Por: Redacción 360 Radio
Se trata de SinoPharm, una de las ocho compañías chinas que se encuentran desarrollando la cura para el coronavirus, en una carrera mundial que disputan el gobierno de este país junto a los de Estados Unidos y Reino Unido. Sin embargo, las prácticas de este laboratorio son cuestionadas por falta de ética.
Es innegable que fabricar una vacuna exitosa es un triunfo científico y político. No obstante, ¿significa esto hacer todo lo posible, sin tener reparaciones, para alcanzarlo? ¿Se trata de una situación en la que el fin justifica los medios? Aparentemente sí.
Este laboratorio ha compartido en sus redes sociales, imágenes de colaboradores, de todos los niveles jerárquicos de la compañía, que se han ofrecido como voluntarios para probar el tratamiento que están desarrollando. Así, la descripción con la que acompañaron la imagen planteaba: “Tendiendo la mano para forjar la espada de la victoria”. Esto sucedió incluso antes de que el gobierno chino permitiera pruebas clínicas en humanos.
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Frente a esto, Derrick Au, director de bioética en la Universidad China de Hong Kong, opinó que los empleados podrían no ser voluntarios apropiados, porque su condición de pertenecer a la compañía los pone en una situación de desigualdad.
Crear una vacuna eficiente contra la COVID-19, según Lawrence Gostin, experto en legislación de salud pública en la Universidad de Georgetown, es similar a encontrar el Santo Grial y no muy alejada de la carrera entre Estados Unidos y Rusia por llegar a la luna primero.