Por: Rudolf Hommes
Los economistas sostienen con razón que la clave para inducir mayor crecimiento es que aumente la productividad, pero generalmente no tienen en cuenta que el estado colombiano es uno de los principales obstáculos al crecimiento de la productividad, y en consecuencia para el crecimiento de la economía. Al respecto dice el profesor James Robinson, en una entrevista que le concedió a un medio universitario en el Ecuador, que para nuestro país “el desafío es el estado. El estado es disfuncional; no es capaz de proveer infraestructura básica. Las vías son terribles en Colombia; … El estado no garantiza el orden ni provee servicios en muchas partes del país. Así que el estado es muy débil. Y, además, el poder político tiene una distribución muy desigual”.
En una entrevista que publicó Semana (25 de junio) con referencia a su libro El Orden de la Libertad, Mauricio García sostiene que en un 50 por ciento del país no hay estado. “Gobierna el paramilitar, el terrateniente, el clientelismo….” y se pregunta “¿Qué mayor ineficacia que un estado que no controla todo el territorio?” Añade algo muy importante: “Que hay que fundar un orden que nos haga libres…Un estado que resuelva el problema de la injusticia social, no que la reproduzca”. A la pregunta de por qué no se ha progresado en esto responde que “en Colombia ni a la derecha ni a la izquierda les interesa la construcción de instituciones eficaces”. Esta última porque le teme al autoritarismo y la derecha “porque cree que es mejor construir un orden a partir de la religión, de la tradición o de la fuerza. Lo que necesitamos es un orden legítimo…” y gobiernos que puedan actuar en forma autónoma.
Para García ese orden es una condición sin la cual no se puede aspirar a la libertad; la democracia y el progresismo necesitan rescatar la obediencia al derecho y a otras normas de comportamiento que se atribuye exclusivamente la derecha. Los economistas estarían generalmente de acuerdo con este planteamiento. En efecto, Robinson en la entrevista referida dice que no es la cultura la que impide el desarrollo. “Es que la gente no respeta la ley. Pero eso ocurre por la forma de operar del Estado, porque el Estado es clientelista, porque así está organizado el poder… Esa es la manera que permite dar favores a la gente e intervenir de forma discrecional”. A eso hay que sumarle que las instituciones son extractivas y depredadoras en sociedades donde existe una excesiva concentración del poder económico y político.
Todo lo anterior incide negativamente sobre la productividad. La falta de compromiso con resultados tangibles y la corrupción también contribuyen a que el estado en lugar de aportarle positivamente al crecimiento económico hace lo contrario. Le quita recursos al sector productivo a través del sistema impositivo para repartirlos con su clientela, para contratar mayoritariamente incapaces o para invertir en obras inconclusas, mal concebidas o mal ejecutadas. Se convierte en un agente destructivo, nocivo para el desarrollo. El principal problema económico y político de Colombia es el estado. Hace falta reconocerlo.