Claro, los que de inmediato han pensado en leer el subtítulo sobre la imposibilidad legal de hacer algo en contra de las mujeres que son prostitutas tienen toda la razón, pues no se les puede prohibir a ellas ejercer esa actividad. Están en lo cierto.
Por ello es que la medida dictada por el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, realmente no es una solución de fondo a la grave problemática que se ha encubado en la capital de Antioquia, porque esto no es nuevo.
Este es un problema que desde el 2017 se viene presentando en el Parque Lleras. En su momento fue denunciando y a finales del 2019 se estaba empezando a relevar como la prostitución salía de este sector y llegaba a otras calles aledañas, y ya hoy en el 2024 se han tomado todas las zonas rosas de la Comuna 14 de Medellín.
No solamente es el fenómeno de la prostitución, el agravante a esto y ahí sí es donde las autoridades pueden entrar, es que muchas mujeres hacen parte de carteles de narcotráfico, porque la palabra ya no puede seguir siendo microtráfico.
Si la ciudad sigue viendo esto como un solo problema, un fenómeno aislado, como lo fue lo del ciudadano estadounidense. Por cierto, que lamentable es lo que se ha conocido de como la Policía lo dejó libre encontrándolo como lo encontró.
Como este caso hay muchos diariamente. De igual manera, este no es un caso de prostitutas y de que hay unos jibaros cerca de ellas, es una empresa criminal la que trabaja en Medellín.
De estas organizaciones criminales hacen parte algunos taxistas, botones de hoteles, administradores de bares, vigilantes y muchas personas que trabajan en sectores relacionados con el entretenimiento, hotelería, gastronomía, transporte y los carteles de droga y prostitución.
¿Qué unos van a pagar todos? Sí, como en todo. Lamentable, ¿Qué ha sido un problema en el que no se ha hecho nada? Sí, lamentablemente, ¿Qué se van a cometer muchas injusticias? Sí, lamentablemente.
Medellín debe colaborar en la problemática de la prostitución
Problemas tan profundos y difíciles necesitan medidas de fondo, no paños tibios. Acá queremos hacer una reflexión en general sobre como Medellín puede y debe colaborar para ir desarticulando poco a poco este gran cartel, esta gran mafia, la cual va a tocar muchos intereses, incluso de gente que uno no cree que está metida ahí.
Antes de hacer esta editorial hemos conversado con personas que están adentro y que saben cómo funciona este aparato criminal. Hay taxistas que tienen catálogos de mujeres mayores edad, que son prostitutas, también conocen menores de edad o al proxeneta para ir a contratar niñas vírgenes, como lo hacían anteriormente los guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes.
Hay hoteles que están permitiendo que hagan y deshagan en sus instalaciones debido a que se encuentran perdiendo la competencia con las plataformas digitales, y los que no se han visto perjudicados es porque muchos turistas pagan lo que sea y el tiempo que sea para hacer lo que quieran.
De manera que acá el llamado es que la ciudadanía activa y vigilante se dé cuenta que está pasando, como lo decía el alcalde Gutiérrez. Uno sabe perfectamente quien es un jibaro, una prostituta, etc.
Si no denunciamos y no nos unimos, la ciudad se seguirá perdiendo poco a poco y vamos a terminar siendo un lugar donde la gente local se tendrá que ir corriendo del sector, como ya lo están haciendo, por cuenta de que se volverá difícil vivir en ella por temas económicos o será difícil el crecimiento de los niños debido a los problemas de seguridad.
Esto es algo que nosotros queremos dejar plantando en este editorial de manera directa. Creemos que lo amerita y lamentamos mucho lo que está pasando en la ciudad de Medellín
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