Gustavo Petro, gobierne para todos y por el bien común

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EDITORIAL


Nuestro editorial para hoy martes 21 de junio tiene que referirse a las elecciones presidenciales en segunda vuelta que tuvimos el domingo 19, y que dieron por ganador a Gustavo Petro como nuevo presidente de los colombianos.

Es una elección bastante llamativa por cuenta de la participación masiva en algunas regiones que regularmente tienen anomalías a nivel electoral, también por las cifras que obtuvieron tanto Gustavo Petro como Rodolfo Hernández y obviamente la modificación política que han sufrido departamentos como Risaralda, Quindío, Caldas y Antioquia, en donde lo que era un bastión de la derecha ha ido migrando poco a poco a la centro izquierda; es muy llamativa la abstención de los paisas, una región que se ha caracterizado por tener buenos porcentajes de participación, no apoyó contundentemente al ingeniero Rodolfo Hernández.

Gustavo Petro estuvo cerca del millón de votos y fuera de todo esto la gran diferencia que marcó la tendencia en todo el país, fue el apoyo de departamentos como el Valle del Cauca, Nariño, Cauca, Chocó, La Guajira, Bolívar, Córdoba, Atlántico, Sucre y Putumayo. Bogotá tuvo que ver considerablemente dándole cerca de 700 mil votos más a Petro, por encima del ingeniero.

Aunque sería quemar pólvora innecesariamente, las dos campañas distaron mucho la una de la otra, Petro hizo una inversión bastante fuerte en publicidad, en relacionamiento con congresistas, en buscar apoyos sin importar la persona que fuese, Hernández se encerró en Bucaramanga, no hablaba con nadie, no tenía emisarios ni enlaces con quienes pudiese conversar y esto le terminó pasando una gran factura como también haberle huido a los debates.

Dejando atrás el suceso electoral, quisiéramos concentrarnos en el punto más álgido de esta coyuntura. Los programas de gobierno que radican los candidatos se hacen para cumplir, y no tenemos ninguna motivación ni argumento para pensar que Gustavo Petro no va a cumplir lo que consagró en su programa de gobierno; sería un contrasentido.

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Como lo hemos expresado en otros editoriales, vemos con bastante detenimiento, preocupación y cuidado varias de las líneas que fueron expresadas en ese plan de gobierno. No creemos que la sustitución de importaciones de un día para otro pueda ser una salida fiable, segura, productiva y sobre todo rentable para el país, no creemos que dejar enterradas las reservas de petróleo y la producción de carbón sea beneficioso para el país, no creemos que unificar los fondos privados y fondos públicos de pensiones sea positivo para el país, tampoco creemos en que a la tierra que hoy no esté productiva se le piense practicar una expropiación a través de una alza masiva de los impuestos, nos parece que eso pone en peligro la propiedad privada.

Abogamos por la independencia y el respeto de las instituciones y de las tres ramas, así la justicia no se haya caracterizado por respetar al ejecutivo y al legislativo, sí creemos que desde el ejecutivo en este caso Petro tiene que respetar la autonomía de la Procuraduría, de la Contraloría, de la Fiscalía, del Congreso y de la rama judicial, observamos con mucha preocupación las expresiones de crédito barato de un Estado empleador como última instancia, vemos con mucha preocupación las relaciones internacionales con aliados estratégicos como Estados Unidos y desde luego el discurso de Petro no ha salido amigable con la inversión extranjera.

Todo lo anterior que ha sido esbozado por el mismo presidente electo Gustavo Petro a nuestro modo de ver cierne una nube negra sobre Colombia, que ojalá sea disipada prontamente por cuenta del nombramiento de personas técnicas, con experiencia, con credenciales, reconocimiento, respeto y altas cualidades y habilidades para el manejo de asuntos de Estado, sobre todo los económicos, los mineroenergéticos, el sector defensa, justicia y relaciones exteriores.

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Queremos acatar el llamado de cambio que una parte del país hizo, 16 departamentos para Petro, 16 para Rodolfo; es cierto que hay muchísimas personas que en Colombia la han pasado mal y esto tiene que erradicarse. La gente no puede aguantar hambre en Colombia, la gente tiene que tener acceso a la salud, a la educación, a poder comer tres veces en el día, tener vías decentes, casas decentes, acueducto, energía, gas pero todo este ecosistema de garantías y de dignidad básica tiene que ir ligado a una producción real de riqueza, y creemos que el país no puede descuidar.

Ojalá Petro se enfoque en erradicar esta gran brecha social y económica que el país tiene, y que trabaje de la mano de la empresa privada, pues sin esta no hay país.

Para concluir: desearle a Gustavo Petro que haga un gran gobierno, que se encargue de demostrarle a los más de 10 millones de colombianos que no lo acompañaron en las urnas que estaban equivocados, que entregará el poder en cuatro años, que no perjudicará la economía, que respetará las diferencias, las instituciones, que tendrá la capacidad de escucha y de mejora continua y que sobre todo va a cumplir con entregar un país reconciliado, unido, sin odios, sin polarización, sin violencia; es lo que más le conviene al país y es lo que deseamos que pase.

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