Por: Catalina Escobar
Los colombianos no podemos permitir que la tristeza y la desesperanza se apoderen de nosotros. Ahora más que nunca, es momento de salir a trabajar por Colombia, de construir, de proteger los valores en los que creemos porque lo más peligroso no es el modelo de país que ellos desean, lo más peligroso es que nos quedemos paralizados frente a lo que vendrá, que nos rindamos y perdamos las ganas de luchar por Colombia, que se apague nuestro amor por el país.
Este gobierno arranca con una reforma tributaria. Lo paradójico de esto es que este gobierno obtuvo votos, precisamente, porque se opuso a la reforma tributaria del gobierno anterior. En efecto, la reforma Duque-Carrasquilla fue la excusa perfecta para capitalizar la indignación de la gran mayoría de colombianos a su favor y llegar al poder. Sin embargo, hoy en el poder hacen lo mismo, pero, como la reforma es de ellos no hay indignación de esos colombianos que salieron a las calles a decirle al gobierno: no más impuestos.
Congresistas del Pacto Histórico que hace un año estaban indignados e invitando a salir a las calles por una Reforma Tributaria que ni siquiera se había radicado y que no se había socializado, hoy celebran y defienden una Reforma Tributaria ya radicada que aún ni leen (como algunos congresistas han demostrado en sus trinos).
DE LA MISMA AUTORA: Dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno
La Reforma Tributaria debería venir DESPUÉS de dar ejemplo de austeridad y lucha contra la corrupción. Lo que genera inconformismo en los colombianos, es precisamente que paguemos más impuestos y no veamos ahorro en el gasto público, ni políticas anticorrupción claras. Por el contrario, lo que pretende el nuevo gobierno es incrementar ese gasto con más ministerios, con más burocracia…
Ahora bien, después de las dificultades económicas debido a la pandemia, el verdadero reconocimiento es para los empresarios (grandes, medianos, pequeños) que con grandes esfuerzos hicieron todo lo posible por mantenerse a flote y seguir generando empleo, pagando salarios, luchando para recuperar la economía. Así pues, no nos equivoquemos, mientras más le suban los impuestos a los empresarios, más recortes tendrán que hacer estos últimos para seguir operando (reducción de salarios, despidos…) ¿Por qué algunos políticos se empeñan en hacerle la vida más difícil a quienes verdaderamente están dándolo todo por el desarrollo del país?
Es cierto que los colombianos tenemos poca “cultura fiscal” y que debemos entender que tributar hace parte de la vida en sociedad, del desarrollo del país, etc, sin embargo, los gobiernos tampoco pueden pretender que el fruto del trabajo de cada colombiano, quede en gran medida, en manos del gobierno.
Los políticos deben dejar de pensar que administrarán mejor el dinero que el que lo trabaja.
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