Nacional y Medellín se medirán en la gran final de la Copa Colombia, una edición imperdible del Clásico Paisa que no solo definirá un título nacional, sino que también pondrá frente a frente a dos proyectos deportivos con realidades, estilos y nóminas muy distintas en el fútbol colombiano.
Sin duda, Atlético Nacional sigue siendo uno de los clubes con mayor músculo financiero del país, pese a los ajustes que ha realizado en los últimos meses.
Nacional y Medellín en números
Su plantilla tiene un valor cercano a los USD 23,8 millones, consolidándose como la segunda más costosa del fútbol colombiano. El jugador más valioso en la actualidad es Andrés Felipe Román, tasado en unos USD 1 millón, seguido por perfiles jóvenes que el club busca potenciar, como Jhojan Torres y Brahian Palacios, cuya proyección internacional eleva el promedio competitivo de la escuadra verdolaga.
Por su parte, Independiente Medellín registra un valor de plantilla cercano a 14,5 millones de euros, según los datos más recientes. Aunque esa cifra es más baja, refleja una apuesta fuerte por el talento local y una planificación eficiente para competir con clubes de nóminas más robustas.
En el caso del DIM, Kevin Mantilla, defensa central de 22 años, aparece como el jugador más cotizado del equipo, con un valor de 1,4 millones de euros. Su proyección es uno de los pilares sobre los que Medellín ha decidido construir su defensa.
Para Nacional, el jugador de mayor valor sigue siendo Matheus Uribe, con una tasación que ronda los 3,5 millones de euros, lo cual demuestra cómo el club combina experiencia con talento para mantener su competitividad.
Análisis: un clásico paisa con dos modelos distintos
La diferencia de más de 11 millones de euros entre las nóminas de Nacional y Medellín refleja no solo recursos, sino también modelos deportivos distintos. Nacional apuesta por profundidad, jugadores consolidados y opciones para rotar en competencias exigentes. Medellín, en cambio, parece apostar por un equipo más cohesionado, con jóvenes promesas y un gasto más controlado.
En un clásico de esta magnitud, esa brecha puede jugar a favor de Nacional si la profundidad pesa en el rendimiento; pero también puede dar ventaja al DIM si logra mantener su base con un rendimiento alto y evitar depender de individualidades más costosas.
