Este lunes 16 de junio se conoció un nuevo reporte médico del estado de salud de Miguel Uribe, que ya completó nueve días en cuidados intensivos tras el atentado que sufrió en Bogotá.
La Fundación Santa Fe había dejado claro que no entregaría comunicados del estado de salud el fin de semana, por lo que el más reciente se conoció en la mañana de hoy.
“En el curso de las últimas horas se le realizó una intervención quirúrgica complementaria al procedimiento inicial. El control tomográfico cerebral postoperatorio evidencia los resultados esperados sin observarse cambios significativos adicionales a los previamente identificados”, se lee.
— Fundación Santa Fe de Bogotá (@FSFB_Salud) June 16, 2025
“El paciente permanece hemodinámicamente estable y su condición clínica sigue siendo crítica, con pronóstico neurológico reservado”, agregó el hospital en su comunicado.
¿Cómo está Miguel Uribe tras atentado?
En términos médicos, cuando se indica que un paciente está hemodinámicamente estable, se hace referencia a que su sistema circulatorio mantiene una presión arterial, frecuencia cardíaca y perfusión tisular adecuadas para el funcionamiento normal del organismo. Este concepto es fundamental en el monitoreo de pacientes en estado crítico, ya que refleja un equilibrio entre la capacidad del corazón para bombear sangre y la resistencia de los vasos sanguíneos.
Es un indicador clínico clave para determinar si un paciente está respondiendo adecuadamente al tratamiento o si requiere intervención urgente.
Un paciente hemodinámicamente estable, como Miguel Uribe, presenta signos vitales dentro de rangos normales o aceptables para su condición. Esto incluye una presión arterial sistólica superior a 90 mmHg, una frecuencia cardíaca regular (generalmente entre 60 y 100 latidos por minuto), buen llenado capilar y un adecuado nivel de conciencia.
Además, la oxigenación y la perfusión de los órganos vitales están preservadas, lo que indica que el cuerpo está recibiendo el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente.
Este estado de estabilidad hemodinámica no significa que el paciente esté completamente fuera de peligro, pero sí que, en ese momento, no presenta signos de descompensación cardiovascular.
Por ello, en contextos como urgencias, cirugía o unidades de cuidados intensivos, se considera una condición favorable que permite continuar con tratamientos, intervenciones o traslados con menor riesgo. Monitorear y mantener la estabilidad hemodinámica es esencial para prevenir complicaciones graves como el shock o el fallo multiorgánico.