Para continuar combatiendo el hambre en la ciudad, la Alcaldía de Medellín y la Fundación Bancolombia entregaron 533 vales alimentarios a igual número de familias vulnerables, pertenecientes al Programa Medellín Solidaria en cuatro corregimientos.
Es preciso señalar que los vales alimentarios equivalen a $150.000 y pueden canjearse por mercados en tiendas de barrio y supermercados aliados, permitiendo también dinamizar la economía local.
“Con este propósito no solamente cumplimos con nuestro compromiso de cómo disminuir las condiciones de inseguridad alimentaria en el Distrito, sino también mejorar las condiciones de vida. Todo esto con el propósito de que nadie en Medellín se acueste sin tener sus tres comidas al día”, dijo la secretaria de Inclusión Social y Familia, Luz María Ramírez.
Vales alimentarios de Medellín Cero Hambre
En este punto, es pertinente indicar que la entrega de los vales se realizó en los cinco corregimientos de Medellín, beneficiando a 20 familias en San Sebastián de Palmitas, 21 en Santa Elena, 75 en Altavista, 197 en San Antonio de Prado y 220 en San Cristóbal.
Así las cosas, dentro de esta estrategia se implementan acciones de educación financiera y formación económica orientada al manejo del presupuesto del hogar, la planificación de gastos, el ahorro y la administración adecuada de los recursos disponibles. Este es uno de los requisitos previos para acceder al beneficio.
“Con el vale alimentario ayudo demasiado a mi familia. Estuvimos en una charla muy importante sobre el ahorro. En este momento estamos reclamando; es un mercado súper completo que ayudará a la alimentación de mi hogar, ya que somos cuatro integrantes: mi esposo y mis hijos. Agradezco a la Fundación Bancolombia y la Alcaldía de Medellín por esta gran ayuda”, dijo la beneficiaria Maritza Rodríguez, habitante de San Cristóbal.
Vale señalar que con esta acción mancomunada, la Administración Distrital y la Fundación Bancolombia promueven la seguridad alimentaria con enfoque territorial y contribuyen a mejorar las condiciones de vida de las familias rurales, que adicionalmente, fortalecen sus capacidades financieras, impulsando hábitos de ahorro y consumo consciente.
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