El déficit energético en Ecuador se debe a la severa sequía que afecta al país, considerada la más grave en los últimos 60 años. Como respuesta, el gobierno ha decretado apagones nocturnos de hasta ocho horas en todo el territorio nacional y ha implementado el teletrabajo en el sector público para mitigar el impacto de esta situación.
Panorama general: El presidente Daniel Noboa anunció, además, la aplicación de un toque de queda en seis provincias y en un cantón de la séptima, con el fin de preservar la seguridad durante los cortes de energía. Las provincias afectadas incluyen Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y el municipio de Camilo Ponce Enríquez, en Azuay.
Estas regiones ya se encontraban bajo estado de excepción debido al aumento de la violencia generada por el narcotráfico y el crimen organizado, que ha llevado a Ecuador a registrar la tasa de homicidios más alta de Latinoamérica en 2023, con 47,2 por cada 100.000 habitantes.
Déficit energético: medidas de emergencia implementadas
Por qué es importante: El déficit energético que enfrenta el país asciende a unos 1.000 megavatios, de los cuales al menos 100 serán cubiertos por una barcaza térmica contratada por el gobierno. Este desequilibrio ha afectado la operatividad de las principales centrales hidroeléctricas de Ecuador, cuya generación de electricidad se ha visto drásticamente reducida debido a la falta de lluvias.
Según estimaciones de la Cámara de Comercio de Guayaquil, cada hora de apagón representa pérdidas de aproximadamente 12 millones de dólares para la economía ecuatoriana, lo que agrava la ya delicada situación del país. En abril, Ecuador sufrió racionamientos eléctricos de hasta 13 horas diarias, y se espera que los apagones actuales persistan al menos hasta la próxima semana.
Detalles:
El déficit energético y la grave sequía ha afectado significativamente el nivel de los embalses que abastecen a las principales centrales hidroeléctricas del país. El embalse de Mazar, ubicado en la provincia de Azuay, es clave para la producción de energía hidroeléctrica, con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos de agua que alimentan a tres centrales en la cuenca del río Paute, con una potencia instalada de 1.757 megavatios. Sin embargo, en los últimos días, el nivel de esta reserva ha caído drásticamente, complicando aún más la producción de electricidad.