El Gran Premio de Mónaco 2025 se disputa este fin de semana en las angostas calles del Principado, manteniendo su reputación como la carrera más prestigiosa y esperada del calendario de Fórmula 1.
Pero más allá del espectáculo deportivo –con monoplazas rozando muros frente a un mar de yates lujosos–, Mónaco representa un fenómeno económico sin precedentes en el mundo del motor.
Año tras año bate récords en ingresos, congrega a la élite global y deja cifras que reflejan por qué se le considera la “joya de la corona” de la F1. A continuación, repasamos los números astronómicos que envuelven al GP de Mónaco y su histórica importancia para la economía del deporte.
Premios, patrocinadores y cifras millonarias del GP de Mónaco 2025

La legendaria carrera de Montecarlo es sinónimo de exceso y exclusividad, algo que se evidencia en los números que mueve. Mónaco ha gozado de privilegios únicos: históricamente fue el único Gran Premio sin pagar canon a la F1 por albergar la prueba –a diferencia de otros circuitos que abonan entre 25 y 60 millones de euros–.
Solo recientemente la F1 impuso una tarifa anual muy reducida (~20 millones de dólares), la más baja de todo el Mundial. Esta ventaja, sumada a que el Automobile Club de Monaco explota directamente la publicidad en pista (normalmente reservada al promotor de F1), convierte al evento en un excelente negocio local. Veamos algunas cifras clave del GP de Mónaco:
Canon F1: $20 millones USD (tarifa anual por albergar la carrera, la más baja del campeonato). (Durante décadas Mónaco ni siquiera pagó un canon fijo por su estatus especial).
Boletos vendidos: ~75.000 espectadores en total el fin de semana; entradas desde $200 hasta $1.000 USD, generando unos $11 millones en taquilla. (La venta de tickets no es la mayor fuente de ingreso, dado el aforo limitado a ~37.000 asientos por día).
Publicidad en pista: ~$13 millones USD en ingresos publicitarios gracias a la visibilidad global de la carrera (montos que en otras sedes van a Formula 1, pero que en Mónaco históricamente quedaron para el organizador local).
Coste de montaje del circuito: ~$20 millones USD invertir para transformar las calles en un trazado de F1. Montar 3,3 km de vallas, tribunas y boxes en la vía pública conlleva una logística compleja y costos estratosféricos – al punto que el propio Príncipe Alberto subsidia ~7 millones de euros para cuadrar el presupuesto anual de la carrera.
Hospitalidad de lujo: ver la carrera desde un yate privado de 30 metros atracado en el puerto cuesta unos €3.950 euros por persona el fin de semana (sin incluir alojamiento). Otras experiencias VIP también alcanzan cifras de vértigo: por ejemplo, acceder a una terraza privilegiada con vista al circuito puede costar hasta €5.000 euros por dos días. Los paquetes ultra-exclusivos del Paddock Club superan fácilmente los €15.000 por cabeza.
Audiencia global: ~110 millones de televidentes siguieron el GP de Mónaco en 2018 convirtiéndolo ese año en la carrera más vista de la temporada a nivel mundial. En casi cualquier temporada, Montecarlo figura entre los eventos de F1 de mayor rating internacional, lo que justifica las elevadas inversiones publicitarias.
Según destaca Bloomberg, Liberty Media (propietaria de la F1) está consciente de ese valor único y busca ahora que el Principado aporte más fondos en el futuro para mantener la fecha en el calendario –aunque difícilmente la F1 renunciará a su gran escaparate: “no se considera retirar a Mónaco” del Mundial, aseguró un portavoz.
En cuanto a premios oficiales, cabe aclarar que a diferencia de otros deportes, la F1 no otorga un pago directo al ganador de cada carrera. Toda la bolsa de ingresos de la categoría (más de $2.500 millones al año) se reparte entre los diez equipos al final de la temporada y los pilotos cobran según sus contratos particulares.
Es decir, el trofeo y la gloria deportiva son la principal recompensa para quien triunfa en Montecarlo, más allá de posibles bonificaciones privadas. Esto realza aún más el valor simbólico de ganar en Mónaco: el prestigio vale más que cualquier cheque, y por eso todos los pilotos sueñan con inscribir su nombre en el palmarés del Principado.
Más allá de las cifras internas de la F1, el impacto económico local del GP de Mónaco es enorme. Durante la semana de la carrera (que este año se corre el 24-25 de mayo de 2025), el diminuto país de 40.000 habitantes ve multiplicar su población con visitantes de alto poder adquisitivo.
Hoteles, restaurantes, casinos y comercios viven su mejor fin de semana del año gracias a la Fórmula 1. Un estudio oficial del Principado cuantificó en €90 millones de euros el beneficio económico directo generado por el GP, confirmando que es el evento más importante organizado en Mónaco en todo el año.
Otras estimaciones recientes elevan ese impacto a alrededor de $110 millones de dólares (unos €100 millones) en una edición típica.
Las razones de estas cifras son claras. En primer lugar, la ocupación hotelera roza el 100% en Mónaco y zonas cercanas durante el GP. Encontrar habitación es misión casi imposible a último momento, y los precios se disparan: en 2022, tras la pandemia, la tarifa promedio por noche subió un 18% respecto a un año normal, situándose en varios miles de euros en los hoteles de lujo. Muchos asistentes optan por alojarse en la vecina Niza (Francia) y desplazarse en el día –lo cual también beneficia a la región–.
Aun así, el principado ingresa directamente una fortuna en concepto de hospedaje, gastronomía y entretenimiento en esos días. Los restaurantes locales reportan caja llena: según una encuesta gubernamental, el 80% de los restauradores calificó el GP 2022 como de impacto “positivo o muy positivo” para sus ventas.
El perfil del turista de F1 en Mónaco explica esta bonanza: se trata en gran medida de VIPs, ejecutivos, celebridades y aficionados acaudalados. Se estima que el gasto promedio por visitante durante el evento cuadruplica al de un turista convencional.
Glamour, historia y prestigio: la “joya de la corona” de la F1
El Gran Premio de Mónaco no sería lo que es solo por el dinero; su mística se construyó a lo largo de más de 90 años. La primera carrera se corrió en 1929, y desde 1950 forma parte del campeonato mundial. Conducir a toda velocidad por las calles estrechas de Montecarlo –con sus curvas icónicas como Loews o el túnel bajo el Fairmont– es un reto técnico incomparable.
El propio circuito es un anacronismo encantador: el más lento y revirado de la F1, pero también el más glamoroso. Ganar aquí es lograr la inmortalidad deportiva. Lo decía el múltiple campeón Nelson Piquet: “correr en Mónaco es como andar en bicicleta en el salón de tu casa”, dada la dificultad de adelantar; justamente por eso, la clasificación y la concentración al milímetro cobran un valor crucial en Montecarlo, realzando el mérito del triunfo.
A nivel histórico, Mónaco ha sido escenario de gestas legendarias y momentos imborrables. Ayrton Senna se ganó el apodo de “Rey de Mónaco” con 6 victorias (récord absoluto) entre 1987 y 1993, dominando las angostas calles del Principado como nadie. Antes que él, otros nombres ilustres marcaron época: Graham Hill (5 triunfos en los 60) y Michael Schumacher (5 en los 90-2000) figuran entre los más grandes en Montecarlo.
Para Latinoamérica, Mónaco también tiene un sabor especial. El argentino Juan Manuel Fangio logró aquí la primera de sus victorias en F1 en 1950, y décadas más tarde su compatriota Carlos Reutemann venció en 1980.
Le puede interesar: Cuánto dinero en efectivo puedo llevar en avión desde Colombia
Hubo que esperar hasta 2001 para ver a otro latinoamericano en lo más alto: el colombiano Juan Pablo Montoya conquistó Mónaco en 2003, dando un golpe de efecto en la Fórmula 1 moderna. Montoya, al volante de un Williams, rompió una sequía de 20 años sin victorias de su equipo en esta pista y derrotó a leyendas de la talla de Michael Schumacher aquel día.
Su triunfo, calificado como “la más prestigiosa de todas sus victorias”, lo colocó en un lugar histórico: tres años antes había ganado las 500 Millas de Indianápolis, y al sumar Mónaco se convirtió en el primer piloto desde Graham Hill (1966) en lograr ambas proezas.
De hecho, el GP de Mónaco forma junto a Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans la llamada Triple Corona del automovilismo, que reúne las tres carreras más prestigiosas del mundo motor. Solo Graham Hill consiguió la tríada completa, pero Montoya se quedó a un paso (le falta Le Mans), consolidando su estatus al haber triunfado en dos de ellas.
Más recientemente, el mexicano Sergio “Checo” Pérez inscribió su nombre al ganar en 2022, devolviendo un piloto latinoamericano a lo más alto del podio monegasco después de casi dos décadas. En total, apenas cuatro latinoamericanos (Fangio, Reutemann, Montoya, Pérez) han vencido en Montecarlo en siete décadas, reflejo de lo difícil que es conquistar este laberinto urbano.
Le puede interesar: Europa League 2025: detalles de la gran final y el dinero que se lleva el campeón