En medio de las tensiones diplomáticas entre Colombia y Perú por el control y la soberanía sobre la Isla de Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas, el candidato presidencial Santiago Botero hizo una intervención cargada de críticas, reclamos y un llamado a la seriedad frente a lo que considera una “guerra política de postureo”.
Santiago Botero, durante una intervención pública, cuestionó a los sectores políticos que hoy expresan preocupación por la situación en la frontera amazónica, preguntándose cuántos de ellos realmente conocen la región. “¿Los políticos hoy rasgándose las vestiduras? Yo quiero preguntar, ¿cuántos de ellos han estado allá?”, expresó en tono enérgico, afirmando que él sí ha estado en Leticia, donde presenció una realidad que contrasta fuertemente con el discurso centralista de Bogotá.
El reclamo de Santiago Botero llega en un momento de alta sensibilidad, ya que la Isla de Santa Rosa —territorio administrado por Perú pero que ha estado en debate por su ubicación estratégica y reclamos históricos— ha sido tema de conversación nacional. La isla se encuentra justo frente a Leticia, y su cercanía ha generado sentimientos de abandono entre los habitantes colombianos, quienes denuncian precariedad en servicios públicos, seguridad y presencia del Estado.
Santiago Botero, el candidato presidencial
Según Santiago Botero, la gente en esa región “quería ser más peruana que colombiana”. Aseguró que no hay agua potable, no hay carteros y no existen oportunidades laborales. “Es una región olvidada”, afirmó. Este diagnóstico no es nuevo, pero sí adquiere un nuevo matiz al ser pronunciado en medio de una campaña electoral donde el Amazonas aparece solo de forma marginal en los discursos nacionales.
Los políticos andan peleando por un territorio al que ni se han asomado!! pic.twitter.com/PIal7KFyjZ
— Santiago Botero Jaramillo (@Santibotero2026) August 7, 2025
Botero sostuvo que en Santa Rosa se vive una especie de abandono estructural que termina favoreciendo la narrativa del país vecino. “No tenemos nada, no tenemos, y si no tenemos todo, nos han quitado”, aseguró. Sus palabras fueron interpretadas como una crítica tanto al Gobierno como a la clase política que, según él, actúa solo cuando el tema se vuelve mediático.
El pronunciamiento de Santiago Botero se dio en medio de un ambiente tenso entre Colombia y Perú, luego de que altos funcionarios peruanos reiteraran su presencia militar y administrativa en la Isla de Santa Rosa. Si bien no existe una disputa formal por el territorio, el sentimiento de abandono y la falta de una política clara sobre soberanía en la zona han reavivado los cuestionamientos sobre la responsabilidad del Estado colombiano.
A esto se suma el malestar generado por la percepción de que Perú ha reforzado su presencia en la zona, mientras que Colombia se mantiene pasiva. Aunque las Cancillerías de ambos países han mantenido canales diplomáticos abiertos, en redes sociales y espacios políticos el tema ha escalado, convirtiéndose en un punto de debate nacional.
Críticas directas a la clase política
Santiago Botero no se guardó críticas contra otros sectores. “Sean serios. Que los cojan confesados en 2026. Bandidos disfrazados de políticos”, dijo, refiriéndose a quienes utilizan el Amazonas como discurso pero no como prioridad. Con frases punzantes, Botero cuestionó la coherencia y el compromiso real de sus contrincantes: “Paz para los colombianos, para los bancos, vean el sistema”.
Esta afirmación fue interpretada como una denuncia contra la desconexión entre los discursos institucionales y las verdaderas necesidades del país profundo. Según él, mientras se habla de desarrollo y paz, las comunidades como las del Amazonas siguen excluidas, invisibles y sin representación efectiva.
Santiago Botero y su narrativa regional
Esta no es la primera vez que Santiago Botero menciona el abandono de las regiones como un eje de su propuesta política. El candidato ha insistido en la necesidad de mirar hacia los territorios olvidados y descentralizar las decisiones del Estado. La mención explícita a la Isla de Santa Rosa es una jugada estratégica que busca conectar con los votantes que sienten que el país solo gira alrededor de Bogotá y Medellín.
Santiago Botero, al poner en la agenda la situación de Santa Rosa, ha obligado a otros candidatos a referirse al tema. Y aunque su tono ha sido confrontacional, ha logrado visibilizar un problema de vieja data que rara vez llega al debate público.