¿Nos dirigimos hacia un congelamiento de las relaciones con Estados Unidos?

El camino hacia un enfriamiento de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, es un camino que tendrá varios peajes que la Casa de Nariño deberá calibrar con mucho detalle como maneja.

Por: María Alejandra Castillo

El domingo 26 de enero de este 2025, día en el que el presidente Gustavo Petro midió en su totalidad el carácter político del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, es altamente probable que termine convirtiéndose en el día que marcó un antes y un después en las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos.

La tormenta que se alcanzó a desencadenar en cortas 24 horas, en las que el presidente norteamericano le recordó a quienes lo habían olvidado, que su retórica siempre va a estar respaldada por acciones puntuales y determinantes, fue disipada ese mismo día, pero las nubes negras siguen ahí.

Efectivamente fue una crisis contenida muy rápidamente con ayuda del mayor líder opositor al gobierno de Gustavo Petro, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, pero apenas si se superó superficialmente.

Las sanciones arancelarias que alcanzó a imponer Estados Unidos fueron levantadas ese mismo día para tranquilidad de la industria colombiana (especialmente del renglón floricultor, para quienes la celebración del Día de San Valentín es uno de los días más importantes del año), tras lo cual una breve guerra comercial entre las dos naciones llegó a su fin.

Las visas para viajar a Estados Unidos

Por el otro frente, la suspensión al trámite de visas logró destrabarse el último día de enero, aunque dejó a miles de afectados y caos aeroportuario. Este primer encontronazo en la arena pública internacional le sirvió al gobierno Trump para dejarle claro a toda América Latina y el Caribe que la política trazada alrededor de la Frontera Sur y de los flujos migratorios será agresiva y expedita, por sí subsistía la duda alrededor de la mano dura.

Estados Unidos suspende trámite de visas en Colombia: esto es lo que se sabe
Foto: Redes

Y gracias a este ‘impasse’ Colombia particularmente ya está transitando un camino de congelamiento en las relaciones con Estados Unidos, de los cuales el capitulo del visado fue apenas la primera parada.

Congelamiento

Aunque en lo corrido de la semana Donald Trump sostuvo que “el pueblo de Colombia es maravilloso y agradezco que hubieran cambiado de parecer”, todo parece indicar que las directrices del secretario de Estado, Marco Rubio, serán las de reducir la ayuda de Estados Unidos a Colombia a los mínimos vitales, lo que hará que la conversación que mantengan ambos países se reduzca a un plano muy superficial.

Hoy la realidad insoslayable es que, pasado el episodio del pasado domingo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, quedó con un margen de negociación y de maniobra con la Casa Blanca supremamente limitado, aún más de lo que ya lo era, lo que lleva a que el país se plantee una pregunta esencial para la economía, la productividad y en términos generales el desarrollo del país: ¿Cómo va a sortear el presidente colombiano las relaciones con el que ha sido, históricamente, su aliado económico y comercial más importante?

Las banderas rojas están ahí. Fuentes consultadas por 360 Radio le confirmaron a este medio de comunicación que hay incertidumbre alrededor de la participación de Estados Unidos en la Feria Aeronáutica que se lleva a cabo en Rionegro.

También, 22 helicópteros Black Hawk de nacionalidad estadounidense que estaban siendo utilizados por la Policía antinarcóticos cesaron sus operaciones en Colombia por orden de la embajada de Estados Unidos, por los próximos tres meses, lo que incluyó la suspensión de comisiones y contratistas. Y a todo esto se suma una negociación por adquirir Aviones M-16 que había sido ofrecida por Washington que se cayó.

Así, con un evidente congelamiento entre las relaciones bilaterales encabezadas por dos personajes antagónicos y críticos de las visiones políticas que representan, (recordemos que Gustavo Petro fue abiertamente partidario de la campaña de Kamala Harris y a través de su cuenta de X le dijo “perdedor” a Trump trasladándose, como suele hacerlo, a un plano personal), tres hechos serán hondamente problemáticos para la Casa de Nariño.

La desertificación, ¿inminente?

La desertificación es un documento que emite el Departamento de Estado de los Estados Unidos y que acredita, en este caso a Colombia, de estar cumpliendo con una serie de requisitos frente a un determinando tema que estén financiando los norteamericanos, como la lucha contra el narcotráfico, erradicación de hectáreas etc.

Esta certificación es, en esencia, el documento que le garantiza a una economía en desarrollo como la colombiana el flujo de recursos de la cooperación norteamericana para apoyar unos determinados temas que son clave para la agenda bilateral.

Sobra decir que estos son fondos nada despreciables que se traducen en temas logísticos y apoyo a diversos programas, etc, y en este momento parece que una desertificación es inminente que se dé, probablemente en el segundo semestre de este año, lo que representará un descredito sustancial para la imagen de Colombia pues, esta decisión por parte de Washington no se debe sólo a un desatino presidencial, sino a la falta de resultados del gobierno colombiano en su política de seguridad del gobierno.

“El enfriamiento de la relación bilateral es inminente y creo que es altamente probable que Colombia termine desertificado porque tampoco tenemos los datos que muestran resultados. ¿Cuáles son los grandes resultados? ¿Erradicamos cuántas hectáreas? ¿Desactivamos los nodos centrales del sistema criminal, especialmente el de lavado de activos? No. No hay avances y la arremetida criminal del ELN y los enfrentamientos con las disidencias así lo demuestran. No tenemos resultados que mostrar”, advirtió a 360 Radio el profesor de política exterior norteamericana de la Pontificia Universidad Javeriana, Emerson Forigua.

Esta falta de resultados es especialmente amenazante al tratarse de Donald Trump y de su enfoque de gestión. “Su mentalidad es muy clara alrededor de qué tan rentable es su inversión en materia de resultados. Si me pides recursos me tienes que dar resultados. ¿En dónde están esos resultados? Esa es su mentalidad y el grueso de las críticas a Joe Biden fuero por dilapidar plata de los contribuyentes dado que no se ven resultados. ¿En dónde esta la rentabilidad de esta inversión? Se lo va a preguntar y yo no veo qué resultados pueda mostrar el gobierno para tratar de evitar la desertificación”, añadió.

A este tema, que será clave para el futuro cercano del Colombia, por lo menos mientras se presenta un cambio de gobierno que, sin lugar a dudas, Estados Unidos espera que esté más ideológicamente alineado con sus intereses, se suma un tema de presencia internacional.

El camino hacia un enfriamiento de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, es un camino que tendrá varios peajes que la Casa de Nariño deberá calibrar con mucho detalle como maneja. La primera estación fue la que propició Gustavo Petro alrededor de los inmigrantes, lo que les permitió a ambos mandatarios medirse a fondo, pero habrá más. Es probable que Venezuela, el Canal de Panamá y futuras decisiones arancelarias y de visado, sigan enfriando las relaciones bilaterales, realidad que se puede acelerar si el presidente colombiano no modera su discurso.

En últimas, a la persona que menos le conviene que Donald Trump diga textualmente: “el gobierno colombiano se disculpó “profusamente” (intens y abundantemente) en menos de una hora, basado en lo que dije, a decir, van a pagar tarifas como nadie jamás”, es a Gustavo Petro.

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