El tablero geopolítico de 2025: la clave será saber jugar el juego

No podemos predecir el futuro. Sin embargo, el presente nos ofrece hechos que permiten identificar las cartas clave para el próximo año. Partiendo de esta premisa, se puede afirmar que 2025 será un periodo crucial en la política internacional.

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El el tablero geopolítico entran jugadores con objetivos diversos y recursos desiguales configurarán el equilibrio global, trayendo tanto retos como oportunidades. Entonces, cabe preguntarse: ¿cómo está el tablero y qué está en juego? Cada movimiento cuenta, y anticiparse a los posibles escenarios podría marcar la diferencia.

Este contenido hace parte de la 9° edición de la Revista 360, producto periodístico anual y exclusivo elaborado por 360 Radio

Hay al menos cinco movimientos en el radar:

  1. UU. y China: una carrera por el primer lugar

La competencia creciente entre Estados Unidos y China se perfila como una partida de suma cero por la hegemonía global: la ganancia de uno podría percibirse como la pérdida del otro. El plan «Made in China 2025» busca reforzar la capacidad industrial y tecnológica de China para ampliar su influencia en el comercio internacional. EE. UU., con un nuevo liderazgo, intentará contener a su rival mediante políticas comerciales restrictivas y una posible reorientación de su política exterior.

Estas tensiones podrían traducirse en sanciones bilaterales y proteccionismo, afectando las cadenas de suministro y los mercados financieros, generando presiones adicionales sobre las monedas y los países emergentes no alineados con alguna de estas potencias..

Europa y el dilema del equilibrista

Europa, en medio de la competencia de grandes potencias y sus crisis internas, enfrenta decisiones trascendentales como las elecciones en Alemania y la reconfiguración del Parlamento Europeo. La crisis energética, el conflicto en Oriente Medio y la guerra entre Rusia y Ucrania presionan su postura neutral.

Decidir si alinear su estrategia con EE. UU. o China, o mantener una posición intermedia, será crucial para afrontar retos energéticos y climáticos, así como para preservar la diplomacia y la cooperación internacional. El desafío no solo radica en mantener la cohesión del bloque, sino en garantizar su independencia económica a largo plazo.

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Asia y Medio Oriente: un tablero multipolar clave para el comercio

Asia y Medio Oriente concentran dinámicas geopolíticas complejas. En Asia, la competencia entre China y Japón, el ascenso de India y las tensiones entre las Coreas influyen en las relaciones con EE. UU. y China-Rusia, mientras persisten disputas en el Mar del Sur de China.

En Medio Oriente, el conflicto Israel-Palestina genera inestabilidad en una región clave para la política, economía y energía global. Países como Irán, Arabia Saudita y Siria, junto con actores internacionales, complican la situación, afectando rutas marítimas estratégicas como el Golfo Pérsico y el Canal de Suez. Esto podría aumentar los costos logísticos y afectar las cadenas de suministro. La relocalización de industrias y la creación de nuevos socios comerciales en zonas menos expuestas podrían transformar la economía y la geopolítica mundial

África y su potencial transformador

África, liderada por la Unión Africana, enfrenta desafíos estructurales y climáticos que limitan su desarrollo, pero su relevancia como proveedor de recursos naturales sigue creciendo. En un mundo que demanda insumos escasos, el continente podría abrir oportunidades para el crecimiento económico, el desarrollo de capital humano y la inversión.

América Latina: un péndulo en movimiento

El continente vivirá un año marcado por elecciones en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, con posibles reconfiguraciones en seguridad, migración y sostenibilidad fiscal. En un contexto económico incierto, la región deberá equilibrar su desarrollo interno con su integración en cadenas globales. Su papel como proveedor de materias primas, generador de energía y gestor de recursos hídricos será crucial para la estabilidad y el progreso.

Conclusión

En 2025, la economía global dependerá de cómo estos jugadores y bloques gestionen sus intereses y equilibren conflictos. Las tensiones comerciales, los cambios políticos y los retos climáticos representan tanto obstáculos como oportunidades para redefinir alianzas y estrategias en un tablero interconectado. La clave estará en anticiparse a las jugadas y adaptarse a un entorno donde cada movimiento impacta el sistema.

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Por: Paula Andrea García Castelblanco 

Directora del Observatorio Sociopolítico en RADDAR CKG

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