Agroindustria de la caña impulsa la transición energética en Colombia con biocombustibles y biometano

La agroindustria de la caña reafirma su papel clave en la transición energética en Colombia, impulsando biocombustibles como el SAF y el biometano desde el campo.

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En el marco de la quinta edición de la Conferencia Internacional de Biocombustibles, celebrada en Santa Marta, la agroindustria de la caña de azúcar reafirmó su compromiso con la transición energética en Colombia.

Durante su participación en el panel titulado “De la caña y la palma al futuro de la movilidad sostenible”, la presidenta de Asocaña, Claudia Calero, realizó una intervención contundente en la que instó al Congreso y al Gobierno nacional a garantizar seguridad jurídica y avanzar en el marco normativo necesario para dinamizar el desarrollo de energías renovables en el país.

“El sector está preparado, contamos con la tecnología, la experiencia y la voluntad. Lo que falta es decisión política”, afirmó Calero ante un auditorio compuesto por representantes de gobiernos, gremios e inversionistas del sector energético.

La líder gremial destacó que el país no puede aplazar más la transformación de su matriz energética, y que el campo colombiano, con su potencial en biocombustibles y otros desarrollos limpios, debe ser protagonista de este cambio.

El campo, protagonista clave en la transición energética en Colombia, con biocombustibles sostenibles

El campo, protagonista clave en la transición energética en Colombia, con biocombustibles sostenibles
Foto: Cortesía

Energía limpia desde los cañaduzales: Uno de los anuncios más destacados fue la capacidad que tendría la agroindustria de la caña para producir entre 50 y 75 millones de litros anuales de SAF (combustible sostenible de aviación, por sus siglas en inglés), sin poner en riesgo el suministro actual de bioetanol utilizado en vehículos terrestres.

Este tipo de combustible ha sido avalado por CORSIA (Carbon Offsetting and Reduction Scheme for International Aviation), una iniciativa global que busca reducir la huella de carbono en la aviación.

Según Calero, esta producción podría cubrir hasta un 15 % de la demanda proyectada de SAF en Colombia para 2035, de acuerdo con las estimaciones de la Aeronáutica Civil. Sin embargo, para que esto sea una realidad, es necesario que el Congreso apruebe con celeridad la propuesta legislativa correspondiente, actualmente en segundo debate en la Comisión Quinta de la Cámara.

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Además del SAF, la agroindustria de la caña también tiene potencial para generar biometano a partir de residuos de sus procesos productivos. Según datos del gremio, esta fuente podría producir hasta 80 millones de metros cúbicos anuales, cantidad equivalente al 40 % del consumo residencial de gas en el Valle del Cauca.

En un contexto donde la autosuficiencia energética del país se encuentra en niveles críticos, el biometano representa una oportunidad estratégica.

Más allá del bioetanol: Actualmente, todos los ingenios azucareros del país ya participan activamente en la generación de energía a través de biomasa, sumando 858 GWh al Sistema Interconectado Nacional. Esta producción sería suficiente para abastecer una ciudad de medio millón de habitantes.

La presidenta del gremio subrayó que este aporte podría crecer significativamente si se actualiza la Ley 1715, que regula las fuentes no convencionales de energía, para incluir tecnologías como el biometano, el biogás y el hidrógeno verde.

Calero fue enfática en señalar que, aunque la movilidad eléctrica avanza, no es una solución inmediata para la ruralidad colombiana.

“La transición energética empezó en el campo, y comenzó con el bioetanol. Colombia es un país rural, y necesitamos soluciones sostenibles y adaptables al territorio. El bioetanol debe quedarse, fortalecerse y complementarse con nuevas alternativas”, señaló.

Un llamado a la acción política: Durante su intervención, la dirigente no solo presentó cifras y propuestas, sino que también hizo un llamado a la coherencia política.

“Los instrumentos están sobre la mesa. Si queremos ser parte de la solución frente al cambio climático y la dependencia energética, debemos actuar ya. El sector agroindustrial está listo, pero necesitamos reglas claras y políticas públicas estables que den confianza a los inversionistas”, concluyó.

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El mensaje central de su participación giró en torno al papel estratégico que juega la agroindustria en un país que busca diversificar sus fuentes de energía y disminuir su dependencia de los combustibles fósiles.

Para lograrlo, no solo se requiere del empuje del sector privado, sino de un entorno regulatorio que facilite el crecimiento de proyectos de energías limpias, especialmente en las regiones agrícolas del país.

Por qué es importante:

  • Transición energética desde el agro: El desarrollo de combustibles sostenibles como el SAF y el biometano posiciona al campo colombiano como un actor clave en la lucha contra el cambio climático.
  • Impacto económico y social: La expansión de estos proyectos generaría empleo rural, aumentaría la autosuficiencia energética y reduciría la vulnerabilidad del país ante crisis internacionales del petróleo.
  • Relevancia política: El llamado a la actualización normativa pone en evidencia los cuellos de botella legislativos que pueden frenar el avance hacia una economía más verde y resiliente.

Contexto: Colombia ha avanzado en el uso de energías renovables, pero enfrenta desafíos como la inestabilidad en su marco legal y la concentración de inversión en ciertas regiones.

En este escenario, los sectores agroindustriales como el de la caña ofrecen alternativas viables para democratizar el acceso a fuentes limpias, descentralizar la generación y estimular economías locales.

Panorama general: La intervención en Santa Marta dejó claro que la agroindustria no espera ser un espectador pasivo en la transición energética. Con iniciativas en marcha y propuestas legislativas avanzando, el sector busca consolidarse como uno de los motores del desarrollo sostenible en el país. Lo que sigue depende, en gran medida, de que el Gobierno y el Congreso escuchen el llamado y actúen con la urgencia que exige el momento.

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