Lo que comenzó como una exigencia ciudadana en 2009, finalmente se convirtió en una realidad este 10 de julio de 2025: Bogotá entregó el nuevo puente bicipeatonal Engativá de la avenida Boyacá con calle 80, en la localidad de Engativá, una obra que promete mejorar la movilidad y la accesibilidad de más de 97 mil personas, especialmente aquellas con discapacidad o movilidad reducida.
Pero más allá del corte de cinta, la historia detrás de este proyecto revela los tiempos lentos —y a veces forzados— con los que avanza la infraestructura pública en la capital. El puente fue el resultado de una acción popular interpuesta hace más de 15 años, y su ejecución solo despegó realmente durante la actual administración de Carlos Fernando Galán.
«Hoy entra en servicio este puente y la decisión judicial dijo que tenía que ser en este punto», declaró Galán durante la inauguración, reconociendo que no fue una iniciativa espontánea del Distrito, sino una obligación derivada de una orden legal. De hecho, cuando el actual gobierno inició en enero de 2024, el avance de la obra era de apenas el 0,48 %. Hoy, con la entrega oficial, alcanza el 100 %.
¿Qué beneficios trae el nuevo puente bicipeatonal Engativá para la comunidad?
El puente conecta de manera segura los barrios Santa María del Lago y Bonanza, y reemplaza a una antigua estructura que solo contaba con escaleras, dejando por fuera del sistema a personas en silla de ruedas, adultos mayores o ciudadanos con coche.
La nueva obra mide 322,58 metros de longitud e incluye rampas accesibles, carriles separados para peatones y ciclistas, y una franja de separación entre ambos. Además, tiene un gálibo mínimo de 5,8 metros sobre la calzada oriental de la Boyacá.
La inversión total fue de $29.634 millones, incluyendo interventoría, y estuvo a cargo del contratista CyG Ingeniería y Construcciones S.A.S. En su ejecución participaron 478 trabajadores, y se recuperaron más de 26 mil metros cuadrados de zonas verdes y 7.250 m² de espacio público.
Críticas al retraso y lecciones urbanas
Desde la administración destacan la articulación con el Jardín Botánico y la intervención artística del espacio a través de grafitis. Sin embargo, el llamado a la ciudadanía a “cuidar la obra” contrasta con los largos años en que la ciudad mantuvo infraestructuras inaccesibles en puntos neurálgicos de movilidad.
#ElDato📊 Así es el nuevo ciclopuente de la av. Boyacá con calle 80:
✅322 m de longitud
✅6.2 m de ancho: 3 m para biciusuarios y 3 m para peatones y personas con movilidad reducida
✅7250 m² de espacio público¡#EntregaConPropósito que transforman vidas! pic.twitter.com/B1YStogvnv
— IDU Bogotá (@idubogota) July 10, 2025
El puente anterior, colindante al nuevo, tiene apenas 1,10 metros de ancho y 153,8 metros de longitud. Según informó el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), será demolido parcialmente: se desmontará la escalera, pero se mantendrá la pasarela como parte de la estructura vehicular.
“Este puente no solo es una mejora en la movilidad, es un símbolo de cuánto puede tardar la ciudad en cumplir con los derechos más básicos de accesibilidad”, concluyó un residente del sector, recordando que la lucha por este paso seguro inició mucho antes de que las cintas fueran cortadas.