A pesar de que en Medellín aprobaron los protocolos de bioseguridad para la apertura del sector de los restaurantes, la administración del alcalde Daniel Quintero no les permitió operar.
Por: Redacción 360 Radio
El Gobierno Nacional dio instrucciones para que este importante sector de la economía comenzase a abrir en municipios no Covid, sin embargo no está funcionando. En la ciudad de Bucaramanga no permitieron que la apertura avanzara y cerraron.
El conceso general de este sector es que no todos tienen la capacidad de vender por medio de domicilios, muchos no lo pueden hacer o tampoco quieren, pues algunos basan sus platos en experiencias, lugares y momentos.
Otros consideran que sus platos en un envío pierden el sabor y no desean bajar la calidad y presentación. Además, los que más están facturando por cuenta de domicilios apenas llegan al 60% de las ventas, y eso muy pocos lo pueden lograr, otros sólo alcanzan el 40%, es decir, operando con pérdidas.
Con relación a los usuarios, cientos han optado por no pedir domicilios por el miedo a contagiarse con el coronavirus, algo que ha afectado a plataformas como Rappi, que ha recibido fuertes críticas poque los usuarios ven constantemente a los rapitenderos en los andenes y aceras de las ciudades, sin tapabocas o con ellos en la barbilla y sin mínimas medidas de salubridad. De este modo, muchas personas han cancelado la aplicación y buscan otras alternativas.
Eso ha llevado a que restaurantes como Crepes & Waffles tenga su propia flota de domiciliarias – mujeres cabeza de hogar – y así generar mayor confianza en el consumidor.
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En los próximos días se esperan acciones judiciales por parte de algunos restaurantes en Medellín, que no solamente han tenido que despedir a sus empleados, sino que la entrega de los bienes inmuebles se ha acelerado al considerar que prefieren operar en bodegas si sólo es para domicilios, con el fin de minimizar costos.
No obstante, no entienden por qué en ciudades como Bucaramanga, Medellín y Bogotá han descartado establecer mesas a dos metros de distancia en los locales y siguiendo los protocolos, para que grupos familiares puedan ir a los restaurantes y que poco a poco se vaya reactivando esta economía.
En la manera en la que va el pico de contagio y como lo están manejando, los restaurantes no regresarían antes de octubre, solo sobrevivirían locales de comidas rápidas y la venta de licor, aunque la operatividad de ese último se ha visto frenada por la ley seca que ha estado siendo decretada por las alcaldías municipales para desincentivar las reuniones, per esta acción parece no tener mucho efecto ya que la Policía ha estado interviniendo fiestas clandestinas.
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A corte del 6 de julio, la Asociación Colombiana de Industria gastronómica (Acodrés) informó que 27.600 locales de comida, es decir, el 30% de la industria, había cerrado por no llegar a un acuerdo de pago con los arrendatarios, esto, sin contar la quiebra masiva ante el cierre prolongado desde marzo del presente año.