 14% a Biden en Wisconsin, y vean lo que pasó al final. El problema es que esta es la segunda vez que se equivocan de esta forma tan dramática las encuestadoras (en el 2016 fue la misma historia).
El segundo perdedor son los medios de comunicación. Seamos sinceros. El sesgo de Msnbc y otras cadenas varias a favor de Biden fue realmente increíble, y no es, o por lo menos no debería ser, aceptable, porque el trabajo de la prensa es informar, no tratar de cambiar presidentes.
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3. El tercer gran perdedor fue el progresismo. Todas esas ideas locas que soltaron los del ala radical del Partido Demócrata generaron un nivel impresionante de rechazo entre la mayoría de los votantes.
Y con toda la razón. Seamos sinceros, ¿a quién diablos se le ocurre que sea una buena estrategia de campaña proponer subirle los impuestos “a los ricos” porque “ganan mucho”? ¡¡Envidiosos!! O ¿a quién diablos se le ocurre que es un buen lema de campaña argumentar que es necesario quitarle el presupuesto a la policía porque dizque la policía es “asesina”? O ¿a quién se le ocurrió que era lógico defender que los deportistas no se pararán cuando sonaba el himno nacional antes de los partidos, porque supuestamente querían ir en contra del racismo? No pararse durante el himno nacional es una falta de respeto para con todas las personas que han sacrificado su vida en nombre de EE.UU.
4. O ¿a quién diablos se le ocurrió que era una buena noticia o estrategia de campaña pedir que se tumbaran todas las estatuas de los padres de la patria de EE.UU. porque supuestamente eran defensores de la esclavitud? Además, a ninguno de esos demagogos del patético “cancel culture” se le ocurrió pedir que se derribaran las estatuas del Che Guevara, por ejemplo.
Pero el tope de todo fue cuando algunos de estos maniáticos se les ocurrió pedir qué destruyeran el Mount Rushmore porque dizque justificaba el racismo. Los expertos en política con los que hablo me dicen que eso fue lo que rebasó la copa.