POR: CLAUDIA LÓPEZ
Somos la tercera generación en la historia de Colombia que decidirá cómo acabar un conflicto armado de larga duración e intentará por enésima vez construir un país en paz, moderno e incluyente. Uno donde a nadie se mate por sus ideas, a nadie se secuestre por su riqueza y a nadie se excluya por ninguna razón.
De esta generación y momento de nuestra historia se hablará durante los próximos 100 años. Generaciones venideras juzgarán nuestras acciones y decisiones de hoy, como nosotros hemos juzgado las de los colombianos que votaron en 1957 por el Frente Nacional y como ellos juzgaron las de los colombianos que ganaron la guerra de los Mil Días e impusieron la Constitución de 1886.
En el Plebiscito por la Paz no escogemos un gobierno, Presidente o expresidente. Escogemos si votamos Sí para apoyar los Acuerdos de Paz e implementarlos para terminar 52 años de guerra con las Farc, o votamos No para rechazarlos y seguir con Farc y conflicto armado.
Con estos Acuerdos de Paz no van a desaparecer la pobreza, la corrupción, ni el desempleo. Con estos Acuerdos sólo desaparecerán las Farc y la guerra con ellas. Desaparecerán como organización criminal mediante la desmovilización de sus combatientes, la entrega y destrucción de sus armas, la erradicación de la coca que sembraron y de las minas que plantaron.
Nuestra parte del Acuerdo consiste en respetar la vida de los que dejen las armas, hacernos cargo del campesinado y regiones abandonadas, permitir a los desmovilizados de las Farc que, después de cumplir a las víctimas y Justicia Transicional, puedan seguir haciendo política pero sin armas, y por último, mejorar nuestra democracia para que todos podamos competir con garantías, ganar o perder elecciones sin trampas ni violencia.
Esta es la campaña de nuestra vida. Ser la generación de la paz consiste en hacer la mejor de las campañas: con argumentos, con paciencia, con compasión, comprendiendo el dolor y resentimiento que esta guerra ha causado. Tenemos cuatro semanas para enamorar a los escépticos con la esperanza.
Votaré Sí consciente de los riesgos y desafíos, también de que tendremos mejores herramientas para enfrentarlos. Votaré Sí conmovida por las tragedias de nuestras víctimas y decidida a asegurar un nunca más para ellas y para todos.