La operación logística del transporte de carga por carretera volvió a encarecerse en octubre y el impacto ya comienza a sentirse sobre los sectores productivos y el consumo de los hogares. Las cifras del Índice de Costos del Transporte de Carga por Carretera (ICTC) del Dane confirmaron un incremento anual de 6 %, impulsado especialmente por el precio del combustible, los salarios de conductores y los peajes, rubros que tradicionalmente pesan más dentro de la estructura de costos del sector.
El movimiento de mercancías en Colombia depende mayoritariamente del transporte terrestre. Entre enero y octubre se movilizaron 126,1 millones de toneladas en camión, una cifra muy por encima de lo que se registró en modos alternativos como el férreo y el fluvial. Esto implica que cualquier ajuste operativo en carreteras termina trasladándose a la cadena productiva y, en consecuencia, a lo que pagan hogares y empresas.
Costos del transporte de carga en Colombia aumentan por combustibles y peajes
Según el Dane, el combustible fue el factor que más presionó el incremento anual, con un aporte de 3 puntos porcentuales a la variación total. Le siguieron los costos laborales, particularmente salarios de transportadores y ayudantes con una contribución de 1,8 puntos, y los peajes con 1,3 puntos. Otros rubros como vehículos y apalancamiento financiero restaron presión, al igual que repuestos y llantas, aunque su impacto fue menor.
Un ajuste esperado pero que preocupa al sector
Para centros de análisis económico como Anif, el comportamiento del ICTC no tomó por sorpresa, pues responde a incrementos ya previstos en combustibles y ajustes salariales derivados del alza del salario mínimo para 2025. En lo corrido del año hasta octubre el índice acumula una variación de 4,16 %, inferior al 6,6 % del mismo periodo en 2024, cuando el impacto de la actualización de los peajes fue más fuerte debido al descongelamiento tarifario aplicado tras la pandemia.
No obstante, varios componentes siguen siendo fuente de inquietud para el próximo año. El rubro laboral, que este año aportó 1,7 puntos porcentuales al acumulado del ICTC, mostró una variación de 9,7 % anual. Aunque el ajuste mejora las condiciones de miles de trabajadores formales del transporte, también eleva los costos operativos de las empresas transportadoras, que luego deben trasladarse a precios y contratos logísticos.

El combustible fue el segundo elemento de mayor impacto, con una variación anual de 3,9 %, inferior a la observada en 2024, cuando el desmonte del subsidio a través del FEPC aceleró la escalada del precio de la gasolina. Los peajes completaron el trío presionador, con un aporte de 1,7 puntos y una variación de 9,3 %.
Un indicador que anticipa inflación
El ICTC funciona como termómetro para la inflación futura. Si los costos se mantienen altos y se trasladan a los precios del transporte, la canasta de alimentos, insumos agrícolas e industriales terminará ajustándose al alza. Aunque la moderación frente a 2024 es un respiro, expertos advierten que rubros indexados como seguros y trámites podrían mantener la presión durante 2026.
Para una economía donde casi todo se mueve por carretera, la evolución de este índice seguirá siendo clave para anticipar el comportamiento de precios en los próximos meses.