Nuestro editorial para hoy en 360 quisiera abordar la reciente distinción que recibió Medellín por parte de la página Timeout, la cual tiene más de 40 años recomendando distintos lugares en el mundo por cuenta de sus atracciones turísticas, su gastronomía y otras cosas que son significativas en el turismo mundial y generan tráficos importantes para estas municipalidades.
En este caso la capital antioqueña fue incluida dentro del top de las tres mejores ciudades para vivir después de la pandemia. Luego de una encuesta con más de 20.000 personas Medellín quedó junto a Edimburgo y Chicago en el top 3. Esto le ha servido no solamente a la ciudad para seguir reconstruyendo su nombre que tan afectado fue en la época del narcotráfico y aún así en muchos lugares del mundo siguen reconociendo a la ciudad por cuenta de personajes tan nefastos como Pablo Escobar, la cocaína, la violencia u otros comportamientos que para nada representan lo que significa la cultura antioqueña.
Todo lo contrario. En los últimos doce años, Medellín y el departamento han tenido la gran capacidad de regenerarse a través de artistas como Juanes, Karol G, Maluma, J Balvin y otra serie de importantes exponentes de la cultura como Fernando Botero, deportistas como Santiago Botero, Rigoberto Urán y hemos ido cambiando poco a poco esa percepción, logrando que más personas nos vean con mejores ojos.
Ahora bien, desde este medio de comunicación queremos plegarnos a la felicitación y al reconocimiento pero haciendo un llamado a una reflexión profunda, a ser muy racionales y sobre todo conscientes de que la ciudad tiene todavía muchísimos retos, tiene decenas de problemáticas bastante graves y peor aún atraviesa un momento complejo en materia política y empresarial.
La ciudad no puede seguir perdiéndose en bombos y platillos de distinciones que caen muy bien para el ego y para la imagen de la ciudad, pero no nos puede desviar de esas situaciones que queremos visibilizar en medio de la euforia; Medellín ha abandonado por completo la construcción de nueva infraestructura vial, el mantenimiento de ella ha sido precario en los últimos seis años. Tenemos muchísimas calles con huecos, andenes destrozados, jardines que han sido abandonados, semáforos que no funcionan, cámaras de seguridad que fueron robadas y nunca reemplazadas, un sistema de fotodetección altamente cuestionado que nadie se atreve a modificarlo y a llevarlo a que opere en beneficio de la ciudad de Medellín.
Si bien los indicadores de seguridad de la ciudad han mejorado, preocupa que sea por cuenta del monopolio de algunas bandas delincuenciales que hacen de las suyas en distintas comunas de la ciudad y fuera de eso el alto consumo de drogas es un dolor de cabeza para muchas familias del territorio antioqueño.
Hoy atravesamos por momentos complejos en situación de pobreza y economía, el desempleo en la ciudad sigue siendo bastante desalentador y esto va ligado a un deterioro gigante del tejido social que viene creciendo en la ciudad desde hace un buen tiempo y que se recrudeció con la pandemia.
Es hora de que una ciudad que quiere recibir millones de turistas se ponga a la altura de ese reto, sigue sin organizar su tráfico. Hoy más que nunca motocicletas violan los semáforos en rojo, no respetan los pasos peatonales, los buseros siguen estacionando, descargando y recogiendo pasajeros en la mitad de las vías; lastimosamente las medidas como el pico y placa no han resuelto de fondo la gran problemática de movilidad que tiene la ciudad y que está ligada con la falta de construcción e infraestructura.
Si bien parece ser una prioridad de esta administración, el transporte público aún sigue en diseños, en presentaciones y renders. No se ha avanzado de forma determinada en una sola obra, cosa que vemos con preocupación a falta de un año y medio de que cierre este gobierno.
Enbuenahora por la ciudad, congratulaciones por la mención pero no podemos perder de vista lo esencial y fundamental que es seguir construyendo una ciudad que ha sido ampliamente resiliente, que se construye desde el dolor y sufrimiento, y que ha demostrado una capacidad de regeneración tremenda, que los premios como Medellín la ciudad más innovadora y ahora una de las tres mejores del mundo para vivir o visitar no nos distraigan de los objetivos principales que es mejorar la calidad de vida de las personas, de todos los medellinenses sin distinción alguna, del estrato 1 al 6, donde podamos contar con mejores oportunidades de empleo, de educación, el acceso a una salud digna, oportuna y ágil, a la justicia, a mejor y más infraestructura vial, a un transporte público seguro, eficiente, limpio y que más temprano que tarde Medellín pueda avanzar colectivamente buscando puertos seguros en beneficio del bien común.