Febrero 13, ¿golpe de Estado contra Petro?

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«El gobierno Petro, que lleva pocos meses, ha generado algunos cambios, pero el ritmo es lento. Es como si cuatro años fueran un suspiro frente a las grandes transformaciones que esperamos y deseamos para el país…»


Por: Wilmar Vera Zapata

Envalentonados por los cantos de sirena de la extrema derecha global, los neo fachos colombianos se sueñan con la bota militar pateando al Progresismo del Solio de Bolívar o, en el caso más frenético de su éxtasis, los chatarrudos Kfir lanzando bombas de precisión sobre el frontis de la Casa de Nariño, procurando no afectar el patio trasero del Congreso nacional, donde sus promotores golpistas berrean su bazofia de supuesto robo de elecciones, de que somos un país comunista o que el país perdió cayó en manos del castro-chavismo-petro-santismo-farcsismo…

En redes está circulando una invitación a los enemigos del gobierno Petro a marchar y generar un paro nacional en febrero. Están en su derecho, pero se esconde una amenaza real que viendo los acontecimientos en Brasil y Perú deben alertar a los demócratas reales y adelantarse a cualquier jugada sucia de la (p)oposición inteligente.

Para esa fecha los líderes de los grupos políticos más corruptos de la Historia moderna (Centro Democrático, Cambio Radical, Mira, Partido Liberal, Partido Conservador et al.) esperan reunir a miles de personas que les pidan a los patriotas militares defenestrar al primer gobierno de izquierda colombiana, pese a que Cabal asegure que este espectro político ha gobernado varias veces al país. ¡Qué vergüenza haber sido profesor universitario de tremenda ignorante!

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No es una amenaza menor, pues los representantes de esa banda criminal pretenden sostener que antes del 7 de agosto de 2022 vivíamos en Dinamarca y que ahora somos una pálida y escuálida Cundinamarca.

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¿Y los medios de comunicación? Haciendo su papel de instigadores y predicadores del caos. Inventando noticias, difundiendo bulos y fanatizando a sus audiencias para reforzar la idea de que el rumbo del país es el equivocado. ¡Claro que es el equivocado! Si los propietarios de los medios de (des) información son los dueños de las empresas que siempre han desangrado al país, el que les quiten poder es un rumbo errado.

El supuesto golpe a Petro no es porque estemos en camino a ser Cuba-zue-lombia, la punta de lanza de la Internacional Comunista, el Foro de Sao Paulo, la Declaración de Paz de La Habana, los Protocolos de los Sabios de Sión y hasta los Masones Iluminatis Magios, perros falderos de la nueva Urss de Putin y del maoísmo de Xi. Ignorancia supina, que demuestra que los dómines de siempre tiene plata y poder, no inteligencia, y por eso no han sabido gobernar en 200 años ni saben ser oposición política.

¿Qué Petro ganó por unos bots rusos?, ¿por influenciadores de redes pagos?, ¿Por qué el Registrador uribista hizo todo por impulsar su candidatura? No, señores y señoras. Petro ganó porque el uribismo y sus rémoras no supieron gobernar para todos y todas, que Colombia no termina en el parque de la 93, en Bogotá ni continúa hasta las haciendas del puñado de mega terratenientes en Córdoba, Valle del Cauca o Urabá. No somos Jorgito, ese empleado que se queda quieto para que el patrón se luzca en su manejo de chalán, donde ese equino tiene más derecho a la salud, a la alimentación y al cuidado que el mismo poste humano nunca alcanzará.

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Ya Jorge, los millones de Jorges ignorados y humillados, esos nadie, despertaron y no quieren ser estáticos. Colombia ya no les pertenece.

 El miedo de los poderosos dueños políticos y económicos de siempre, que han impuesto gobernantes y manejan los presupuestos a su antojo (derecho adquirido, casi a que sea su caja menor) es que la ciudadanía y la Justicia destapen más el robo continuo que ha hecho y que en el sub presidente Duque llegó a un nivel de asco sin parangón y que la guerra y el despojo no era más que el tinglado oportunista donde escondían sus verdaderos intereses.

El gobierno Petro, que lleva pocos meses, ha generado algunos cambios, pero el ritmo es lento. Es como si cuatro años fueran un suspiro frente a las grandes transformaciones que esperamos y deseamos para el país. Ni cuatro gobiernos progresistas seguidos serán suficientes para superar el modelo de país frustrado y frustrante, que es promesa de futuro y desarrollo a los dueños de apellidos, palancas y roscas, negando la posibilidad de supervivencia al grueso de su población.

Nadie en el escenario mundial aceptaría el rompimiento del orden constitucional colombiano. Ni EEUU o Europa darían la bendición a tal estupidez. No es 1973. Pero alimentar un golpe de Estado, la muy democrática derecha neo fascista colombiana, es jugar con fuego y la última vez que eso ocurrió fue el 9 de abril de 1948. Y no les importó. Igual, los muertos de la guerra no los pone la gente de bien, ¿cierto José Félix y María Fernanda?

A los fachos los vencimos en las urnas y los volveremos a vencer este año. Como el grito de los alemanes tras el fin de la dictadura nazi, Nie Wieder, nunca más.

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