Con todo, esta guerra se está extendiendo al mundo porque ya no solo hay extremistas islámicos en Asia y África, hoy también tienen influencia en América, Europa y Oceanía.
La carta fundacional de Hamás establece en su artículo 7 que “El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos, cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo…”. En consecuencia, el pasado 7 de octubre, Israel fue víctima de un ataque terrorista por parte del grupo islámico Hamás.
El histórico conflicto territorial en Tierra Santa no es, en este momento, tema de debate. Lo que debemos condenar, es la barbarie que el mundo vio el 7 de octubre de 2023… el asesinato y secuestro de bebés, niños; las mujeres que fueron violadas y exhibidas como trofeos; el asesinato de civiles que estaban indefensos en sus casas, en una fiesta; los bombardeos; la masacre de familias enteras… delitos de lesa humanidad.
Es increíble y doloroso ver que hoy resurge el antisemitismo. Más aun, hoy tiene más adeptos que durante la Segunda Guerra Mundial porque a los nazis se les sumaron los extremistas islámicos, la izquierda radical… En efecto, nuevamente se estigmatiza a los judíos; otra vez marcan en Europa las puertas de sus casas y negocios con la estrella de David con el fin de aterrorizarlos; muchas embajadas israelíes son amenazadas y vandalizadas; las llamadas a las “jornadas de ira” o “día de la yihad” ya cobraron vidas judías en diferentes partes del mundo…
La vida de la población civil de israelíes y palestinos tiene que ser la prioridad. El mundo libre no puede permitir que más inocentes (de ningún lado) pierdan la vida en esta guerra. Sin embargo, no podemos ser ciegos ante la realidad y es que el verdugo y carcelero de los palestinos en Gaza es el grupo terrorista Hamás.
Mientras los presidentes progresistas en el mundo justifican y defienden lo indefendible, el presidente de la autoridad palestina condenó los ataques. Entre tanto, el gobierno de Gustavo Petro decidió elegir el bando de Hamás y ni siquiera lamentó el asesinato de los colombianos que fueron víctimas de este grupo terrorista. Más aún, por medio de su cuenta de X, como si fuera un activista, ha dado declaraciones que, por un lado, Hamás ha aplaudido y por otro, la comunidad judía ha lamentado. El presidente Petro, condena la respuesta de Israel a Hamás, pero no condena que Hamás use civiles (incluidos niños) como escudos humanos, no condena las agresiones sexuales, ni los bombardeos, ni los secuestros y asesinatos.
Por supuesto, podemos tener diferentes opiniones sobre el conflicto entre Israel y Palestina. Podemos, incluso, simpatizar con la causa de alguno de los dos. Lo que no es aceptable, es justificar el accionar criminal de Hamás, un grupo terrorista que no representa a los palestinos.
Con todo, esta guerra se está extendiendo al mundo porque ya no solo hay extremistas islámicos en Asia y África, hoy también tienen influencia en América, Europa y Oceanía. Incluso, este jueves 19 de octubre, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una alerta mundial a sus ciudadanos por posibles atentados terroristas.
En suma, justificar el accionar de estos extremistas islámicos, es darles poder y la oportunidad de ganar adeptos occidentales. Solo nos queda escuchar, informarnos para tener opiniones objetivas y sobre todo, pedirle a Dios por la paz en Tierra Santa y en el mundo.
Del mismo autor: El complejo de víctima/salvador del progresismo colombiano