El gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia habló con 360 Radio sobre los impactos económicos que ha dejado la pandemia en una de empresas más representativas del Departamento, además de la propuesta de la FLA pare entrar en el mercado del cannabis medicinal, la adaptación que tuvo que hacer la empresa para fabricar alcohol etílico y en qué va la discusión en la Asamblea de Antioquia para el cambio de naturaleza jurídica. Estas son sus principales impresiones.
Entrevista 360 Radio
360 Radio
Muchos sectores económicos se han visto bastante afectados por cuenta de esta pandemia por la que atravesamos hoy día, e indiscutiblemente, uno de los sectores más golpeados es el de los licores.
Aunque de alguna forma el país poco a poco el país ha comenzado a regresar a una normalidad, es más que claro que el confinamiento y las medidas que se implementaron como, la ley seca en diferentes regiones del país, terminaron generando una reducción significativa en el consumo de bebidas alcohólicas.
En ese sentido, ¿Cuál es el panorama económico en cuanto a las ventas de las FLA luego de la cuarentena?
Javier Ignacio Hurtado (J.I.H): Si todo este año hubiera transcurrido en normalidad, los consumidores de la Fábrica de Licores a julio habrían consumido 17 millones de unidades, pero en julio de este año, porque aún estamos consolidando las cifras de agosto, en plena cuarentena vamos llegando a los 10 millones.
Esto es un 55% menos que al año anterior, lo que representa una caída en ventas del 45%, pero con dinámicas distintas en cada departamento.
Por ejemplo, Bolívar y Atlántico tuvieron el pico de la pandemia antes que Antioquia, entonces allá las ventas bajaron durante mayo y estas se fueron al piso.
En cuanto al panorama de Antioquia, aunque marzo y abril fueron meses muy malos para todos, en mayo y junio hubo un repunte importante, pero en julio y agosto volvimos a tener un descenso en ventas.
Precisamente, acabamos de pasar el mes más duro en Antioquia, pero a la vez acabamos de pasar los mejores meses en otros departamentos que ya pasaron por el pico de la pandemia.
En ese sentido, digamos que hay una relación muy estrecha entre la pandemia y la situación de cada departamento con las ventas, pero en promedio como tal, hablamos de un 45% menos de ventas.
Todavía los restaurantes y bares están cerrados, los eventos siguen en vilo; para nosotros este año no hubo Festival Vallenato, no hubo Feria de Flores, no hubo Carnaval de Montería y esa es la realidad.
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Para las ventas de la FLA, ¿cuáles han sido las regiones en donde han estado las mayores afectaciones?
J.H.I: Definitivamente el mayor impacto ha estado en Atlántico y Bolívar.
En Barranquilla hubo un toque de queda de casi 2 meses y allí la situación fue complicada; cuando en Antioquia apenas íbamos llegando a los 500 casos, en Barranquilla ya prácticamente estaban alcanzado el pico, pero ahora la situación se revirtió.
La capital del Atlántico va mejor en temas de reapertura que Medellín porque acá apenas estamos empezando a superar los picos.
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Todos los antioqueños sabemos que la FLA es una entidad 100% pública, adscrita a la Gobernación de Antioquia y que aporta grandes recursos para la salud, la educación y la cultura de los colombianos.
Usted nos acaba de mencionar los impactos económicos que esta pandemia ha tenido en las ventas y esto genera inquietudes en cuanto a las rentas a la salud y la educación, pues podría entenderse que como ha entrado menos dinero a la FLA, esos aportes también se verían reducidos.
¿Qué tanto se verán afectadas las transferencias a la salud y educación?
J.I.H: Esto tiene varias connotaciones. A nosotros nos tocó recibir un año en donde el consumo ha disminuido por la pandemia, además de recibir un año en donde los distribuidores ya tenían un año de inventario.
Entonces, cuando yo asumo la gerencia, los distribuidores ya habían comprado las unidades para todo este 2020, y para ahondar el problema, hoy uno habla con distribuidores y se encuentra con que lo que les iba a durar un año ya les va a durar mucho más tiempo.
Es decir, durante este año no vamos a alcanzar a vender lo que ellos ya tenían de inventario cuando inició el 2020; se nos han juntado 2 cosas y el impacto de la Fábrica de Licores está en los ingresos para los proyectos de inversiones, los cuales representan cerca del 25%.
Es probable que una de las consecuencias para el departamento es que se vayan a ver afectadas en las rentas de Antioquia.
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¿Cree usted que a final de año puede haber pérdidas dentro de la Fábrica de Licores?
J.H.I: El punto de equilibrio de la FLA creemos que lo pasamos, pero el tema relevante está en que este año se van a generar menos ingresos porque habrá una afectación para la empresa.
No vamos a estar al orden de ventas billón de pesos y habrá una reducción del 45% en ingresos, lo que básicamente se traduce en menos utilidades.
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Una de las palabras más populares en el país desde que inició la pandemia ha sido ‘reinvertarse’.
¿Qué pasó con la FLA durante la cuarentena, cómo viene operando ahora? Y ¿qué tan fácil o complicado fue hacer un cambio en la producción teniendo en cuenta el alcohol etílico que la FLA produce?
J.I.H: Yo lo que creo que está sucediendo es que todo mundo está tratando de manejar la situación desde varios frentes.
Uno de estos es desde la innovación de productos, en donde nosotros tuvimos el tema del alcohol y que tuvo dos temas muy importantes.
Logramos ajustar rápidamente la capacidad de producir alcohol, pese a que hubo semanas en donde no podíamos producir licor porque los trabajadores estaban produciendo alcohol.
Creo que lo más importante es que nosotros logramos acompañar a la ciudad y al departamento en esa primera ola de cuando llegó la pandemia y que el alcohol escaseó en todo el país.
Pudimos apoyar a los hospitales, bomberos y organismos de control con más de 250.000 unidades.
Paralelamente se abrió la necesidad de apoyar también a los ciudadanos, entonces empezamos a producir alcohol para las personas y a comercializarlos en los diferentes canales de ventas.
Esto nos generó una nueva forma de llegar a los consumidores, que si no hubiera habido pandemia, muy seguramente la idea de comercializar este producto no hubiera estado tan latente.
Queda claro que la Fábrica de Licores de Antioquia es la fábrica de todos los antioqueños y que los ciudadanos han entendido que la FLA ha estado con todas personas en un momento muy difícil; quedará para la historia que en planea pandemia, ahí estuvimos.
Paralelamente la FLA tiene unas marcas muy posicionadas, que se rotan muy bien en el mercado, pero que nos ha llevado a repensar la forma en la que hacemos nuestras cosas, porque el viento ya sopla de una manera diferente.
El tener restaurantes, bares y muchos sectores económicos cerrados nos ha obligado a fortalecer ciertas cosas, que digamos que cuando pase la pandemia, vamos a quedar más fuertes.
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Apropósito del alcohol etílico, ¿Cómo va esa producción? Y ¿Hasta cuándo van a mantener este producto o definitivamente se quedará permanentemente como parte del portafolio de la FLA?
J.I.H: Nosotros acabamos de terminar otro lote de 1.600.000 unidades y es importante aclarar que a nosotros nos dieron permiso para fabricar alcohol mientras la pandemia.
Entonces, tenemos que ir ajustándonos y con nuestro equipo de trabajo mirar todo lo que debe hacerse para que la FLA siga comercializando alcohol, incluso, así ya no haya pandemia.
En ese sentido, debemos sacar permisos como empresa que puede producir farmacéuticos y presentarle al Invima en qué líneas podemos trabajar con el alcohol.
Nuestro permiso es simplificado, algunos requerimientos farmacéuticos no se solicitaron, pero afortunadamente al nosotros fabricar alcohol para consumo humano, contamos con mecanismos muy asépticos.
Para ser empresa productora de alcohol se requiere de otros permisos y actualmente tenemos un equipo estructurando qué se debe hacer para cumplir con estos requisitos.
Cuando la gente hace un análisis de lo que nos va a quedar de esta situación por la que atravesamos, hay una tendencia de cuidado y el alcohol será parte de ese cuidado.
La pendemia puede acabarse, pero los protocolos de seguridad y los hábitos de higiene van a permanecer por mucho más tiempo.
En algún momento dejaremos de usar tapabocas, pero el alcohol sí va a generar un espacio dentro de las familias y el hogar.
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¿Qué tiene en mente la FLA para reactivar las ventas, en especial si se tiene en cuenta que los meses que quedan del año son los más comerciales en el país, especialmente diciembre?
J.I.H: Nosotros consideramos que este año no habrá una apertura total.
En diciembre no vamos a ver fiestas abiertas en cada casa o al Atanasio Girardot repleto con 50.000 personas disfrutando de determinado evento.
Será una Navidad que celebraremos todos de forma más recogida; ya los jóvenes empezaron a reunirse en la casa de los amigos y desde la FLA hemos hecho un llamado al consumo responsable de licor.
Esa será la dinámica de este año, de consumo de alcohol en un grupo limitado de personas, entonces queremos estar cerca de las personas.
Por eso hemos fortalecido nuestra posición en Rappi y así llegar a más personas, pero también en las tiendas y almacenes de cadena porque ahí estará la clave.
Habrá muchas reuniones grupales, en algún momento nos va a tocar ser anfitriones en nuestra casa, y como hemos visto en otros países una vez que es liberada la economía, habrá una necesidad de socializar acumulada.
En lo personal no me he visto con mis amigos desde hace meses, pero muy probablemente en unos meses ya habrá esa necesidad de volvernos a encontrar.
En esas épocas de fin de año, el espíritu de la festividad de la Navidad y el haber estado tan distantes tantos meses, hará que haya una mayor cantidad de propuestas para que la gente pueda juntarse nuevamente.
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¿Qué se viene para la FLA en estos 4 años? ¿Qué tiene en mente como gerente y como cabeza qué ideas tiene?, ¿Qué expectativas le genera su gerencia?
J.H.I: Nosotros estamos resolviendo con la Asamblea de Antioquia un dilema y es la figura jurídica de la FLA.
La Fábrica de Licores de Antioquia es la única empresa de licores en Colombia que todavía sigue siendo una secretaría del Departamento y no una compañía.
Estamos en una discusión para ver si por fin la FLA adoptada la estructura jurídica que han adoptado todas las empresas.
A partir de allí, nosotros sí tenemos que soñar con que la FLA entre a incursionar a nuevas cosas que le permitan a Antioquia idealizar con que esta empresa no solo se quedó hablando de aguardiente o ron.
La FLA actualmente tiene una crema de ron muy buena, un vodka, pero esta empresa a partir de las fortalezas que tiene y el valor que representa para Antioquia, puede generar nuevos escenarios e incursionar en nuevas formas de mercado.
Por eso estamos haciendo un estudio para ver si viabilizamos que la FLA incurra en el mercado del cannabis, de producción industrial y comercial de cannabis medicinal y ahí la FLA con su institucionalidad puede tener una ventaja competitiva.
Sabemos que se requiere de altas inversiones, pero la FLA puede hacer una muy buena inversión en un mercado en el que tendría una ventaja por ser institucional.
Podemos generar una dinámica interesante para Antioquia, para los cultivadores de cannabis y para los ingresos del departamento.
Estamos buscando esa nueva línea, que creemos que son las líneas del futuro y aunque en ese futuro habrá licores y seguiremos siendo los líderes, es bastante claro hay otras líneas que van naciendo y que tenemos que revisar la pertinencia para estar dentro de ellas.
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En efecto, hace unas semanas una coalición de 15 diputados de la Asamblea Departamental reavivó el debate por la reforma de la Fábrica de Licores de Antioquia.
¿Qué ha pasado o en qué va el cambio de naturaleza jurídica?, ¿Habrá separación entre la Gobernación y la Fábrica de Licores de Antioquia para convertirse en una empresa industrial y comercial del Estado?, ¿Cómo analiza usted este tema?
J.I.H: Acá hay dos cosas, conveniencia y obligatoriedad.
Nosotros le estamos diciendo a la Asamblea que estamos aquí transformando la FLA porque tenemos que acatar los fallos judiciales.
Lo primero que debo aclarar es que transformar no significa cambiar la Fábrica de Licores de Antioquia.
Para explicarlo en un lenguaje sencillo, es como si usted llevara conviviendo 20 años con su pareja y ahora deciden casarse.
Eso no significa que usted va a cambiar de pareja, simplemente se va a casar con ella y ya pasarán a ser esposos; es decir, cambiará la forma de relacionarse con su pareja.
Es lo mismo con la FLA. La Fábrica de Licores está vendiendo como una dependencia de la Gobernación, pero hora lo que vamos a hacer es organizar la parte jurídica de la FLA.
Esto tiene varias implicaciones, primero, reconocerle a los trabajadores su régimen laboral, porque en los fallos estos fueron los que demandaron a la FLA y la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado les dieron la razón; ¡es que ellos son trabajadores oficiales!
Si ya las cortes están diciendo eso, pues adoptemos lo que somos, somos trabajadores oficiales y no le sigamos dando vuelta a esto.
Hay gente que considera que sigue siendo una oportunidad de quedarnos como estamos, pero entonces vamos a seguir recibiendo demandas que tendremos que pagar y los trabajadores insistiendo en que son trabajadores oficiales.
Así no nos transformemos, cualquier juez que coja un caso de un trabajador de la FLA va a decir que es un trabajador oficial, porque en todas las empresas de licores del país los trabajadores son oficiales, menos los trabajadores de la FLA.
Lograr la transformación tendrá unas implicaciones; una es financiera, entonces lo que nosotros hemos estado trabajamos con el Departamento, con Hacienda y con la Universidad de Antioquia, es que, «si hay que acatar las órdenes de los jueces, ¿cómo vamos a hacer para no afectar las rentas del Departamento?».
Ahora, aclaro algo que es muy importante, no es que se van a perder los recursos para inversión.
Entonces desde la FLA lo que hemos hecho es decirle a la Asamblea que arreglemos nuestra situación jurídica, porque ya encontramos la forma en la que podemos hacerlo sin que se nos afecten las rentas al Departamento.
Por eso propusimos un modelo, que es el que estamos presentando en la Asamblea, en donde les decimos ‘casémonos’, es decir, organicemos nuestra situación jurídica, que es una figura que está aprobada en el país, lo usan empresas muy grandes como ISA, que también es pública.
Usemos la misma figura y el impacto al Departamento va a ser menor, porque sí habrá un impacto en cuanto a indicadores, pero no en los ingresos.
Los ingresos se van a conservar, cambia un poco la forma de medirlos, pero no se afectan las rentas y mucho menos se le va a pagar impuestos al país
Ya encontramos la forma y tenemos la oportunidad de legalizar la situación de la empresa jurídicamente; habrá un régimen claro con nuestros trabajadores, además de dejarnos con un régimen que nos permitirá ser más competitivos.
Esos fallos que los trabajadores tienen y se ganaron, volvámoslo una oportunidad porque el mercado ha cambiado mucho y tenemos mucha competencia.
Hace 3 años cambio la ley de licores y ya se ve la competencia por todas partes.