Promesas incumplidas

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EDITORIAL

Se comete el gravísimo error, sin omisión alguna, en cada campaña electoral: prometer a las comunidades más desfavorecidas lo que después se va a desconocer.


Hoy diferentes lugares del país y sectores productivos se encuentran en paro. Como bien sabemos el Chocó, Buenaventura, rama judicial, entre otros, se han encontrado inconformes con lo que para ellos son evidentes incumplimientos por parte del gobierno del presidente Juan Manuel Santos a las promesas que se han hecho en campaña electoral y durante los últimos siete años.

Y es que una de las falencias que se ha recalcado desde hace mucho tiempo de este Gobierno es la desconexión tan indiscutible que tiene la Casa de Nariño con las regiones del país. Así el presidente Santos visite los lugares fuera de Bogotá y sus ministros estén continuamente en la misma función, hay una clara sintomatología de desconocimiento de las reales situaciones que viven las personas hoy en día en Colombia.

Nada más y nada menos, las cifras económicas no han sido alentadoras. Empresas como el Grupo Éxito, Bavaria, Arturo Calle, entre otras, están registrando menos ventas e incluso pérdidas, pues ya deja entrever lo que está viviendo la mayor parte del país. La cifra revelada por el DANE del crecimiento solo de 1.1% de la economía, que de por sí es dudosa debido a que muchos expertos aseguran que no llega ni al 1%, ya demuestra que la economía se encuentra estancada, las previsiones que se hacían con la reforma tributaria que fue aprobada por el Congreso de la República en diciembre del año pasado iban a ser desastrosas con consecuencias nefastas para los bolsillos de todos los colombianos.

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No solo el IVA aumentó, los impuestos han ahogado a las pequeñas y medianas empresas que se han visto obligadas a despedir a cientos de personas de sus puestos de trabajo. Y lo peor aún, es que las grandes empresas que están registrando esas pérdidas en ventas hoy también están trazando planes de despidos porque no se pueden ir a la deriva por mantener empleados que hoy no son autosuficientes bajo el mercado colombiano.

El paro en Buenaventura tiene connotaciones más sociales pero intrínsecamente económicas, y es que este distrito del departamento del Valle del Cauca, junto con Chocó, son abandonados por el Estado y a donde se envían recursos que se pierden en medio de reuniones de personajes de la vida política y empresarial. Lo cierto es que las personas en Buenaventura se han cansado, viéndose en la necesidad de salir a las calles. Las fotos que se pueden ver en las redes sociales parecen reflejar la situación por la que pasa Venezuela, pero no. Lo que ya de por sí es un llamado para tanto congresista y tanto influenciador que anda intranquilo por Venezuela para que se preocupe por lo que pasa en Colombia.

Se ha registrado en estos paros pérdidas millonarias. En Chocó están en paro desde el 10 de mayo. El transporte, las escuelas, la atención no prioritaria en los hospitales, el comercio, entre otros sectores productivos, se encuentran paralizados. En Buenaventura hay paro en servicios muy similares; 1100 empresas transportadoras de carga han tenido inconvenientes para operar en su jornada corriente. Si las cifras que han arrojado entidades de sectores económicos y de comercio son acertadas, estaríamos hablando de más de 7 mil millones de pesos en pérdidas por cuenta de los paros.

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Los maestros, que son casi 350 mil, están marchando en todas las capitales de la nación. Recordemos que las dificultades entre el magisterio para alcanzar los acuerdos con el Gobierno son siempre bien complejas. Se han emparejado con los paros cívicos de Chocó y Buenaventura. Además que la amenaza del paro de la rama judicial también es inminente. En Colombia para la justicia y parece que nada pasara, ¿cómo irá de bien la justicia?

Voluntad política. Esto es lo que pide el Chocó, Buenaventura, los profesores y otros sectores del país. Creen que el Gobierno está equivocado estruendosamente con cada una de las decisiones económicas y de centralismo que ha tomado. Le han pedido al presidente Santos que dé la cara en esos paros, que se reúnan y que cumpla lo que prometió en campaña, pues de lo contrario el país estará abocado en una tormenta social, económica y política de cara a unas próximas elecciones con grandes dificultades que pueden generar desorden social.

En conclusión, en este editorial queremos hacer un llamado a la cordura, al diálogo, a la sensatez, pero sobre todo al Gobierno Nacional, que debe poner como prioridad cumplir los compromisos, que reflexione sobre las decisiones que ha tomado en materia económica,  y que las reverse si es necesario, porque hoy Colombia va rumbo a un despeñadero; no es que los periodistas sean pesimistas al registrar las noticias, es que la situación del país se tiene que contar tal y como es.

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