Por: Catalina Escobar
La responsabilidad en los resultados de la primera vuelta presidecial, la tenemos TODOS los colombianos. Y es que no podemos seguir culpando a la clase política del avance que ha tenido el populismo en Colombia porque mientras la izquierda radical ha captado la academia, la cultura, los medios de comunicación, las empresas (sindicatos), etc; quienes nos consideramos demócratas, estamos petrificados.
Desde que se desintegró la Unión Soviética, la lucha de la izquierda entre “opresores y oprimidos” dejó de ser netamente entre el obrero y los burgueses, hoy su lucha entre “opresores y oprimidos” es entre el hombre y la mujer, el hijo y sus padres, el negro y el blanco, el pobre y el rico, el homosexual y el heterosexual, etc; se metieron en todos los aspectos de la sociedad, así que TODOS tenemos que empezar a hablar de libertad económica, de defensa de la vida, la defensa de la propiedad privada, el libre mercado, de la libertad. Tenemos que llegar a todos esos espacios de donde nos han sacado y donde ellos están fuertes: academia, empresas (sindicatos), medios de comunicación, la cultura, etc.
La batalla ideológica que estamos librando, requiere de grandes esfuerzos para cambiar el rumbo hacia el que nos están conduciendo y acá el sector privado tiene que empezar a ser más activo porque es claro hoy que no podemos confiar en que clase política conservadora, que cada vez es más débil, logre hacer la tarea. En efecto, la izquierda radical por medio de la educación, medios audiovisuales, propaganda, etc; ha logrado sembrar en la opinión pública la idea de que los principios conservadores son retrógados, religiosos, sin fondo y que sus posturas, que incluso las amañan y acercan a las aspiraciones, valores, estilos e ideas que esten de moda; son las que verdaderamente necesita una nación.
DE LA MISMA AUTORA: ¿No queremos a los políticos, pero queremos depender de ellos?
A pesar de que Colombia ha sido un muro de contención en Latam de esa agenda construida en el Foro de Sao Paulo, aún no estamos libres de ella.
Ahora bien, los empresarios tienen que empezar a llevar mensajes a sus colaboradores, deben empezar a hablar sin miedo de qué significa la izquierda, qué pretende, qué propone y cómo piensan implementar sus propuestas una vez estén en el poder. Tal vez el discurso de los líderes políticos ya no causa el mismo efecto y debemos empezar a cambiar el mensaje con cifras, hablar de economía, de la familia, hechos que sean más digeribles para todos los colombianos. Ya con el ejemplo de Cuba y Venezuela parece que no es suficiente, tenemos que ir más allá.
Así pues, empecemos a sumar esfuerzos, empecemos a actuar porque mientras nosotros estamos como espectadores viendo como la izquierda radical avanza, ellos están activos en todas las esferas culturales de la sociedad.
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