El fútbol, ese deporte que genera pasión en millones de aficionados alrededor del mundo y que muchos practican de forma amateur, tiene un enemigo silencioso: las lesiones que más afectan a los futbolistas.
En Colombia, la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) registra anualmente más de 10.000 lesiones, de las cuales un 36 % derivan en cirugías y el 18 % obligan a los jugadores a detenerse por periodos prolongados que pueden superar los 4 a 6 meses.
Este alarmante panorama no solo repercute en la salud de los deportistas, sino que afecta el espectáculo en las canchas y la economía del deporte, que mueve entre US$40.000 y US$50.000 millones anuales solo en patrocinios.
El aumento de lesiones ha generado la necesidad de profundizar en los factores que originan estos problemas físicos. Según el programa de Entrenamiento Deportivo de Areandina, seccional Pereira, el deporte de alta intensidad en el que los cambios de dirección, movimientos explosivos y el contacto constante con otros jugadores, contribuyen significativamente a estos incidentes.
La combinación de superficies de juego duras o sintéticas, un calendario exigente y una preparación física inadecuada aumenta la vulnerabilidad de los futbolistas, dejando a muchos en un estado de constante riesgo. “Ocurre cuando el pie se dobla de manera inesperada, afectando la estabilidad de la articulación”, explica Mateo Baena Marín, docente del programa, refiriéndose a los esguinces de tobillo.
Las 5 lesiones que más afectan a los futbolistas en Colombia
Para comprender mejor la problemática, Areandina ha identificado y analizado las cinco lesiones más comunes en el ámbito del fútbol, las cuales no solo afectan a los jugadores en el rendimiento deportivo, sino que pueden incluso poner en pausa sus carreras:
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Esguinces de tobillo
Esta lesión se produce en los ligamentos del tobillo debido a una distensión causada por un giro brusco o una mala pisada. La inestabilidad en esta articulación es consecuencia de un movimiento inesperado, generando un riesgo constante para cada uno de los jugadores que participan en acciones de alta velocidad. “Ocurre cuando el pie se dobla de manera inesperada, afectando la estabilidad de la articulación”, afirma Mateo Baena Marín. -
Desgarros musculares, especialmente en isquiosurales y aductores
Los desgarros se desencadenan cuando las fibras musculares se estiran más allá de su capacidad, lo que conduce a rupturas parciales o totales. Estos incidentes son particularmente frecuentes en los músculos isquiosurales (parte posterior del muslo) y en los aductores (zona interna del muslo), áreas sometidas a esfuerzos explosivos durante sprints, cambios de dirección y potentes patadas al balón.“Suele presentarse en los músculos isquiosurales y aductores debido a esfuerzos explosivos como sprints, cambios de dirección y patadas de balón”, resalta el docente Baena.
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Lesiones en el ligamento cruzado anterior (LCA)
El LCA, ubicado en la rodilla, es crucial para la estabilidad de la articulación. Su ruptura, ya sea parcial o total, se debe a giros repentinos, desaceleraciones bruscas o aterrizajes inadecuados tras un salto. Este tipo de lesión puede ser devastadora para la carrera de un futbolista, al involucrar largos periodos de rehabilitación y, en ocasiones, intervenciones quirúrgicas. -
Lesiones del ligamento colateral medial (LCM) de la rodilla
Ubicado en la parte interna de la rodilla, este ligamento puede sufrir distensiones o rupturas al recibir impactos en la cara externa o durante torsiones sin contacto, especialmente en maniobras de cambio rápido de dirección. La fragilidad de esta estructura obliga a prestar especial atención a técnicas de movimiento y a la protección en situaciones de alta presión física. -
Contusiones musculares
Los golpes directos en los músculos del muslo, la pantorrilla o la cadera causan contusiones, provocando dolor, inflamación y una marcada limitación en el movimiento. Estos impactos pueden ser producto de colisiones entre jugadores, contactos con el balón o caídas repentinas en el terreno de juego.
Estrategias de prevención de lesiones cuando se juega fútbol
Ante este panorama, es fundamental implementar una serie de recomendaciones que han sido sugeridas por expertos y validadas por el estudio de Entrenamiento Deportivo de Areandina:
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Preparación del movimiento: Realizar ejercicios de movilidad articular, activación miofascial y estiramientos dinámicos para preparar adecuadamente el cuerpo y aumentar el rango de movimiento.
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Fortalecimiento muscular y estabilidad articular: Trabajar en el desarrollo de la fuerza en piernas, zona media y mejorar la estabilidad de tobillos y rodillas para resistir mejor las exigencias del juego.
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Técnica de movimiento correcta: Optimizar la forma en la que se ejecutan acciones clave del fútbol, como correr, saltar y aterrizar, ayuda a reducir el impacto sobre las articulaciones y minimiza el riesgo de lesiones.
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Descanso y recuperación: Es vital que los jugadores tengan periodos adecuados de descanso entre sesiones de entrenamiento y partidos. Una recuperación óptima permite que los tejidos musculares se regeneren y fortalece la resiliencia ante lesiones.
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Equipamiento adecuado: Usar calzado y equipamiento que se ajusten a las condiciones de la cancha y a la biomecánica del jugador puede jugar un papel crucial en la prevención de sobrecargas y lesiones musculares.