«Ley seca y toque de queda terminan siendo medidas vacías», Santiago Silva

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El profesor asociado al Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT, politólogo de profesión, dijo además: «Aunque en algunos contextos pueden ayudar (medidas de ley seca y toque de queda) no son tan buenas o importantes como muchos gobiernos están intentando venderlas a los ciudadanos en la actualidad».



360 Radio:

En primer lugar, Santiago, hablemos de las medidas que están tomando los gobernantes en Colombia que tienden a ser restrictivas, como la ley seca, toques de queda luego de cuatro meses de la pandemia, ¿las personas realmente responden a esto? 

Santiago Silva (S.S.):

Ha sido una tentación recurrente en varios gobiernos locales la posibilidad de utilizar estas herramientas con las cuales pueden restringir un poco más lo que las personas hacen. Esto tiene diferentes dificultades, una de las principales y quizá una de las más llamativas en el caso colombiano, es que en muchas ocasiones el mismo Estado no cuenta con todas las herramientas para poder hacer cumplir estas medidas; termina siendo una medida vacía en la que hay una especie de amenaza de consecuencias al incumplimiento de la medida, es decir, si la gente no las sigue.

Lo que ocurre en la realidad, es que tanto la Policía como los estados locales no tienen la suficiente cantidad de personal, incluso en algunos territorios no controlan completamente las dinámicas y la implementación se queda a mitad de camino. Eso de cara a asumir que la medida fuera positiva de por sí, lo que es un poco cuestionable porque genera muchas dudas pensar que la única razón por la cual se están generando encuentros, reuniones e incluso fiestas en algunos lugares sea la posibilidad de comprar alcohol y el hecho también de que esté concentrada esa ley seca deja muchas dudas sobre si realmente eso no termina más bien afectando bastante a ciertos negocios que están fluyendo más con la venta de licor y a la vez no terminan afectando la posibilidad de que se den estas reuniones.

360:

¿Cómo se han revaluado en el mundo las posiciones de represión en esta pandemia? 

S.S.:

Hay que ser simpáticos con la manera cómo los gobiernos han tomado decisiones porque todo esto se fue haciendo a través del ensayo error, incluso en los países en que las cosas han salido mucho mejor el impacto del virus y de las medidas ha sido diferente al del nuestro; eso ha ocurrido cuando se han tomado medidas, luego quitarlas, evaluarlas e ir revisando. No hay fórmulas mágicas y todos los países lo han demostrado, incluso países que tuvieron muy buenos desempeños al principio de la pandemia han tenido retrocesos; esto es un proceso de aprendizaje muy complejo que es inevitable.

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Uno se pone a pensar un poco sobre aproximaciones y aprendizajes para lograr abordar de manera efectiva este inconveniente. Hay tipos de reapertura controlada que funcionan bien, hay una máxima fundamental en esto y es la posibilidad del mantenimiento del distanciamiento físico. Ya tenemos suficiente conocimiento sobre el virus para saber que el mayor riesgo de transmisión está en las aglomeraciones, y especialmente las que son sistemáticas y recurrentes, como en una reunión social demasiado larga, en un restaurante muy estrecho, en un sistema de transporte público donde las personas están muy cerca durante un largo periodo de tiempo.

Teniendo tanta claridad sobre las formas cómo el virus se transmite más fácilmente uno podría llegar a aproximaciones que en un punto medio permitan que las personas puedan volver a salir, que la economía no se ahogue como ocurre, y sigamos cuidando la posibilidad de que haya más contagios.

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360: 

La administración municipal de Medellín ha anunciado que estas medidas serán hasta el final de la pandemia, cuando ni siquiera se sabe cuándo va a llegar a su fin. 

¿Que tiene para decir de esto?

S.S.:

Ese es probablemente uno de los asuntos más controversiales del anuncio de la administración municipal porque no tenemos idea de cuándo se acaba la pandemia. El mismo término «cuando se acabe la pandemia» es extraño, ¿qué significa?, ¿qué los contagios se reduzcan?, ¿que estemos todos vacunados?, ¿cuál es ese punto en donde esto ocurre? En ese sentido, algo que le ayudaría mucho a esa medida es que se dé claridad sobre cuáles van a ser las circunstancias. Uno de los fallos fundamentales en el anuncio fue precisamente ese tema de no emitir unas temporalidades particulares; si el gobierno municipal se quedara en anunciar cada fin de semana las medidas estoy seguro que las personas las recibirían de una manera diferente y de pronto podrían ser una herramienta más clara para abordar el problema del contagio.

360:

En Medellín las personas, en gran manera, no cumplen las medidas porque las leyes son muy laxas, en tanto que en países europeos pareciera haber más acato a las medidas.

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¿Está de acuerdo con esa apreciación?

S.S.: 

Hay muchos matices en el sentido de que en Colombia y otros países de América Latina hay cierta relación conflictiva con medidas de autoridad, hay unos niveles de legitimidad reconocidos en el Estado que son relativamente bajos y eso genera muchas dificultades para el cumplimiento de las normas. Hay algunas disposiciones culturales que también llevan a que esa relación sea conflictiva y por tanto a que ciertas medidas que se establezcan sean complejas. Lo interesante del caso colombianos es que hasta hace poco, estábamos viendo un cumplimiento bastante alto en el marco de la pandemia.

Un estudio de Google que hacía el seguimiento por medio de los gps de los teléfonos móviles, Colombia salío de primero en el ranking mundial en el cumplimiento de las medidas por la pandemia, en el sentido en que las personas no se movían mucho de donde estaban. Eso tiene matices por el tipo de celulares, entre otros, pero daba una muy buena vista de que el cumplimiento inicialmente era bastante bueno. Ahora, tanto como el ritmo de contagio inicial del país como ciertas experiencias de la cantidad de multas que se imponían y otros datos, nos daban cuenta de que el país estaba haciendo bastante bien el cumplimiento de la medida.

La medida de cuarentena es una bala de plata, uno la podría utilizar en un solo momento y funcionando muy bien. Nosotros ya la utilizamos y en la actualidad nos estamos encontrando una situación en la que esa medida ya se desgastó, la fatiga de la misma en cuanto a lo social y económico ya están golpeando más duro de lo que la mayoría de las personas pueden aguantar. El sistema entonces se resquebraja un poco. 

Tenemos que seguir confiando sustancialmente en que la movilización alrededor de la cultura ciudadana puede tener un efecto, pero tampoco asumir que eso sea una varita mágica. También hay que encontrar herramientas a través de la autoridad del Estado para obligar ciertas cosas que sean necesarias. La gran pregunta es, ¿toques de queda y ley seca son las medidas que se deben tomar? Aunque en algunos contextos pueden ayudar no son tan buenos o importantes como muchos gobiernos están intentando venderlas a los ciudadanos en la actualidad.

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