Por: Jose Félix Lafaurie
El ICA anunció un segundo brote de aftosa en Yacopí, Cundinamarca, 15 días después del reportado en zona fronteriza con Venezuela, lo cual explicaba este último pero no lo justificaba, pues si bien se trata de una región afectada por contrabando, también es una zona calificada como de “Alta Vigilancia”.
En una “Zona de Alta Vigilancia” (ZAV), la acción sanitaria no se limita a vacunar lo que aparezca, sino a realizar control predio a predio, como lo hacía Fedegán durante su administración del Fondo Nacional del Ganado, estableciendo variaciones significativas de población y reportándolas al ICA para investigar ocultamientos de ganado o crecimientos excesivos por posible contrabando. En una ZAV había que fortalecer el piloto de identificación del hato–trazabilidad–que inició Fedegán en 2012, y no hacer borrón y cuenta con inmensas pérdidas de información y de recursos, como hizo el Gobierno para “castigar” a Fedegán. En una ZAV era necesario extremar el control sobre las Guías Sanitarias de Movilidad.
Al gerente del ICA, a quien aprecio –y a los lectores– le aclaro que, primero: en el ICA hay muchos funcionarios honestos, pero también los hay proclives a la corrupción, sobre todo en zonas apartadas y de frontera, donde la Guía es un documento valioso para ganaderos inescrupulososy para los delincuentes. Segundo: el actual sistema (SIGMA) no garantiza el control contra esa corrupción local, prueba de ello es que los camiones con ganado de contrabando presentan sus Guías en regla. Tercero: los reclamos de Fedegán por el retroceso en trazabilidad y las falencias en la expedición de Guías no obedecen a la mezquina pretensión de que le devuelvan su manejo, sino al deber de denuncia que nos corresponde en defensa de los intereses ganaderos.
La culpa no es siquiera del ICA, sino del Ministerio, que desaprovechó las facultades extraordinarias para fortalecer esa entidad. La culpa es de decisiones desacertadas por motivos desacertados, que llevaron a la separación de FEDEGÁN de la administración del FNG, a la interrupción de un proceso exitoso y a la pérdida de rigor en vacunación. Si los niños de mi familia están vacunados los puede visitar otro con sarampión sin riesgo alguno. Así de sencillo.
Ya cayó el precio del novillo y 500.000 productores están afectados, un perjuicio que amerita una acción de grupo contra el Estado. El ministro afirmó que responderá por los ganaderos. ¿Responderá?