El colapso de la movilidad en las ciudades capitales

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Los números año tras año resultan ser peores. No solo en congestión vehicular, sino que es más preocupante los accidentes y los muertos que se están presentando en varias ciudades del país.

Editorial 

En Colombia con el paso de los años y el crecimiento del parque automotor, también ha ido creciendo el nivel de intolerancia, irrespeto y de problemas en las calles de las principales ciudades del país. Unos lugares que se han quedado totalmente obsoletas por el crecimiento continuo de vehículos, motos, patinetas, buses y todo tipo de movilidad que se ha abierto paso por el inoperante, inseguro, precario e incómodo transporte público en territorio colombiano, el cual es inexistente en la realidad.

Esto lo que ha provocado que uno de los principales actores viales: la motocicleta, sea el culpable de los accidentes y muertos de las vías, incluso de los crimines en Colombia, como lo son el fleteo y el sicariato.

Los esfuerzos de las autoridades han sido insuficientes, tímidos y cobardes, pues las listas de puntos negativos en contra de este medio de transporte crecen más. Este Gobierno llegó con la idea populista de regalarles la mitad del seguro obligatorio para que por fin el 70% de estas personas lo pagaran, pero ni así están pagando el SOAT, y lo que se ocasionó fue un hueco más grande en un sistema que ya estaba desfinanciado como lo había expresado Fasecolda.

Como conclusión, se puede mencionar que los motociclistas, aparte que no quieren pagar este seguro obligatorio, tampoco desean pagar peajes, impuestos y no quieren tener pico y placa. No se les puede exigir que respeten un semáforo en rojo, una cámara de velocidad, placas sin alteraciones; acá la pregunta es: ¿qué hacen los Gobiernos? Absolutamente nada.

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Por su parte, los buses en Colombia tampoco son capaces de respetar las normas de tránsito y siguen utilizando carros que están contaminando, pero nadie es capaz de meterse con ellos porque en su gran mayoría son administrados por mafias. Nadie se atreve a tomarlo, pero son requeridos para crear un excelente sistema público.

Hoy en Medellín se requieren abrir nuevas rutas de buses, pero no se hace porque a los privados no les da la gana y el sector público no lo puede llevar a cabo.

Sobre las fotomultas, nosotros siempre hemos mencionado que deben ser necesarias en cada rincón de las ciudades, pero no pueden ser un negocio para las empresas. Al contrario, con esto se tiene que invertir en campañas de cultura ciudadana y señalización de vías y mantenimiento.

Estamos en un sector donde no hay Dios ni ley. En la noche de Halloween en lugares como Medellín, Cali y Bogotá salen 30.000 personas en motos, tapan sus placas, roban, meten droga, colapsan las vías, cometen toda una larga lista de crímenes y no hay quien los detenga, pues son ciudadanos a los que no se les puede decir nada.

Esta es una situación de anarquía, problemática y cada vez va a ir creciendo más. Lo vemos en las calles todos los días: personas atropelladas por motociclistas, los carros y buses no respetan las vías y una falta completa de responsabilidad.

Apropósito, ¿Qué se acabe el SOAT? Que lo acaben, pero que se expida una ley donde todo vehículo tenga una póliza todo riesgo, y el que no la tengo no puede circular. Es lo más justo y equitativo. Todos los colombianos tienen que entender que manejar es una responsabilidad y toda responsabilidad tienen costos que se deben asumir.

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