Una de las siderúrgicas más importantes del país está presionando para que las autoridades aumenten los aranceles de importación, buscando una tasa del 35%, frente al 5% actual. Esta medida se considera crucial para contrarrestar la avalancha de importaciones de acero chino, que son aproximadamente un 50% más baratas.
Las importaciones chinas han inundado los mercados latinoamericanos debido a la desaceleración de la demanda interna en China, lo que ha llevado a un incremento del 46% en las exportaciones chinas de acero a Colombia en el primer trimestre del año pasado. Este fenómeno ha generado preocupaciones significativas para la industria siderúrgica nacional.
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“Es supremamente urgente”, afirmó Fabio Galán, director ejecutivo de Paz del Río. “Hay riesgos al empleo”. La empresa, que representa alrededor de una quinta parte del mercado siderúrgico colombiano, registró pérdidas de unos 30.000 millones de pesos (US$7,6 millones) el año pasado debido a la avalancha de acero proveniente de China y Rusia. Si no se toman medidas, se enfrentará a un escenario similar este año, advirtió Galán.
Aunque Paz del Río no ha reducido la producción, otras siderúrgicas colombianas sí lo han hecho, destacando los efectos negativos de los “precios predatorios” exacerbados por las fluctuaciones de la moneda local.
En contraste con 2021, el Comité Triple A recomendó una reducción significativa de los aranceles aplicados a las varillas de acero, pasando del 10% al 5%. Esta medida, que en principio beneficiaría solo a las importaciones provenientes de países con prácticas comerciales cuestionables como China, Turquía, Ucrania y Rusia, ha puesto en alerta a la industria nacional del acero y a diferentes sectores económicos del país, ante el potencial impacto negativo en la reactivación económica y la generación de empleo.
Panorama general: La industria siderúrgica colombiana, representada por el Comité Colombiano de Productores de Acero de la ANDI, ha sido enfática en su rechazo a esta medida. Argumentan que la reducción arancelaria compromete seriamente a más de 45 mil empleos directos e indirectos, y pone en riesgo inversiones extranjeras significativas, que solo en los últimos cinco años ascienden a más de 620 millones de dólares. Este sector ha sido clave en el dinamismo de la construcción y otros sectores industriales, fundamentales para el crecimiento económico del país.
El análisis realizado por los constructores, quienes podrían verse beneficiados marginalmente con una reducción del 1.2% en el costo directo de la construcción, no compensa el riesgo al que se expone el sector siderúrgico nacional. La medida es vista como un atentado contra la capacidad de la industria de satisfacer la demanda local y competir en igualdad de condiciones frente a prácticas anticompetitivas internacionales.
Por qué es importante: Desde el punto de vista fiscal, la decisión tiene también implicaciones negativas, proyectándose un costo que superará los 18.000 millones de pesos, a ser asumidos por el Estado. Este panorama ha generado una reacción inmediata por parte de diferentes actores, quienes advierten sobre la necesidad de reconsiderar la medida y proteger los intereses nacionales.
En un intento por equilibrar la balanza, el Gobierno ha expedido un proyecto de decreto que busca incrementar nuevamente los aranceles para ciertas subpartidas arancelarias del sector acero, en un esfuerzo por frenar las importaciones desleales y proteger la industria local. Este proyecto ha sido recibido con opiniones divididas, evidenciando el complejo equilibrio entre promover la competitividad y proteger la industria nacional.
Decreto del gobierno: A finales del 2023, el Gobierno, encabezado por el presidente Gustavo Petro y los Ministros de Hacienda y de Comercio, Industria y Turismo, emitieron un proyecto de decreto que modificará parcialmente un arancel de aduanas. Modificación que afectaría a la subpartida arancelaria 7229.90.00.00, que corresponde a los alambres de los demás aceros aleados.
El contexto de esta medida se basa en que, a través del Decreto 2917 de agosto de 2011, se estableció una tarifa NMF del 10% para un amplio grupo de subpartidas arancelarias del sector acero y metalmecánico, incluyendo los alambres sin alear. Sin embargo, la subpartida mencionada previamente no fue incluida en dicho decreto, manteniendo su arancel NMF en un 5%.
El análisis de las importaciones revela que los alambres de los demás aceros aleados han experimentado un notable crecimiento en volumen importado, superando el 800% desde 2017. En 2022, representaron el 86% del total importado, con un volumen récord de 38.246 toneladas. Además, más del 95% de estas importaciones provienen de países sin acuerdo comercial con Colombia o a través de zonas francas, pagando un arancel del 5%, inferior al 10% aplicado a los alambres sin alear.
Sectores piden apoyo para industria siderúrgica
Sectores: En respuesta a esta situación, el Comité de Asuntos Aduaneros, Arancelarios y de Comercio Exterior recomendó, incrementar el arancel NMF de 5% a 10% para los demás alambres de los demás aceros aleados de manera permanente.
Mientras que Camacol solicitó en el 2021 la eliminación del arancel del 10% a las importaciones de acero de países sin TLC, argumentando que los altos precios y el desabastecimiento global amenazan la viabilidad de proyectos de construcción. Esta solicitud ha generado un debate intenso con las siderúrgicas nacionales, que ven en la propuesta una amenaza directa a su supervivencia.
«No solo existen en Colombia cinco organizaciones con capacidad amplia de producir estos productos, sino que en la actualidad los mismos se pueden importar con 0% de arancel de al menos cuarenta países con los que Colombia tienen Tratado de Libre Comercio», afirmó el Comité de Productores de Acero de la Andi en un comunicado emitido en el 2021.
Detalles: Este panorama refleja la complejidad de la situación para la industria siderúrgica colombiana. Por un lado, las siderúrgicas nacionales, como Paz del Río, luchan contra las importaciones baratas que afectan su rentabilidad y ponen en riesgo empleos. Por otro lado, los sectores que dependen del acero, como la construcción, argumentan que aranceles más bajos son necesarios para mantener los costos bajos y garantizar la viabilidad de sus proyectos.
En este contexto, el gobierno colombiano se enfrenta al desafío de equilibrar la protección de la industria nacional y la competitividad en el mercado global. Las decisiones tomadas en torno a los aranceles tendrán implicaciones significativas para la economía del país, afectando tanto a los productores de acero como a los sectores que dependen de este material esencial.
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