Petro, entre Maduro y Washington

Mientras EE. UU. refuerza su cerco, el presidente colombiano insiste en tender puentes con Caracas, arriesgando sanciones y un aislamiento internacional que podría golpear la economía.

Petro, entre Maduro y Washington
Foto: Redes sociales

Cole aseguró que Maduro “es un narcoterrorista que sigue enviando este veneno a Estados Unidos, matando a cientos de miles de estadounidenses”. Esta declaración de Terry Cole, jefa de la DEA, deja en evidencia la magnitud del problema.

Estamos expectantes frente a lo que ocurre en Venezuela y miramos con sorpresa los movimientos de Estados Unidos: destructores, submarinos, navíos y portaaviones al frente. Algunos esperan que finalmente se logre la salida de Nicolás Maduro y de su cúpula de funcionarios corruptos y criminales. Pero si eso no ocurre, y efectivamente Venezuela está patrullando esa zona, la situación se complica: desde allí está saliendo la mayor cantidad de droga de Latinoamérica.

Ese es el puerto de salida porque el “cartel de los soles”, que en la práctica es el mismo gobierno venezolano, permite y facilita el tráfico. Las rutas son claras: la droga hace escala en Honduras, Nicaragua, México y, en ocasiones, en islas del Caribe. Sin embargo, la raíz del problema sigue estando en Colombia. Aquí pareciera aplicarse la teoría de “si no me muevo, no me ven”, mientras el país permanece agazapado en medio de la discusión internacional.

Lo que afirma la señora Cole es grave: toda la justicia estadounidense tiene identificada a la cúpula del cartel de los soles. Además, confirma algo que se sabía desde hace años: el ELN y las disidencias de las FARC están aliados con el régimen de Maduro. Que no sorprenda. Para quienes lo negaban, ocultaban o intentaban minimizarlo, hoy es evidente que el gobierno de Venezuela dictatorial, ilegítimo y tiránico es socio de estos grupos armados, a los que hospeda, protege y facilita operaciones.

Así, el ELN y las FARC cometen crímenes en Colombia atentados, secuestros, extorsiones y cruzan la frontera para refugiarse en territorio venezolano, donde nuestras fuerzas militares no tienen alcance. La pregunta, entonces, es para el presidente Gustavo Petro: ¿qué va a hacer? Usted ha insistido en acercamientos con Venezuela, en una “zona binacional” que hoy se cae por su propio peso, porque ante Estados Unidos no es más que un intento de legitimación de un jefe de mafia y aliado de grupos terroristas que desangran a Colombia.

El momento es crítico: estamos a semanas de saber si Washington nos “descertifica” o no en la lucha antidrogas. Y no debería sorprendernos que también haya consecuencias directas para Colombia. Porque la droga no solo sale de Venezuela: también fluye desde el corredor colombiano. No sería extraño que Estados Unidos retome patrullajes en el Pacífico, como lo hacía hace años, para reforzar la interdicción. ¿Qué hará entonces el gobierno colombiano?

El dilema se plantea en tres frentes: primero, Colombia es el origen del problema porque produce la droga. Segundo, se ha convertido en aliado de regímenes y estructuras que promueven ese negocio ilícito. Y tercero, enfrenta un deterioro grave de seguridad interna mientras estrecha lazos con los socios de los grupos terroristas. En este tablero, los problemas internos y externos terminan vinculando inevitablemente a Estados Unidos.

La pregunta es clara: ¿qué hará Petro? El cerco se cierra y las respuestas no aparecen. ¿Cómo reaccionará el ministro de Defensa, Iván Velásquez, cuando parece que su papel se diluye en el intento de quedar bien con Dios y con el diablo? ¿Qué medidas tomará Estados Unidos? ¿Qué pasará con la idea de la zona binacional? ¿Vendrán sanciones para Colombia, patrullajes militares, una descertificación que se perfila como inminente? Y, sobre todo, ¿vendrán más sanciones para un país que parece caminar directo hacia el aislamiento internacional?

Lea también: ¿En qué consiste la estrategia de inversión de capital que impulsan Ruta N y la Alcaldía de Medellín?

Salir de la versión móvil