Julián Fernández Niño, profesor e investigador en Salud Global estuvo en conversaciones 360, donde plantea la inminencia de una nueva pandemia y analiza la situación actual de las enfermedades respiratorias en el país.
360 Radio: Actualmente, se ha registrado un pico en las enfermedades respiratorias, atribuido a la nueva variante del Covid-19. Pero, ¿cuál es la situación real en el país?
Julián Fernández Niño: Es fundamental tener en cuenta que en prácticamente todo el país, especialmente en las grandes ciudades, se experimentan picos respiratorios cada año. Estos picos están relacionados tanto con cambios en las actividades sociales, particularmente durante eventos festivos como las celebraciones de fin de año, donde las personas tienden a congregarse y socializar más, lo que naturalmente aumenta la transmisión.
En este sentido, es importante destacar que estos picos son algo observado de manera regular. Ahora bien, estos aumentos en los casos no se deben únicamente al COVID. Durante 2020 y 2021, las infecciones respiratorias agudas estuvieron principalmente relacionadas con la transmisión de COVID. Sin embargo, el virus SARS-CoV-2 sigue siendo relevante, especialmente para personas de riesgo como los adultos mayores, entre otros grupos específicos.
Actualmente, además del COVID, hay circulación de otros virus respiratorios, como el virus respiratorio sincitial y el virus de la influenza, ambos con comportamientos estacionales. Por lo tanto, aunque observamos un aumento significativo en los casos de enfermedades respiratorias, no se puede atribuir únicamente al COVID. Según la información disponible sobre la circulación viral, el COVID no es la explicación principal, aunque sigue siendo una preocupación importante.
360 Radio: ¿Cómo estamos como población en relación con la protección de las vacunas? ¿Deberíamos buscar un refuerzo frente a la nueva ola de enfermedades respiratorias? ¿Representa esta variante un peligro para el mundo en 2024?
Julián Fernández Niño: El SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, como advertimos desde el inicio de la pandemia, permanecerá con nosotros. Aunque la pandemia se declaró formalmente como finalizada, el impacto en la salud pública de este virus sigue siendo significativo, especialmente en ciertos grupos de riesgo y, en mayor medida, en personas no vacunadas o con susceptibilidad al virus, como aquellos con inmunosupresión y adultos mayores. Estos grupos tienden a tener una protección promedio más baja y respuestas menos potentes debido al envejecimiento del sistema inmunológico y la disminución en la calidad de la protección de las vacunas.
Aunque las vacunas salvan vidas, siendo muy efectivas en adultos mayores, su eficacia es mayor en este grupo de edad en comparación con los jóvenes. SARS-CoV-2 seguirá siendo parte de un conjunto de virus que circulan estacionalmente, asociados a cambios ambientales y estacionales, como los cambios marcados por estaciones en algunos países.
La primera recomendación es hablar de protección contra infecciones respiratorias en general, no solo para el COVID-19. Muchas medidas recomendadas para el COVID-19 son útiles para prevenir la transmisión de otros virus. La ventilación, el aislamiento en caso de enfermedad y el uso de mascarillas, aunque ya no sean obligatorios, siguen siendo recomendados, especialmente en espacios cerrados y poco ventilados, como en el transporte público.
Las vacunas contra el COVID-19 han demostrado ser altamente efectivas, particularmente en la prevención de hospitalizaciones y muertes. Sin embargo, la efectividad varía según la variante y el grupo de edad, disminuyendo con el tiempo, siendo más rápido en adultos mayores. Afortunadamente, la protección contra formas graves disminuye a un ritmo menor. Se recomienda que las personas de mayor riesgo, como adultos mayores, reciban refuerzos después de seis meses desde la última dosis. Aunque no hay un número mágico, la recomendación actual en Colombia es considerar el refuerzo después de seis meses. Es fundamental mantenerse actualizado con las recomendaciones disponibles y considerar los refuerzos como una opción valiosa.
360 Radio: ¿Qué medidas preventivas, además del tapabocas y las vacunas, deben tomar las personas? Y ¿cómo se viene desarrollando esta variante y qué tiene de diferente a la que ya habíamos visto?
Julián Fernández Niño: Las medidas de protección no farmacológicas son importantes, pero la vacunación sigue siendo crucial, especialmente para prevenir formas graves como la hospitalización y la muerte. Las vacunas más actualizadas también previenen la infección. Las vacunas son tan beneficiosas que incluso los anti vacunas se benefician indirectamente, ya que al proteger a quienes los rodean, también están protegidos. En Colombia, afortunadamente, confiamos en las vacunas y tenemos evidencia de su efectividad y seguridad.
Sin embargo, otras medidas también son importantes. Una medida a menudo subestimada es la ventilación. Aunque puede ser difícil mejorar las condiciones de infraestructura, cuando sea posible, abrir ventanas o puertas para permitir la ventilación natural puede marcar la diferencia. El lavado de manos sigue siendo importante, especialmente si se presentan síntomas respiratorios.
En cuanto a las personas con enfermedades crónicas o adultos mayores, intentar evitar lugares muy concurridos y mal ventilados es clave. Si es necesario, utilizar un tapabocas en espacios públicos o en el transporte público es recomendable. Mantener la distancia y utilizar el teletrabajo cuando sea posible también son medidas efectivas.
Si se presentan síntomas respiratorios, es importante no exponerse a otras personas y utilizar un tapabocas. La ventilación y el lavado de manos son esenciales. Si es posible, evitar lugares concurridos y utilizar el teletrabajo si se tienen síntomas más graves. Solicitar una incapacidad en caso de síntomas graves también es una opción.
Si usted presenta gripa otra de las recomendaciones es evitar el contacto físico, el beso o el abrazó con personas sanas, de esta manera no propagaríamos la enfermedad.
En resumen, la responsabilidad personal y social son cruciales. Evitar el contacto con personas vulnerables, mantener la higiene personal y buscar opciones de trabajo más seguras son pasos esenciales. La vacunación y otras medidas preventivas juntas son la clave para enfrentar esta situación.
¿Una nueva pandemia?
360 Radio: Hemos recibido una pregunta de muchas personas y entendemos que nadie tiene una bola de cristal para prever ciertos escenarios. ¿Cree usted que esta nueva variante que está surgiendo podría generar una pandemia similar a la que vivimos en el 2020 o considera que la amenaza está lejana?
Julián Fernández Niño: El virus SARS-CoV-2 sigue evolucionando, ya que los microorganismos tienen mutaciones que surgen por azar. Al replicarse, algunos cambios persisten en el tiempo si proporcionan alguna ventaja adaptativa en la evolución. Las nuevas variantes compiten entre sí, y las que son más eficientes tienden a predominar.
Hasta ahora, las variantes predominantes, como las detectadas en Estados Unidos y la famosa omicron, no parecen generar una mayor letalidad ni complicaciones en personas sanas y vacunadas. Aparentemente, se propagan rápidamente debido a una mayor capacidad de evadir la respuesta inmune y de ser más contagiosas. Sin embargo, en personas sanas y vacunadas, el riesgo de complicaciones o muertes es bajo.
Es importante destacar que no hay garantía de que estas variantes se mantengan menos letales. Históricamente, la evolución de los virus no siempre sigue la tendencia de volverse más benignos con el tiempo. La vacunación, hasta ahora, ha demostrado mantener una gran protección contra hospitalización y muerte, especialmente en los grupos de riesgo.
La pregunta no es si habrá o no una nueva pandemia, sino cuándo ocurrirá.
Sí va a existir una nueva pandemia, no tiene que ser de Covid. De hecho antes del 2019 se le apostaba a la influenza.
La sociedad debe prepararse para la siguiente pandemia, independientemente de que sea causada por coronavirus u otros virus. La preparación implica fortalecer los sistemas de vigilancia, la detección rápida y la respuesta rápida. A lo largo de este siglo, ya hemos tenido varias pandemias, algunas más limitadas en mortalidad y contagiosidad, como la H1N1. Prepararnos es aprender de estas experiencias para responder mejor como sociedad en el futuro.
360 Radio: Hay una pregunta que podría hacerse de manera muy lógica, y es que todos debemos buscar tener el mejor estado de salud posible siempre, sin importar si hay pandemia o no.
Pero usted, que vivió toda la pandemia del 2020, que conoció quizá como pocos lo que estaba sucediendo y ahora que hablamos de prepararnos, ¿qué encuentra usted como elemento importante a tener en cuenta hoy que no tenemos pandemia, hoy que nos podemos preparar respondiendo por cada uno, por nuestro cuerpo, por nuestro estado físico, por nuestra salud? ¿Qué podemos hacer desde nosotros para, al menos, estar de la mejor manera con un buen estado de salud para enfrentar una eventual pandemia, sea cual sea?
Julián Fernández Niño: De las condiciones individuales que pueden permitirnos responder a nuevos retos inmunológicos. Pero como yo soy salubrista, tengo presente que lo que no sucede como individuos es en gran medida consecuencia de lo que hacemos o no hacemos como sociedad.
Gran parte de la mayor mortalidad que se observó en América Latina frente a países de altos ingresos tiene que ver, ciertamente, con una mayor prevalencia de enfermedades crónicas no controladas. Y eso es algo que depende de las personas. Pero también depende del acceso a los servicios de salud. Entonces, en la medida en que las personas con enfermedades crónicas tengan acceso efectivo a tratamientos, serán menos susceptibles a complicaciones. Porque muchos agentes etiológicos suelen producir complicaciones más graves en aquellas personas que tienen enfermedades crónicas, pero sobre todo cuando esas no son controladas.
También, uno de los factores que impactó sustancialmente en países como México fue la prevalencia de sobrepeso y obesidad, que es uno de los problemas más importantes de salud pública a nivel global. En adultos jóvenes, en particular, junto con el tabaquismo, el sobrepeso lo hacía uno de los factores de riesgo más importante. En adultos jóvenes, que en las enfermedades crónicas tienen menos prevalencia, el sobrepeso de velocidad fue uno de los principales factores de riesgo. El sobrepeso y la obesidad, ciertamente, dependen de lo que podemos hacer como individuos, como la dieta y la actividad física. Sin embargo, en salud pública, ambientes obesogénicos. Tú, como individuo, puedes tomar decisiones disponibles más allá de la controversia. Medidas de promoción de dieta saludable porque ninguna medida por sí sola es suficiente.
Así como la promoción de la actividad física desde la infancia, la existencia de parques, todas esas medidas en conjunto, que insisto, dependen de sus determinantes ambientales y sociales que favorezcan un ambiente favorable con la actividad física donde puedo salir mejor, donde tengo acceso a información mejor sobre qué es mejor consumir, qué es más saludable, y consumir donde tengo acceso a frutas y verduras. Puede hacer inteligencia. Eso es desde la perspectiva de los factores de riesgo individuales, que insisto están determinados por lo colectivo. Pero desde la perspectiva de los sistemas de salud, estar más preparado y de las sociedades tiene que ver con tener sistemas de vigilancia de casos y que actúen rápidamente, el desarrollo de capacidades de inteligencia epidemiológica que el país tiene muy, muy buenas capacidades de campo para investigar brotes, la capacidad de análisis de información para tomar decisiones.
Y por último, algo que es muy complejo pero me atrevo a mencionarlo también como sociedad. Y es que la salud humana, la salud ambiental y la salud animal están estrechamente vinculados. Este virus, pues, Aparentemente tuvo origen en un animal y esta perspectiva que en español se traduce como de una salud es una es una perspectiva en la cual reconocemos que existe una necesidad de trabajar con el Ministerio de agricultura, con el Ministerio de medio ambiente para porque solamente podemos tener salud humana si tenemos salud en el ambiente y salud animal. Es mucho, mucho más difícil prevenir la aparición de virus que salen de un animal a otro, pero al tener mejor información de la salud animal y control de los brotes en animales, como pasa en influenza con animales de granja, es algo que puede ayudar a contribuir y tener esa visión de que la salud humana, la salud animal y la salud ambiental están estrechamente intrincadas y que tenemos que actuar sobre ellas intersectorialmente para prevenir disminuir la aparición de estos nuevos virus.
360 Radio: Mencionaba usted, ¿cuándo llegará la próxima pandemia? Con base en eso, la pregunta es: ¿cómo se monitorea la aparición y propagación de nuevos virus y cuál sería el panorama ideal a nivel local y a nivel, pues tal vez, mundial o global para prevenir?
Julián Fernández Niño: Sí, todos los países tienen algunos más de esos ya que otros sistemas de vigilancia epidemiológica. La vigilancia es el monitoreo permanente continuo de eventos de interés en salud pública. No solo vigilamos, por un lado, eventos.
Estos eventos son enfermedades, bueno, son enfermedades también otro tipo de eventos en salud. Porque también vigilamos el suicidio, por ejemplo, eventos conocidos porque incluso para un evento conocido se puede presentar un nuevo brote, es decir, sarampiones hace muchísimo pero, infortunadamente, en algunos países del mundo estamos observando brotes de sarampión por las caídas de las coberturas de vacunación, justo por los antivacunas como está pasando en los Estados Unidos o como lamentablemente ha pasado en el norte de Colombia con la caída de la vacunación en el país vecino de Venezuela.
Entonces, primero vigilamos eventos de enfermedades que ya existen y ese monitoreo permanente nos permite detectar brotes de enfermedades que ya conocemos. Pero lo más difícil, de hecho, es vigilar eventos sintomáticos de enfermedades que no conocemos y acá, por ejemplo, en enfermedades respiratorias nosotros vigilamos sin drones como neumonías atípicas, neumonías que tienen un comportamiento biológico por fuera de lo esperado para lo que para un lugar y un momento el tiempo y la idea es que los sistemas de vigilancia tienen que ser capaces de detectar, reportar y responder lo más rápido posible a ese tipo de brotes.
Una de las cosas que falló definitivamente la pandemia fue la relación internacional entre países como China y el de este país justamente la comunicación que se hace en el marco de lo que se llama el reglamento sanitario internacional entre países para reportar la aparición de nuevos eventos es algo supremamente importante. Colombia, el Instituto Nacional de Salud, tiene una gran fortaleza en eso y el Ministerio de Salud con el Centro Nacional de Enlace y los centros nacionales de enlaces que comunica tomar decisiones rápidas, compartir información, hacer vigilancia genómica en los hospitales y de bacterias resistentes a los antibióticos. Debemos vigilar, reportar y actuar rápidamente.