El valor de una empresa más allá de la acción

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En momentos en donde el mundo se está replanteando muchísimas realidades, también se revalúa lo que significa el valor intangible de una empresa, valor que muchos no saben apreciar. 


EDITORIAL

En una economía abierta, en un mercado libre, en una sana y libre competencia, sobre todo sana palabra que muchos olvidan; se debería tener en cuenta que una empresa no solamente importa y es exitosa en la medida que genera más utilidades y que tenga mayor número de empleados o sucursales en el mundo. Hay muchísimas compañías que son grandes monstruos, que desafortunadamente tienen una mala nota cuando a la calidad del personal se refieren, al trato, a las formas y a las maneras en que se llevan a cabo las operaciones. 

Estaríamos tomando los manuales de la vieja usanza, de la ética y la moral en donde muchos de nuestros ancestros sí se fijaban en el valor de la palabra, de mirarse a los ojos y de honrar las promesas. Ahora, en medio de una sociedad más desconfiada, con más incertidumbre que certezas, con más personas ambiciosas desmedidas que no respetan mínimos de línea ética pues se hacen más necesarias las notarías, registros fotográficos, formas físicas porque se ha generado desconfianza entre empresas, ciudadanos y estado. 

Las empresas en Colombia, que son pocas al ser Colombia un país de pocas empresas, pues hemos tenido una economía cerrada al mundo, con mejores notas teniendo un mayor desempeño en los últimos 15 años; quizás en los últimos hemos decaído muchísimo y hemos perdido no solamente protagonismo, sino también la capacidad de hacer grandes negocios a nivel mundial. 

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Pocas empresas ser socios globales de compañías que operan con éxito en Europa, Estados Unidos o Medio Oriente y aún más pocas son las empresas que se preocupan por el empleado, crear valor en cada una de las operaciones, de establecer retos en materia de sostenibilidad, de ser amigables con el medio ambiente y de compensación en áreas de influencia, prevención. 

Insistimos en que son pocas las empresas grandes y segundo porque pocas de las grandes están enfocadas en esto. Y ahí, es donde vale la pena trabajar, buscar un espacio, construir el sueño laboral y eso lo vemos reflejado sobre todo en las compañías que no están dispuestas a correr la línea ética. Hoy lastimosamente tenemos empresas que pueden sobornar, amenazar, chantajear, buscar comprar gobernantes para favores y son expertos en eso. 

Nosotros queremos posicionarnos del lado de las compañías que no solamente tienen un buen manejo financiero, laboral, en sus operaciones, compromiso con el país y empleados, sino que tienen un compromiso con la ética, el respeto y los valores. No estamos en un mercado persa donde todos tenemos un precio en la frente, o tampoco somos presas fáciles bajo chantajes y extorsiones. 

Queremos dejar  esta reflexión para personas que hoy presiden empresas, para muchas personas que integran importantes juntas directivas y sobre todo para quienes se encuentran en posiciones de regulación, tribunales, superintendencias y entes públicos con capacidad de toma de decisiones, para que reflexionen. La sociedad los está viendo y tarde o temprano la historia y el tiempo juzgarán como actúan. 

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