Gustavo Petro fue elegido el presidente de Colombia con más de 10 millones de votos, mismos de personas que confiaron, creyeron y depositaron su confianza en el entonces candidato de la izquierda, con la esperanza que en el país se viviera un verdadero cambio en todos los aspectos, lo que sería para el hoy mandatario su mayor frustración, luego de no tener los resultados esperados como se tenían planteados desde su administración.
Cabe señalar que una de las críticas que mayormente se le han dado al presidente Petro es su ausencia en muchos de los compromisos de sus ministros que como mandatario tendría que cumplir, recibiendo así infinidades de difamaciones, señalamientos e incluso burlas, sin conocer cuál sería la principal causa de su no presencia en dichos lugares, este medio se dio a la tarea de investigar y muchos expertos señalan que en muchas de las ocasiones, han sido por una frustración personal y la impotencia que siente al verse sumergido en el pasar de los días y los pocos que le quedan que empiezan a marcar el fin de su gobierno, y no talvez ha evidenciado los logros que él estaría buscando lograr para Colombia.
Es cierto que si bien el mandatario ya tiene una dejadez con los medios de comunicación, optando por la creación de nuevos medios de carácter público, aunque no es un oculto para nadie que el Gobierno Nacional hoy pauta en las principales cadenas de medios comunicaciones, algo que al principio del gobierno del presidente Petro no se tenía contemplado debido a la gran confrontación que tenía con los mismos.
El presidente Petro después de los conclaves de está semana y todo lo que transido, es cierto que está tendiendo a radicalizarse más y estaría buscando confiar más con los que se identifican plenamente en su ideología, fundamentalistas, petristas ortodoxos.
Sin duda son muchos de los factores que harían al presidente Petro inclinar su balanza más hacia su lado, una de ellas es porque muchas de las asignaciones que ha realizado ya sea por amiguismos, favores, etcétera. Lo han terminado convirtiendo en el franco de muchos de ellos que no defienden su gobierno, su gestión.
Es por lo que el presidente Gustavo Petro se ha sentado en los últimos días a analizar el panorama de gobierno para el 2024, donde muy seguramente habrá varios cambios, uno de ellos el del director del DNP que si es verdad, el mandatario siente que tiene una buena comunicación, no es lo que proyecta para lo que quiere realizar en su país.
Obviamente el presidente en la búsqueda a no equivocarse más ha llamado algunas personas cercanas, empresarios para asesorarse, sobre los cambios correctos y precisos que debe hacer. Sin duda alguna Laura Sarabia es una de las personas en las que Petro confía plenamente, es su mayor consejera, al igual que Ramón González, quienes son los encargados de barajar y analizar la gestión de los ministros y asegurar su permanencia o salida del gobierno de Gustavo Petro.
No es oculto para nadie que las relaciones con la Vicepresidenta Francia Márquez son inexistentes, Petro no entiende como Márquez ha hecho señalamientos y críticas en contra del gobierno, cuando la gestión realizada en la vicepresidencia y en el Ministerio de la Igualdad no han sido destacables, por la falta de ejecución y la ausencia de identidad con las poblaciones que la eligieron.
Lo anterior sería la principal causa donde radica la frustración que el presidente Petro siente, quedarle mal a quienes lo eligieron, que de manera razonada votaron por él, con la esperanza que su bandera de cambio, fuese una realidad, aunque el mandatario no ha salido públicamente a decirlo o mencionarlo con su gabinete ministerial, siente que les está quedando mal a más de 10 millones de colombianos que confiaron en sus ideologías y políticas de gobierno.
El presidente sabe que no es suficiente con unas transferencias monetarias, basta con el gobierno realmente cambie la forma en que estás personas ven el país, se sienten tratadas, se les brinda esa conexión con el gobierno, en la manera en que ese fervor lo arrope, lo proteja, lo linde, lo acompañe, lo respalde, algo que Petro hoy no lo está sintiendo.
Razón por la cual siente que ese trabajo ha sido infructuoso, también sabe que cualquier equivocación que pueda cometer, le puede pasar una cuenta de cobro carísima a la izquierda en Colombia, donde por muchos años quede enterrada.
El presidente Gustavo Petro ha visto, por ejemplo, como personas que en su momento fueron aliados suyos, como es el caso de Claudia López ahora se van en su contra. Para Petro parece inminente que como van las cosas, que la opción que la derecha nuevamente llegue al poder, es latente, llamando a la alcaldesa de Bogotá, la candidata de extrema derecha para las próximas elecciones presidenciales.
Pero sin duda alguna, su mayor conflicto o inquietud que tiene hoy el presidente Petro, es saber quiénes deben continuar en su gobierno. El exministro Alfonso Prada mantiene una relación hoy significativa con el mandatario, a pesar de estar en Francia y es pieza fundamental para lo que Gustavo Petro plantea realizar en Colombia.
Si es verdad que para muchos el ministro Velasco logró salvar el año, con la gestión realizada desde el Ministerio del Interior, no es uno de los cambios descartables que pueda hacer el presidente Petro. Otros de los ministros que tendrían matrícula condicional son los de Salud y Trabajo que muy seguramente de no pasar sus reformas en el Congreso de la República, en mandatario se tendría que ver en la penosa tarea de remplazarlos.
El canciller Álvaro Leyva es una de las personas más leales al gobierno del presidente Petro, a pesar de las muchas criticas que hay hacia el hoy encargado de las relaciones diplomáticas del país con las demás naciones, es de los que más se identifica con la ideología del mandatario, sin embargo en el 2024 puede ser uno de los hombres que pueda ser relevado de su cargo.
El ministro Bonilla en medio de la gran diferencia que tiene con el exministro Ocampo, es uno de los que hace entrar al presidente Petro en razón en muchas de las ocasiones en que el mandatario quiere llevar algo acabo, es el Bonilla quien le pone un freno a sus ideas, con argumentos y explicaciones validas, que a pesar de los desacuerdos de Gustavo Petro termina haciéndole caso al ministro de Hacienda.
Seguramente uno de los debates más recientes entre el presidente Petro y Bonilla es la del aumento del salario mínimo para el 2024, donde el ministro de Haciendo ha sido un poco más mesurado con el tema, haciéndole saber al mandatario que irse a un extremo podría afectar la inflación y generar una coyuntura en la relación con el Banco de la República, quienes han manifestado que ante un aumento desmedido no podrán seguir reduciendo sus tasas porque traería grandes afectaciones a la nación. Lo que lo convierte en un eje fundamental en materia de raciocinio.
En materia de justicia, el presidente se encuentra muy satisfecho con la gestión realizada por Néstor Osuna, la forma en como ha presentado la reforma a la Justicia en Colombia. Sin embargo tiene matricula condicional, ya que de no pasar la misma, su salida del ministerio sería inminente para el primer semestre de 2024.
Los ministerios que están en la cuerda floja es el de Agricultura, en el cual el presidente se siente insatisfecho con el desbalance que tiene hoy el sector agrícola. De igual forma Petro no se siente conforme con la ejecución en el ministerio de Comercio, Educación, Deporte, Cultura y Transporte, este último a pesar de se tiene a un hombre de confianza, no se termina de convencer del todo al mandatario.
El ministerio de Ambiente es uno de los que mejor relación mantiene con el presidente Petro, de igual manera con el ministerio TIC. Sin duda alguna Gustavo Petro tiene una serie de líneas que deberá cambiar para que su plan de gobierno en estos dos años y medio que le quedan se ejecuten de la mejor manera.
Cabe destacar que una de las mayores frustraciones que tiene hoy el presidente Petro es gestionar la manera en como se encaminará su gobierno en los próximos años que le restan de mandato en Colombia.
Lea también: La responsabilidad diplomática en medio de las crisis migratorias