Estos dos proyectos portuarios no solo están transformando la infraestructura marítima de sus respectivos países, sino que también están marcando un hito en la competencia por la supremacía logística en la región.
En el caso de Puerto Chancay, está ubicado estratégicamente en la costa central del Perú y se erige como un faro de esperanza para el desarrollo económico del país. Impulsado por una inversión conjunta entre la empresa china Cosco Shipping Ports y el grupo peruano Volcan Compañía Minera, este ambicioso proyecto está valorado en más de 3,000 millones de dólares. Su fase inicial incluirá la construcción de cuatro muelles y áreas de almacenamiento, junto con un túnel subterráneo que conectará el puerto con la carretera Panamericana Norte. Se espera que el Puerto de Chancay maneje más de un millón de TEU (Unidad Equivalente a Veinte Pies, por sus siglas en inglés) al año, convirtiéndose en un hub logístico y portuario de primer nivel en la región.
Los principales negocios del puerto abarcarán el manejo de carga general, contenedores y graneles sólidos y líquidos. Se prevé que Chancay se consolide como un centro logístico y portuario clave para la región, atrayendo empresas de sectores variados como la minería, la agricultura y la manufactura.
Los beneficios económicos y sociales del Puerto de Chancay son incalculables. Se proyecta la creación de miles de empleos directos e indirectos durante su construcción y operación, lo que impulsará el desarrollo industrial y comercial en la región de Huaral y sus alrededores. Además, la mejora en la capacidad portuaria aumentará la competitividad del Perú en el comercio global, reduciendo costos logísticos y tiempos de transporte para exportadores e importadores. El compromiso con estándares ambientales rigurosos asegura que el desarrollo del puerto sea sostenible a largo plazo.
El brillante caso de Puerto Antioquia
Ubicado estratégicamente en el Golfo de Urabá, emerge como una de las iniciativas de infraestructura más ambiciosas en la historia reciente de Colombia. Este megaproyecto no solo promete revolucionar la logística marítima y terrestre del país, sino que también se proyecta como un catalizador para el desarrollo económico y social de la región de Urabá y del comercio exterior colombiano.
Con una inversión de 600 millones de dólares, el puerto ha estado en construcción desde 2020 y se espera que comience operaciones en 2025. Su desarrollo está a cargo de un consorcio liderado por la multinacional francesa CMA CGM, en colaboración con Puerto Bahía y el Grupo Argos, consolidando la participación de actores clave en el ámbito portuario y logístico global.
El secretario de Infraestructura de Antioquia, Luis Horacio Gallón, ha mencionado que esta infraestructura representa un salto cualitativo para el comercio marítimo colombiano, facilitando tanto las exportaciones de productos nacionales como las importaciones de bienes de consumo, maquinaria y tecnología.
Puerto Antioquia no solo fortalecerá la capacidad portuaria del país, sino que también mejorará significativamente las conexiones con mercados estratégicos. Gallón subrayó que actualmente, el 80% del comercio internacional de Colombia transita por el mar Caribe, y de los 90 millones de toneladas que se movilizan por esta vía, 70 millones corresponden a los puertos del Caribe colombiano.
La ubicación estratégica del puerto, en el municipio de Turbo, lo convierte en el puerto marítimo más cercano a ciudades clave como Bogotá, Medellín y Pereira. Esto reducirá significativamente los costos y tiempos de transporte terrestre, impactando positivamente la competitividad de las empresas colombianas. Por ejemplo, con la entrada en operación de Puerto Antioquia:
- Desde Medellín, la distancia al puerto más cercano se reducirá de 740 kilómetros (Cartagena) a 309 kilómetros, optimizando los tiempos y costos de transporte.
- Para Bogotá, el trayecto disminuirá de 962 kilómetros (Santa Marta) a 724 kilómetros, permitiendo una conexión más eficiente con la región Caribe.
- Desde Manizales, el recorrido pasará de 849 kilómetros (Santa Marta) a 490 kilómetros, facilitando las exportaciones desde el Eje Cafetero.
- En el caso de Pereira, el puerto estará a solo 512 kilómetros, en comparación con los 876 kilómetros que actualmente separan la ciudad de Cartagena.
Estas reducciones, según Gallón, se traducirán en una disminución de más del 30% en los costos de transporte terrestre, un factor crítico para las exportaciones e importaciones del país, ya que el transporte terrestre constituye una de las mayores cargas en los costos logísticos.
El impacto del Puerto Antioquia trasciende lo económico. Su construcción y operación representan un hito en la transformación de Urabá, una región históricamente marginada en términos de infraestructura y desarrollo social. Se proyecta que el puerto generará miles de empleos directos e indirectos, impulsando sectores como la agricultura, la manufactura y la minería. Además, la mejora en la capacidad logística permitirá un crecimiento sostenido en la productividad regional y fomentará la llegada de inversiones extranjeras.
El puerto también será un motor para el desarrollo de nuevos negocios e industrias en la región, fortaleciendo la integración de Urabá con los mercados globales. Esto abrirá oportunidades para diversificar la economía local y reducir las desigualdades sociales.
Una Infraestructura Sostenible: Puerto Antioquia
Desde su concepción, el proyecto de Puerto Antioquia ha priorizado la sostenibilidad ambiental y social, adoptando rigurosos estándares para garantizar un impacto mínimo en los ecosistemas locales, incluidos los manglares y la biodiversidad marina del Golfo de Urabá. Este enfoque sostenible busca equilibrar el desarrollo económico con la preservación ambiental y el bienestar comunitario.
En noviembre de 2024, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) emitió una medida preventiva que suspendió ciertas actividades relacionadas con el desarrollo del puerto. La suspensión abarcó trabajos específicos, como la construcción del muelle, embarcadero de personas, la zona de lanzamiento de pilotes y otras actividades en campamentos, almacenamiento de material de descapote y patios de acopio. Estas restricciones buscan asegurar el cumplimiento de las normativas ambientales y mitigar posibles impactos negativos en el entorno.
El concesionario del proyecto, Puerto Antioquia, señaló al Consorcio Terminal Marítimo-Cotema, contratista principal de las obras, para gestionar los recursos necesarios ante la ANLA y lograr aclarar la situación y levantar las medidas restrictivas. El concesionario reafirmó su compromiso con la sostenibilidad, asegurando que las acciones necesarias se llevarán a cabo para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales y sociales.
Ambos puertos se perfilan como proyectos transformadores que posicionarán a la región como un punto clave en el comercio marítimo. Su capacidad para manejar grandes volúmenes de carga, sumada a su ubicación estratégica y su impacto en los costos logísticos, los convierte en infraestructuras fundamentales para el crecimiento económico. Con la entrada en operación, no solo se facilitará la conexión con los mercados globales, sino que también se consolidarán como un puente entre América Latina y el resto del mundo. Estos puertos no son solo obras de infraestructura, sino un símbolo del potencial económico y la ambición de una región que busca integrarse de manera más competitiva en el comercio global.