Mucho se ha debatido desde distintas orillas ideológicas sobre si Colombia es o no un país con altos impuestos. Una de las ventajas de los números, a pesar de que muchos intenten malinterpretar, es que no tienen ideología y denotan realidades que son difíciles de ocultar.
Colombia, en definitiva, y se confirma con hechos como el del fichaje de Falcao García por Millonarios, es un país con unas altas tasas de tributación, casi con tasas que ahuyentan no solamente la inversión de las empresas, sino también a personas naturales. El sistema tributario colombiano lleva más de 14 años incubando una terrible matriz que, además de no ser sostenible en el tiempo, crea unos incentivos perversos y no trae ningún beneficio para los colombianos.
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En la clasificación de la OCDE, organismo al cual Colombia hace parte de milagro, tenemos las tasas corporativas más altas, es decir, las tasas que les cobramos a las empresas. Colombia está en el fondo de la tabla del índice Doing Business, que mide la facilidad para hacer negocios en un país.
Cerca del 70% de los impuestos que recauda el Estado colombiano es por cuenta de las empresas, y el tejido empresarial colombiano está compuesto en su inmensa mayoría por micro, pequeñas y medianas empresas. Eso demuestra la fragilidad y la inconveniencia de tener ese sistema tributario estructurado de esa forma, con el agravante de que solo ese 30% de las personas que pagan impuestos están manteniendo a casi un 70% de personas que no pagan impuestos directos.
De manera que lo que han hecho varios gobiernos, ante temores por represalias políticas y populares, es seguir aumentando impuestos a las personas que toda la vida han pagado impuestos, aumentando impuestos a las empresas y manteniendo a Colombia con esa descompensación y ese desequilibrio en el que muy pocas personas pagan impuestos, las pocas que pagan, pagan muchísimos impuestos y las empresas pagan impuestos excesivamente altos.
Incluso el mismo presidente Petro, quien lo creyera, ha reconocido esa realidad. Y esto lo decimos porque Falcao, si bien tiene la posibilidad de renovar por otros 180 días en 2025 con Millonarios y luego otros 180 días más para no volverse objetivo fiscal de las Aduanas Nacionales colombianas.
esta reflexión o esta situación de Falcao debería hacernos pensar a todos los colombianos sin ideología y reflexionar, pensar o debatir sobre si ese es realmente el modelo que Colombia quiere, que incluso sus connacionales tengan que hacer piruetas tributarias para poder venir a Colombia a trabajar. Y que si se regresaran a Colombia a vivir, prácticamente más de la mitad de su patrimonio desaparecería en impuestos que se le pagan al Estado colombiano.
Nosotros creemos que ningún país puede salir adelante ni atraer inversión, tanto de personas como de empresas, con semejantes niveles tan absurdos de tributación. Colombia debe, tarde o temprano, ojalá más temprano que tarde, dar un debate sin populismo, sin demagogia y sin ideología sobre la estructura tributaria del país.