Los enemigos del país siguen actuando a pesar del daño económico, social y sanitario que han cometido.
Por: José Miguel Santamaría Uribe.
Creo que los colombianos ya tienen claro quienes son las personas que fomentan los desórdenes y los bloqueos, a estas les debe caer todo el peso de la ley. Los más cautelosos no bajan de 5000 muertos adicionales por covid-19 los que han dejado las movilizaciones, deben ser muchos más en realidad.
Como estaba previsto el comité del paro terminó sin pena ni gloria una mediación en la cual no tenían velas por ningún lado, ellos no representaban a los que estaban en las movilizaciones y además les salió el cobre a uno de los promotores con los audios donde se le vieron las ganas de utilizar el paro como herramienta política particular.
La conexión cada vez más fuerte de los movimientos al margen de la ley, llámese guerrillas, disidencias, paramilitares o narcoterroristas con los actos vandálicos y bloqueos en las ciudades de los que se autodenominan “Primera Línea” hace necesario diferenciarlos con los que solo protestan pacíficamente, el tratamiento frente a la ley debe ser totalmente diferente, dice el refrán que si un animal camina como pato, habla como pato y come como pato, es un pato, entonces la Primera Línea es un grupo terrorista.
Nuestro país según dicen es la joya de la corona, por eso está siendo atacado desde todos los frentes y desde diferentes partes, la izquierda populista representada por el Foro de Sao Paulo y los países del eje Cuba-Venezuela quieren ganar las elecciones del 2022 a toda costa, inclusive al parecer si no lo hacen democráticamente están dispuesto a hacerlo a la fuerza, nada más el hecho del atentado al presidente Duque cuando este hacía un viaje en helicóptero esta semana lo demuestra.
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Pero este viacrucis no ha acabado, los violentos siguen haciendo su agosto en las principales ciudades, han convertido lugares públicos en sitios de horror, con expendios de droga, con grandes daños a la infraestructura pública y privada y vulnerando los derechos de los ciudadanos que quieren ir a trabajar y vivir en paz, el gobierno ha sido hasta ahora demasiado condescendiente con estos delincuentes por susto al qué dirán y a la condena de organismos internacionales de derechos humanos que ya tomaron partido y están si o si en favor de estos grupos radicales.
No más guachafita debe ser la consigna de todos los colombianos de bien, no más bloqueos y no más violencia, debemos apoyar la reactivación económica a toda costa, sin empresa privada no hay capacidad de generar el empleo que necesitamos, también es importante la reactivación de obras de infraestructura públicas, estas ayudan a la generación de empleo también.
Los entes de control como la Procuraduría General de la Nación deben también poner especial cuidado a los mandatarios regionales ya que muchos de ellos han venido tomando partido en favor de los violentos, han querido conversar y hacer concesiones con quienes no se debe y han dejado de cumplir las funciones para las cuales fueron elegidos.
No quiero acabar esta columna sin agradecer profundamente a la fuerza pública en cabeza de la Policía Nacional y a nuestro glorioso Ejército que todos los días salen a trabajar y a dar la vida por los colombianos que no quieren más violencia.