Con los recientes hechos en Estados Unidos, es bastante preocupante lo que pasa con los sistemas democráticos que aún se mantienen vigentes en el mundo. En Colombia se ha hablado de votos electrónicos, reformas electorales, y merece un llamado de atención por parte de toda la ciudadanía, es un debate necesario.
Por: Andrés Gaviria Cano
No se trata de buscar darle la razón al uno o al otro respecto a si unas elecciones fueron fraudulentas o no, tampoco se trata de socavar la democracia con cuestionamientos infundados sin revelar pruebas. Me llama la atención una serie de sucesos acaecidos entre el voto de las balotas en Estados Unidos, el voto anticipado, los conteos que se hicieron y obviamente, deja mucho que desear que los muertos voten, eso se ha visto en varios municipios de Colombia y es común, pero que se haga en un país como Estados Unidos, es profundamente lamentable, cuestiona todos y cada uno de los votos y construye una narrativa oscura frente a cómo se pueden manipular, tergiversar o robar unos comicios.
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En algunas ocasiones las personas han creído que el voto debería ser obligatorio. En Colombia la abstención siempre ha sido particularmente alta y aunque hoy vemos participaciones importantes por parte de los jóvenes, encontramos que el sistema democrático y la política del país tienen una serie de imperfecciones bastante graves
Las personas no votan por programas, sino por emociones. Votan en «contra de» y no siempre por alguien que consideren mejor, por lo que terminan eligiendo «el menos peor», es decir, el voto útil y cuidando sus intereses.
Vale la pena dar el debate de cómo propender por un sistema electoral que sea transparente, fidedigno, claro, que refleje el deseo de cada uno de los ciudadanos, rápido, ágil y verificable. No se puede tender un manto de duda sobre un voto electrónico porque existan hackers o empresas de software que se puedan vender.
El mundo es un iceberg del cual las personas solo ven el cinco por ciento, y ese otro 95 por ciento genera miedos y dudas. Considero que el voto presencial con papeleta, marcador personal – no con marcador que proporcione la Registraduría – con cédula en mano y una verificación sistemática en tiempo real de quiénes votan, donde lo hacen, y datos totalmente auténticos, se tiene que hacer.
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La manipulación electrónica es una realidad y se debe velar por garantizar que no se alteren los resultados y no se modifique el deseo popular, por ello Colombia no está preparada para un voto electrónico, tampoco se puede seguir con el actual sistema de votación, los famosos y manipulables E-14.
Las elecciones simplemente son un acto democrático, una diligencia, pero se escogen a quienes nos gobiernan y representan en los escrutinios, por eso vemos a los abogados que van y vienen, esperando los resultados que tardan cinco o seis días, cuando las personas están absolutamente desentendidas de las elecciones.
Es importante que se haga pública una lista nacional de quiénes ejercen el derecho al voto, que esa lista las personas la puedan verificar de alguna manera, con el fin de que no voten muertos, no voten personas que no están habilitadas para hacerlo porque han perdido ese derecho, y desde luego, que los resultados sean en formularios de seguridad, transmitidos de manera fotográfica a un sistema central donde queden todas las evidencias, y no tarjetones y lapiceros con enmendaduras como se ha hecho hasta ahora.
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Esperamos que el nuevo registrador y su equipo estén preparando todo nuestro sistema para las elecciones del 2022, con el fin de evitar sorpresas o confrontaciones que deriven en problemas sociales en las calles. Estamos a tiempo de hacerlo.