EDITORIAL
Nuestro editorial para hoy viernes miércoles 28 de septiembre analiza la reunión entre el expresidente Álvaro Uribe Vélez, el presidente Gustavo Petro Urrego, también esos ecos que quedaron de las marchas el día lunes porque nosotros como medio de comunicación queremos resaltar la capacidad de diálogo que por lo menos en estos inicios muestra el presidente Petro y su ministro Alfonso Prada.
Para muchos es solo una fotos simbólica, darles contentillo como creen algunos. Nosotros queremos creer que es un gesto con voluntad y en virtud del diálogo. Álvaro Uribe Vélez seguramente no representa a todo el que está en contra del gobierno Petro, o a todo el que tiene diferencias con el actual gobierno.
Uribe decía que su propósito es contribuir para que el gobierno se entienda de democracia social, no del fracasado socialismo. Pidió que no se les diga ultraderecha, que no se estigmatice al presidente Petro pero tampoco a ellos; pidió diálogo, saber oponerse con argumentos, tener la capacidad de escucha y disposición para lograr acuerdos. Esto les falto a algunos expresidente, que quizá por ego, desconfianza e incredulidad nunca le apostaron a tener un diálogo amplio con los sectores que fueron oposición.
Desde esta ventana periodística creemos que si las voluntades democráticas están intactas, si está la capacidad de escucha, de diálogo y de decirse las verdades, este país puede avanzar hacia un verdadero debate democrático, hacia una participación ciudadana masiva, pero hay responsabilidades de cada lado.
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En primer lugar, y la más importante, la del gobierno de turno -la del presidente Petro-, quien sigue sin dar un mensaje claro, coherente, consecuente y contundente para sectores económicos importantísimos de nuestro país. No se puede atacar al sector de la minería, al sector de la energía, del gas, del petróleo; eso no es un buen mensaje que ayude a la economía, el presidente debe entender y corregir eso.
Petro tiene todas las credenciales para hacer la paz, y si ahora no hay proceso de paz exitoso jamás lo habrá, ¿quién más le puede dar garantías a los criminales que Gustavo Petro, alguien que militó en una guerrilla y que toda su vida se ha dedicado a hablar de paz? Si no es ahora, no es nunca.
El presidente tiene que entender que no se puede premiar más a la delincuencia que al ciudadano que está cumpliendo con la ley, ese mensaje no se puede dar y es tremendamente equivocado.
En cuanto a la oposición, esta debe respetar la decisión democrática, aportar en democracia ideas, debates, tesis, argumentos, rebatir con la fuerza de participación pública en un gobierno; no hay que atacar a la figura de Gustavo Petro ni la de ningún funcionario del gobierno. Hay que elevar el debate, hay que llevarlo a otro nivel pues eso es lo único que nos hará avanzar como país mediante el diálogo y prevenir que los daños que se hagan acaben con nuestro país.
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