Los debates de Colombia no causan más que estancamiento

Colombia necesita dejar de discutir, de debatir sobre asuntos bizantinos, sobre asuntos que parecieran de la edad arcaica, de la época de la rueda y que ya quedaron rezagados.

Los debates de Colombia no causan más que estancamiento
Foto: Redes

Colombia, mientras está debatiendo sobre tonterías, se está perdiendo los grandes debates del mundo, pero debates para avanzar, debates sobre tecnología, sobre inteligencia artificial, sobre reales modelos de desarrollo sostenibles, sobre la defensa de los territorios.

Sobre las prácticas realmente amigables con los nuevos modelos de vida, explorando nuevos modelos laborales, nuevas industrias, nuevos sectores económicos, avanzando en nuevos modelos de educación, procurando mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Una clase de debates que están a tono con las nuevas las dinámicas del mundo.

Pero Colombia no está contenta con pertenecer siempre al tercer mundo, ser un país subdesarrollado. Es quizá uno de los pocos países de Latinoamérica y del mundo que sigue debatiendo sobre asuntos que ya han sido superados ampliamente y desde hace mucho tiempo en otras latitudes.

Lamentablemente, estas discusiones aupadas por políticos irresponsables, por políticos también muy cortos de visión, por políticos que carecen de inteligencia, de conocimiento del mundo y que están condenando a Colombia al atraso, a la ignorancia.

Están condenando a las nuevas generaciones a tener que emigrar hacia otros países por el solo hecho de que están siendo incapaces de pensar un país a la vanguardia, un país que esté pensando en entregarle soluciones, beneficios y desarrollo a quienes habitan en él.

Entonces, Colombia está por fuera del concierto de las grandes conversaciones mundiales. Colombia no debería estar pensando hoy si la minería es mala, si la minería es buena, si el petróleo es malo, si el petróleo es bueno, si el cemento es malo, si el cemento es bueno, si tenemos que reformar la Constitución porque no sabemos si a los bandidos hay que castigarlos o hay que premiarlos.

No sabemos un montón de cosas que nos están quitando el tiempo, que nos están distrayendo de lo esencial.

Entonces, no avanzamos en deporte, no avanzamos en escenarios deportivos ni tampoco en entretenimiento. Lo único que tenemos en entretenimiento es lo que tres o cuatro artistas hacen individualmente y Colombia se abroga esos triunfos, como también los de deportes individuales, y luego Colombia sale a sacar pecho cuando nada ha tenido que ver en eso.

Nos encontramos en una situación francamente lamentable con una cantidad de cosas que podríamos estar haciendo con un potencial inmenso en distintas fronteras económicas, pero que estamos discutiendo si la droga es mala si la droga es buena. Estamos discutiendo si la marihuana es buena, si la marihuana es mala.

Estamos discutiendo las mismas cosas desde hace 25, 30 y 35 años; nos damos el lujo de ser el único país en el mundo prácticamente con una guerrilla o ya ahora con más de 10 guerrillas o grupos armados ilegales, como se les quiera llamar, una situación que en un país como Israel estuviera solucionada en un mes. Acá no hemos sido capaces de solucionar eso.

Claro, hay flagelos muy grandes como el narcotráfico, como la corrupción, como una cantidad de delitos que en Colombia se cometen todo el día, pero Colombia se quedó en eso, se quedó pensando como en los finales del siglo XX y estamos retrasados, estamos demasiado retrasados con una economía muy cerrada, muy aislados del mundo, sin conocer de primera mano los avances que el planeta está teniendo porque acá todo llega tres, cuatro, cinco años después y llega cuando ya son obsoletos en otras partes; nos acostumbramos a recibir chatarra, a recibir malas cosas.

Eso, como sociedad, nos está condenando a un portafolio de cosas negativas que no lo merecen la mayoría de las personas, porque la mayoría de las personas en Colombia son personas buenas, y lo que deberíamos estar haciendo es preparando gente para las nuevas tendencias mundiales, para que consigan un empleo en cualquier lugar del mundo.

Tendríamos que estar enseñando, instruyendo desde pequeños a nuestros niños para que hablen dos y tres idiomas, pero eso no pasa, eso no pasa en Colombia.

Y es lamentable que los políticos, que los viejitos que están al frente de los gobiernos, por activa y por pasiva, por acción u omisión, tomen este tipo de decisiones.

Porque a la larga, sí se van a dar cuenta de las afectaciones tan grandes que nos están ocasionando, que le están ocasionando a las vigentes y futuras generaciones y de verdad que no tiene, perdón este tipo de actitudes y comportamientos que han tenido con los ciudadanos.

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