El universo de la moda quedó en shock tras conocerse los detalles del testamento de Giorgio Armani, fallecido este mes a los 91 años. El legendario diseñador italiano, símbolo de la elegancia discreta y de la independencia empresarial, dejó por escrito un plan que podría cambiar para siempre el rumbo de la firma que fundó hace medio siglo.
El testamento de Giorgio Armani establece la venta del 15 % de su emporio de moda
En el documento, Armani estableció que sus herederos deberán vender una participación inicial del 15 % de Giorgio Armani SpA a alguno de los grandes jugadores del sector LVMH, L’Oréal o EssilorLuxottica en un plazo máximo de 18 meses. La cláusula incluso contempla que, si el comprador lo desea, podrá ampliar su control hasta una mayoría accionaria en tres años. Otra alternativa es abrir la compañía a bolsa, con una valoración que analistas estiman en hasta US$8.200 millones.
La decisión sorprendió al mercado, dado que Armani siempre defendió la autonomía de su casa de moda, incluso mientras otras firmas italianas terminaban absorbidas por conglomerados internacionales. Su resistencia a vender se convirtió en parte de su legado, aunque las alianzas estratégicas que cultivó en vida con L’Oréal (perfumes), EssilorLuxottica (gafas) y Bernard Arnault de LVMH dejaron la puerta entreabierta a un futuro acuerdo.

Nuevo rumbo para Armani
Tras su muerte, el control de la empresa pasó a la Fundación Giorgio Armani, sus familiares y su socio de confianza Leo Dell’Orco, quien será clave en la selección del nuevo socio estratégico. El testamento también blindó la continuidad de la marca: la fundación conservará siempre al menos un 30 % del capital y deberá garantizar la estabilidad financiera y el legado creativo.
Los analistas, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre quién tiene más opciones de quedarse con la firma. Mientras desde Berenberg apuestan por LVMH, otros expertos como Luca Solca, de Bernstein, consideran más viable que el control recaiga en compañías con las que Armani ya mantenía licencias históricas. Por ahora, EssilorLuxottica manifestó que estudiará con atención la posibilidad, mientras LVMH y L’Oréal optaron por el silencio.
Lo que sí es seguro es que el testamento de Giorgio Armani no solo marca el destino de su imperio, sino que también reabre la conversación sobre el futuro de la moda italiana frente al poder creciente de los conglomerados globales.