Estados Unidos y China están disputando una guerra silenciosa, a través de sus monedas, especialmente en Latinoamérica. Pero si bien la influencia china en la región es grande, la relación comercial que mantiene con las principales economías se encuentra relegada a inversión en dólares.
El dólar: ¿sigue siendo tan fuerte?
Durante 2023, el dólar estadounidense se revalorizó en detrimento de otras monedas, especialmente en Latinoamérica: el peso colombiano perdió 1,87 % en octubre, mientras que el mexicano y el real brasilero se devaluaron en relación al dólar en un 0,38 % y un 0,63 %. Los aumentos se explican por la recuperación paulatina de la economía estadounidense durante los últimos meses.
Y como el dólar mueve montañas, los efectos de su crecimiento son varios. En primer lugar, la población de estos países se pregunta qué es el trading y cómo pueden aprovecharlo para comprar dólares e invertir su dinero. En segundo lugar, las monedas locales perciben una mayor presión que contribuye a migrar hacia el dólar, especialmente porque la mayoría de los países de la región enfrentan economías inflacionarias.
El fortalecimiento del dólar es lento, pero seguro: la situación de la economía estadounidense dista de ser ideal, sin embargo, otros países que se encuentran en una peor situación buscan refugio en el dólar. Esto es lo que ocurre con Gran Bretaña o la Unión Europea, ambas economías atraviesan una crisis energética e inflacionaria atípica. A esto se suma el temor a un aumento en las tasas de interés de la Reserva Federal: si bien por ahora mantiene su tasa actual del 5,25 % y 5,5 %, la posibilidad de un nuevo aumento vuelve más apremiante la necesidad de contar reservas en dólares para enfrentar una posible recesión.
Los dólares en Latinoamérica, ¿se van a China?
China ha ganado terreno en Latinoamérica debido a sus políticas y tratados comerciales con ciertos países de la región que encuentran alivio con el gigante asiático. Tan profunda es la relación con algunos de los países de la región que en 2022 el comercio se multiplicó 35 veces, lo que representa unos 500 mil millones de dólares anuales, según el informe de perspectivas de crecimiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Pese a ello, China continúa siendo el segundo socio comercial de Latinoamérica: Estados Unidos conserva el primer lugar. Lo interesante del documento es que una quinta parte de los dólares generados en Latinoamérica por valor agregado (exportación y consumo interno), se utilizan para la producción agropecuaria y pesquera que se exporta a China. Esto es así para el sector de la agricultura, la ganadería y la pesca, pero también incluye la producción mineral.
En lo que respecta solo a Sudamérica, China se ha convertido en su principal socio comercial (la economía mexicana todavía mantiene una relación comercial profunda con EE. UU.). Este hecho histórico representa una gran preocupación para los intereses geopolíticos de Estados Unidos en la región, debido a los recursos estratégicos que el continente alberga y que son fundamentales para el futuro de la humanidad en materia de transición energética, consumo agropecuario y desarrollo tecnológico.
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