¡Un campo que no perpetúe la pobreza!

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«Yo me sueño con un país que tecnifique el campo, un país donde podamos darle una línea clara de apoyo en el largo plazo a los pequeños productores, al minifundio…»


Por: David Barguil

El pasado 23 noviembre, en el marco de la comisión tercera del Senado de la República a la que pertenezco, el Gobierno colombiano presentaba un proyecto que busca adoptar medidas para aliviar las obligaciones financieras y no financieras de pequeños y medianos productores afectados por fenómenos sanitarios, plagas, enfermedades, disminución del ingreso o dificultades en la comercialización de sus productos. Si bien soy ponente de este proyecto, quiero compartir con todos ustedes también una reflexión sobre lo que debería ser el futuro inmediato de este importante sector para nuestro país, toda vez que precisamente hace 4 años fui coautor de una ley que buscaba beneficios también para el campo colombiano.

En el debate, el ministro de agricultura Rodolfo Zea explicaba el mensaje de urgencia a este proyecto de ley toda vez que la actividad agropecuaria es una actividad que se hace “a sol y agua” y esto hace que lleve consigo unos riesgos importantes a muchos de nuestros productores agropecuarios, pequeños y medianos campesinos debido a las condiciones propias de la actividad  piscícola, pesquera, forestal o ganadera, como por ejemplo los fenómenos naturales que no se pueden controlar, como huracanes o sequías intensas.

Entre otros apartes, este proyecto busca dar un alivio a esos productores para que puedan negociar intereses de mora, alivios especiales dentro del Fondo de Solidaridad Agropecuario FONSA para que de aquí al 2021 se puedan extinguir algunas obligaciones.

De este debate rescato unas palabras del director de la Asociación Dignidad Agropecuaria, “ahora mismo tenemos un problema no de sobreproducción, sino de sobreoferta”. Al estar cerrados tantos restaurantes, al disminuir la posibilidad de compra de alimento por parte de tantos colombianos, la producción que se tiene no logra ser absorbida por la demanda en el país y eso por supuesto genera problemas como lo que pasó con la papa y otros productos en las últimas semanas. Hay que entender que estamos en una coyuntura excepcional, una pandemia que nos tomó por sorpresa a todos y que paralizó el aparato productivo en el país, por eso se hace necesario tomar este tipo de medidas extraordinarias y creo que el Ministro de Agricultura Rodolfo Zea ha sido acertado en ese sentido.

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Ahora bien, en el año 2014 fui coautor de la Ley 1731 del 31 de julio que al pie de la letra decía; “Por medio de la cual se adoptan medidas de financiamiento para la reactivación del sector agropecuario, pesquero, acuícola, forestal y agroindustrial y se dictan otras disposiciones relacionadas con el fortalecimiento de la Corpoica”.

Es entonces en este punto donde hago una reflexión. Esta no puede ser la lógica del Estado colombiano para darle la mano al sector agropecuario. Una Ley cada 4 o 5 años, una Ley que genere condonaciones de intereses y de apoyo a capitales de créditos. Eso lo que nos muestra es que no hemos logrado apuntar a la problemática de fondo del sector agropecuario para que sea un sector que produzca riquezas, un sector que tenga un crecimiento sostenible, que dicho sea de paso fue el sector que sacó la cara por el país en medio de la pandemia, valoro enormemente que nuestros campesinos se pusieron la 10 y no pararon su producción en medio de la pandemia. Esto significa que de verdad sí tenemos unas bases muy sólidas, que si tomamos las medidas adecuadas podemos de verdad enrrutar a este sector económico a un camino de eficiencia, de mayor productividad donde los recursos del Estado le apunten a esas materias. Yo me sueño con que los recursos de este país no tengan que estar encaminados siempre a una política permanente de sustentación de precios.

Para mí la política de sustentación de precios debe ser una política transitoria, excepcional, por una pandemia, por un fenómeno climático etc. Pero mi reflexión apunta a que debemos redirigir los recursos del Estado colombiano a transformar el campo en un sector verdaderamente productivo, eficiente, competitivo, capaz de competir en los mercados internacionales, estos cambios estructurales son los que nos va a permitir generar riquezas, Colombia no es un país rico, no tenemos la capacidad de sustentar precios de manera permanente como sí lo hacen economías de países en desarrollo. Colombia no tiene esos recursos, para lograrlo tendríamos que poner más impuestos a los ciudadanos y esa claramente esa no es la solución.  

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Yo me sueño con un país que tecnifique el campo, un país donde podamos darle una línea clara de apoyo en el largo plazo a los pequeños productores, al minifundio, que la gente tenga maquinaria verde y amarilla, crédito barato, asistencia técnica permanente, que resolvamos el problema de los altos costos de los insumos agropecuarios, que haya riego, drenaje, que tengamos recursos necesarios para que el campo colombiano pueda de verdad ser competitivo y fortalecerse.

Bienvenido el proyecto que en buena hora plantea el Ministro de Agricultura en la actual coyuntura entendiendo la problemática actual, pero no puede ser una política pública recurrente, porque sería perpetuar la pobreza. Si usted tiene que la producción del campo cuesta más de lo que vale la venta de esa producción y que el Estado entre cada tanto tiempo a condonar el crédito y a dar un precio de sustentación, eso significa perpetuar la pobreza del campo de manera indefinida y esa no puede ser la lógica de nuestro país.

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