La cerveza volvió a correr con fuerza por los vasos del planeta tras el paréntesis de la pandemia. El Global Beer Consumption Report 2023 de Kirin Holdings confirma que el mundo bebió 192,1 millones de kilolitros (kl) —192.100 millones de litros—, un repunte interanual del 2,9 % que incluso supera el nivel prepandemia de 2019.
Dentro de ese océano de cebada fermentada, Colombia sirvió 2.466 kl—equivalentes a 2.466 millones de litros— y se ubicó en el puesto 14 del ranking global, con un 1,3 % de la participación total.
La cifra la sitúa por delante de economías históricamente cerveceras como Italia (2.236 kl) y Francia (2.205 kl) y la ratifica como el tercer mayor mercado latinoamericano, detrás de Brasil y México.
Un vistazo al podio mundial de los países que más toman cerveza
El dominio continúa en manos de Asia y América. China encabeza la lista por vigésimo año consecutivo con 42.035 kl (21,9 % del total), seguida de Estados Unidos (20.378 kl, 10,6 %) y Brasil (14.932 kl, 7,8 %). Juntos, estos tres países concentran casi el 40 % de toda la cerveza que se produce y consume en el planeta.
Los datos del informe explican también el ascenso de Vietnam —supera por primera vez los 5.000 kl— y el retroceso de Japón, que pese a crecer un 2,5 % cedió la décima casilla por efecto de la lenta recuperación del canal on-trade (bares y restaurantes).
¿Qué significa el registro para Colombia?
La posición 14 no es un espejismo. Entre 2021 y 2022 el volumen nacional aumentó alrededor del 4 %, impulsado por el regreso masivo de conciertos y festivales, la reactivación turística y la proliferación de cervecerías artesanales.
Esa tendencia de fondo se reflejó un año después en el bolsillo: los colombianos gastaron 7,1 % más en cerveza durante 2023, según Euromonitor, a pesar de la presión inflacionaria .
Si se mira el consumo per cápita, el balance también es robusto. Con una población de 51,87 millones de habitantes en 2022, cada persona bebió unos 47,5 litros anuales, casi el doble del promedio mundial estimado por Kirin (alrededor de 24 l) y el registro per cápita más alto del país en más de un cuarto de siglo, de acuerdo con cifras divulgadas por Bavaria, filial de AB InBev.
Uno de los factores decisivos ha sido la estrategia de expansión de la categoría que lideran gigantes como Bavaria-AB InBev y Central Cervecera. La adopción de empaques retornables de 1-litro y la ampliación de las redes frigoríficas en tiendas de barrio llevaron la cerveza fría a más de 400.000 puntos de venta permanentes, según la compañía.
Al mismo tiempo, las marcas premium (Club Colombia, Corona, BBC) y superpremium (Stella Artois, Michelob Ultra) tiraron del ticket promedio gracias al fenómeno de la “premiumización”.
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El segundo motor es el auge artesanal. El país supera ya las 400 microcervecerías formales, concentradas en Bogotá, Medellín y Cali, con estilos que van desde las IPAs de lúpulo colombiano hasta sours frutales de maracuyá. Este segmento apenas representa 1 % del volumen, pero crece a ritmos de dos dígitos anuales y ha dinamizado el turismo gastronómico con rutas cerveceras y festivales como el Bogotá Beer Festival y la Feria de la Cerveza de Medellín.
El tercer impulso proviene del entretenimiento: la sucesión de megaconciertos y la Liga BetPlay de fútbol han sido vitrinas de consumo masivo. Bavaria estima que cada partido de la selección mueve más de 6 millones de botellas en el país.
El avance no está exento de obstáculos. El precio de la cebada importada se disparó más de 30 % entre 2021 y 2023, presionado por la guerra en Ucrania y las tensiones logísticas.
Además, producir un litro de cerveza puede requerir de 3 a 5 litros de agua; la huella hídrica se ha convertido en el talón de Aquiles de la industria. Para enfrentarlo, las plantas de Bavaria en Tocancipá y Barranquilla han reducido el uso de agua a 2,7 l por litro de cerveza y se fijaron la meta de bajar a 2 l en 2027, alineadas con los objetivos ESG del grupo.
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