Son varios los congresistas del Centro Democrático y otros líderes políticos que le han solicitado a Tomás Uribe aspirar a la presidencia de la República, otros más conservadores, lo han mencionado para que sea fórmula vicepresidencial en la campaña o reemplazo de Marta Lucía Ramírez si renuncia, incluso, han pedido que aspire a la Alcaldía de Medellín.
Confidenciales 360
Tomás Uribe Moreno es colombiano de 39 años, fue conocido públicamente por ser uno de los dos hijos del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Es ingeniero químico y se ha destacado en diversos escenarios empresariales. Comenzó con una venta de manillas a nivel internacional. Desde los 19 años vendió las pulseras en ferias artesanales y se distribuyeron en diferentes partes del país y del mundo.
Después de este emprendimiento hizo parte de otro que aún se mantiene, Ecoeficiencia, dedicado a los residuos sólidos. Él y su hermano siempre han estado involucrados con zonas francas y ahora con una inmobiliaria importante en América Latina, su relación con la política parece inevitable, más cuando algunos nominados por su padre se han salido de las acciones distantes de las bases elementales o de la doctrina del Centro Democrático que encarna al Uribismo.
Aunque Tomás Uribe ha desechado escenarios para ser candidato a la presidencia en 2022, también se han referido a la posibilidad de que sea quien reemplace a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez en caso de que ella renuncie para ser candidata, sin embargo, él ha insistido en que no le interesa.
Todo empezó cuando Uribe Moreno se convirtió en una de las directivas del CD y ante la carencia de liderazgo dentro de ese partido, algunos congresistas como Ernesto Macías, Nicolás Pérez y el columnista Abelardo de la Espriella, manifestaron que debía ser el candidato del Uribismo en la siguiente contienda electoral.
El hijo del exsenador ha tenido en los últimos meses bastante movimiento inusual a la hora de hacer reuniones de carácter político, empresarial y social. En Medellín han sido cotidianas las reuniones en uno de los hoteles más importantes de El Poblado, con concejales, diputados, congresistas y líderes empresariales.
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Insinúan dentro de círculos sociales de la política antiqueña que si avanza el proceso de revocatoria del alcalde Daniel Quintero o en las elecciones de 2023, Tomás Uribe aspire a liderar la segunda ciudad más importante del país.
También lo han visto en otros lugares del país: Pereira, Manizales, Cali y en la capital, algo que para muchos es una evidencia de que está tanteando los terrenos y transmitiéndole a su padre las percepciones de lo que está viviendo el país y lo que piensan los grupos sociales significativos – no para ser candidato – sino porque Álvaro Uribe quiere una voz confiable, leal, directa y transparente que hable sin intereses.
No es un secreto que Uribe Vélez está desencantado con varios congresistas que están entre sus filas, además de concejales y diputados a lo largo del país.
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Tomás Uribe se ha convertido en una primera línea de filtro y de depuración para el exmandatario colombiano y por lo menos hasta ahora esa es su verdadero papel e intención, dar la mejor estructura y un proceso franco de participación a personas que creen en esas convicciones que representa el Centro Democrático.