El mercado laboral colombiano mostró señales de recuperación en julio de 2025, con una reducción en la tasa de desempleo y una leve mejora en los indicadores de formalidad. Sin embargo, persisten retos estructurales relacionados con la calidad del empleo y la sostenibilidad de las condiciones laborales, según advirtió la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).
De acuerdo con el más reciente informe publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo se ubicó en 8,8% en julio, lo que representa una caída de 1,1 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2024, cuando estaba en 9,9%. En términos absolutos, esta reducción equivale a cerca de 230.000 personas que salieron de la condición de desocupación.
El reporte también muestra que el aumento de ocupados se explicó principalmente por la expansión en sectores como alojamiento y servicios de comida, que generaron 186.000 empleos adicionales; transporte y almacenamiento, con 172.000 nuevos puestos; y actividades profesionales, científicas y técnicas, que también registraron un comportamiento positivo.
En contraste, otros sectores sufrieron una disminución en su capacidad de emplear mano de obra. Las actividades de información y comunicaciones redujeron cerca de 80.000 empleos, mientras que el sector conformado por administración pública, defensa, educación y salud perdió aproximadamente 53.000 puestos en comparación con julio de 2024.
Tasa de desempleo bajó a 8,8% en julio, pero persisten los restos en la formalidad
Uno de los datos más relevantes del informe es la disminución en la tasa de informalidad, que pasó de 56% en julio de 2024 a 54,8% en julio de 2025, es decir, una reducción de 1,2 puntos porcentuales. Este descenso refleja que, aunque lentamente, más trabajadores están ingresando a la formalidad. Sin embargo, la cifra sigue siendo alta: más de la mitad de la población ocupada aún labora sin acceso a seguridad social, prestaciones laborales ni estabilidad contractual.
El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, reconoció este avance, pero advirtió que la estructura del mercado laboral colombiano aún está lejos de garantizar condiciones dignas y sostenibles para la mayoría de los trabajadores.
“Aunque la formalidad mostró una leve mejoría, los niveles actuales de informalidad siguen siendo elevados y reflejan un mercado laboral que aún no garantiza condiciones estables para la mayoría de los trabajadores. La informalidad en el país genera una gran cantidad de problemas por la falta de derechos y la falta de oportunidades para todos. Colombia tiene un reto inmenso de bajar el desempleo, pero igualmente de reducir la informalidad”, señaló el dirigente gremial.
Impacto del crecimiento económico en el empleo
El comportamiento del empleo en julio también se conecta con la dinámica de la economía nacional. Según el DANE, el Producto Interno Bruto (PIB) del primer semestre de 2025 creció 2,4%, un resultado que ha impulsado la generación de puestos de trabajo.
“En este mes también conocimos los resultados del PIB, en el cual se detalla el crecimiento de la economía en el primer semestre de 2,4%. Este crecimiento impulsa la generación de empleo; por tanto, es importante entender que la mejor reforma laboral es aquella que se acompaña de políticas que incentiven la inversión y creen un clima de confianza para los empresarios”, afirmó el presidente de la ANDI.
No obstante, sectores estratégicos como la industria manufacturera, la construcción y la minería siguen enfrentando dificultades. Estas ramas, que tradicionalmente han sido intensivas en empleo y arrastran a otras actividades mediante sus encadenamientos productivos, no han logrado recuperar plenamente su dinamismo.
Retos pendientes
Aunque las cifras de julio representan un avance frente a la coyuntura de años anteriores, los expertos coinciden en que Colombia sigue teniendo dos grandes desafíos en materia laboral: reducir de manera estructural la informalidad y mejorar la calidad del empleo formal.
En ese sentido, se requiere no solo mantener la reducción del desempleo, sino también generar oportunidades con contratos estables, acceso a seguridad social y mejores salarios. De lo contrario, las mejoras en las cifras seguirán siendo insuficientes para transformar la realidad de millones de trabajadores que aún viven en condiciones de vulnerabilidad.