Por: Wilmar Vera Zapata
De Armadillos, lagartos, tabletas, politiqueros y la Colombia neonazi hablaré hoy en este popurrí de columna semanal.
El viernes 3 de febrero, a una semana de la celebración del Día del Periodista, Julián Bedoya, político liberal con múltiples sombras en su vida pública, decidió invitar a 300 periodistas para conmemorar ese día que, cada año, pasa más lánguida y sonsamente. Es normal que los gobernantes de cualquier partido convoquen a los profesionales de los medios, les den comida, bebida, un poco de “champú” con el poderoso y, al día siguiente, volvamos a las talanqueras y barreras para conseguir información. Lo novedoso aquí fue que era un precandidato y que el agasajo se convirtió en una compra de voluntades disfrazada de fiesta.
¿Quieren homenajear a los periodistas? Déjennos trabajar, dennos información cuando la pedimos, no exijan derechos de petición para dar la hora y planten cara, no se escondan en los chats y mensajes de texto que languidecen aplastados por el silencio.
Lo terrible es que tras la denuncia del regalo envenenado de la dupla Bedoya-Rodríguez a los periodistas, hecha por el portal periodístico El Armadillo (Ver: https://elarmadillo.co/la-madriguera/regalos-comida-y-parranda-vallenata-julian-bedoya-lanzo-su-candidatura-e-intento-comprar-el-apoyo-de-la-prensa-regional/), saltaron los chismosos de la política a denunciar algo que ellos no hacen: realizar buen periodismo.
Ahora resulta que un personaje que vive de pegar la oreja a los politiqueros nuevos y de siempre se declara ofendido por lo evidenciado en el portal periodístico, a diferencia de lo que publica su página de correveidiles anónimos y rumores sin fuentes definidas; al fin y al cabo, esa es la clave del chisme político: estrategia comunicacional que se puede vender y cobrar al mejor oferente. Y una tableta, un almuerzo de varios cientos de miles y un concierto privado de vallenato son una buena cuota inicial para vender la dignidad.
¿Qué harán los otros candidatos? Para superar la tableta tendrá que montarlos a todos en avión para Punta Cana o a cada “profesional” inocente regalarle, por lo menos, un portátil o un IPhone de última generación. Eso sí, quien lo acepte corre el riesgo de perder su puesto, pues quien da espera retribución de quien recibe y el presente les costó el puesto a varios profesionales. ¿Entrarán a trabajarle al político cuestionado, soñando con una futura secretaría de comunicaciones?
Lo reprochable es la actitud de los invitados que no se sintieron manoseados por Bedoya-Rodríguez y que demuestra cómo algunos periodistas locales se ofrecen al mejor postor, sea por un aviso para sus medios, una tableta para la hija o un plato de comida gratis. Una estrellita de ese mundillo de cucuyos, de pseudónimo cariñoso de Ignacio, se proclamó defensor -pro bono- del cuestionado político y se fue lanza en ristre contra los periodistas del Armadillo. Mal quedó el indignado amigazo de Bedoya, pues su retahíla es más patada de ahogado, evidencia de una ausencia de profesionalismo y ética.
Una cosa sí es cierta: en periodismo es mejor un Armadillo que mil lagarticos.
Colombia nazi
A mediados de los años 80, el maestro Alberto Donadio y Silvia Galvis publicaron su libro Colombia nazi. El texto es un clásico periodístico y la primera investigación seria del papel de nuestro país durante la II Guerra Mundial. En él, se expone, por ejemplo, cómo se nacionalizó bajo amenazas de Franklin D. Roosevelt a la aerolínea Scadta, luego Avianca; el plan de invasión si éramos atacados por los Totalitarios nazis o los coqueteos fascistoides del Partido Conservador, la Iglesia católica, varios medios de información como El Siglo y la simpatía de los líderes azules, como Laureano Gómez, Álvaro Gómez Hurtado o Belisario Betancur, con el ideario de Mussolini y Hitler.
Ahora, el presidente Gustavo Petro comparó el genocidio de la UP por parte del Estado como una actitud similar a la realizada por la Alemania nazi contra sus ciudadanos y el gallinero de la derecha se alborotó indignado. ¿Mintió el presidente? Mirando sin prejuicios, es cierto y nos pretenden decir que estamos equivocados porque vemos en las orejas del lobo fascista que se asoma una amenaza para la sociedad.
¿Pruebas? Además de los 5.000 asesinados por ser simpatizantes de un partido de izquierda, podemos sumarles los 6.402 nuevos crímenes bajo la mal llamada Seguridad Democrática. Ese líder se cree el salvador, el que tiene las respuestas de las penurias de la Patria, aunque fue él, precisamente, el causante de nuestros males. El partido de la tercera y cuarta letra es similar al émulo germano de los años 30 en su discurso de odio, de aporofobia, machista, medieval, de rechazo al diferente, al que no es “gente de bien” (arios, dirían los alemanes). Bajo esa premisa, “plomo es lo que hay”, o “al izquierdista un tiro en la mula y pa´l río”, como expresan sus mansos seguidores, liderados por buenos ciudadanos que van de cacería contra indígenas en Ciudad Jardín o desaparecen en hornos crematorios a los opositores del paraíso uribista.
Hitler manejaba los medios de comunicación, el expresi (dente, diario) hace lo mismo y hasta tiene como referentes ideológicos nazis chilenos, como el loco la Teoría Molecular Disipada, Alexis López Tapia, quien ha sido invitado a dar clases en la Universidad Militar de Colombia.
Para pacificar a Colombia hay que desuribizarla, que es similar a estirpar el tumor de la extrema derecha nazi que se enquistó en la Alemania hace 90 años y que hoy sigue recorriendo el mundo, como fantasma, disfrazado de inocente alternativa política reaccionaria, de segregación y muerte, encarnados por Vox, Trump, Bolsonaro, Zelensky o el Centro Democrático. Toca aplicar, como dijo el anarquista español Buenaventura Durruti, en la Guerra Civil española, el único remedio contra ese mal: “al fascismo no se le discute, se le destruye”.
Ñapita:
Hace 14 meses fue asesinado el periodista Eliécer Santanilla, en Armenia, mientras investigaba casos de corrupción en Quindío. Su voz fue apagada pero su ejemplo no. #JusticiaParaElicerSantanilla.
Del mismo autor: El grano que se volverá tormenta